La desesperación es mala consejera. Hay que aprender a gestionar las emociones con inteligencia, dejarse llevar por ellas, especialmente en momento críticos, hace que se traspasen los límites que marca la prudencia. Niebla el entendimiento, oscurece la voluntad e impide pensar con lógica. Quien toca más de la cuenta el fuego, suele terminar quemándose.
Félix Velasco - Blog
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