sábado, 16 de mayo de 2015

Capacidad para tomar decisiones

Una de las características de las personas felices es que entienden que su capacidad de tomar decisiones es un poder para convertir su realidad actual en aquella que desean. Tanto si somos consciente, como si no lo somos, todo el tiempo estamos tomando decisiones que afectan a nuestra vida. Y no sólo se trata de decidir si como pollo o pescado. El poder y la influencia de la decisiones se extiende a otro nivel mucho más interior: Pensamientos, emociones, actitudes, reacciones, acciones, respuestas, creencias…
Félix Velasco - Blog

Tus amores

    Averigua cuáles son las cosas que amas en la vida y haz de todas formen parte de tu vida y de tu tiempo… De hecho, aquello que amas es lo que debería ocupar la mayor parte de tu tiempo, de tu dedicación, de tu pensamiento y de tu esfuerzo por mantenerlo cerca de ti.
    Félix Velasco - Blog

sábado, 9 de mayo de 2015

Un tonto no descansa.

 

No hay nada más peligroso que un tonto con iniciativa.
Félix Velasco - Blog


miércoles, 6 de mayo de 2015

No todo es relativo


De la incertidumbre nacida en el siglo pasado se alimentó el relativismo, que es la principal característica de las corrientes filosóficas y sociales de la posmodernidad, donde todo es válido, pero a la vez nada es del todo cierto.
Las ciencias también fueron influenciadas por esa forma de ver el mundo, donde la Historia parecía demostrar que ya nada era tan seguro como antes. Teorías científicas como el Principio de Incertidumbre de Heisenberg, la Paradoja de Schrödinger o l...a Teoría del Caos, se deben en parte a todo este proceso.
A pesar de ello la realidad sigue imponiéndose: NO TODO ES RELATIVO. Tal vez sea relativo el olor de las flores en una tarde de primavera, o la interpretación del poema 20 de Neruda. 
Pero no lo son los los ingredientes activos de los medicamentos, ni los cálculos que debe hacer un ingeniero para levantar un puente, ni la forma como fue asesinado Julio César, la Ley de la Gravedad,... Millones de estudios, análisis, comprobaciones y dobles comprobaciones prueban que hay certezas sobre las cuales estamos construyendo nuestro progreso como Humanidad. Y los métodos utilizados para conseguirlo están siendo utilizados en la investigación de otras miles de futuras certezas en todos los campos, desde la secuenciación del ADN con nanotecnologías hasta la formación de agujeros negros a partir de las supernovas.
No todo es relativo,... salvo en las estrecha mentes relativistas.

domingo, 3 de mayo de 2015

Incomprensible prestigio de una bandera

En el pueblo de mi madre, en Ateca, un municipio cercano a Calatayud, escuché las historias domésticas de la II República, y las grandezas y miserias de la guerra civil. Hoy, al repasar el ensayo que publiqué en la editorial Temas de hoy, «Prietas las filas», me doy cuenta de que la historia de Roberto, perteneciente a una familia en la que uno de los miembros fue fusilado por el frente popular, a los 17 años, por estudiar en un seminario, y otro primo hermano sufrió la misma mala suerte, a manos de los nacionales, por estar afiliado a UGT, fue una destilación o un resumen de esas narraciones contadas al amor de la lumbre, cuando al butano le aguardaban todavía muchos años para su triunfo, y en los pueblos la gente se calentaba y cocinaba con el fuego del lar, de la chimenea del siglo XII.
No hay casi nada más grosero que citarse a sí mismo, pero ya se excusaba don Miguel de Unamuno con el «perdonad que hable de mí mismo, pero soy el hombre que mejor conozco».
Me eduqué en un buen Instituto de Enseñanza Media, el «Goya», de Zaragoza, donde se rendía obediencia obligatoria a la parte ideológica, que se constreñía a una sola asignatura, llamada «Formación del Espíritu Nacional». Fuera de ese ámbito, a ningún profesor le escuché una palabra a favor del Régimen, ni un comentario en contra. Eso sí, cuando te adentrabas en la «formación del espíritu nacional» los argumentos eran bastante maniqueos: los falangistas, los nacionales, sacaron a España del desastre que habían representado «los rojos». Como mi rebeldía hunde sus raíces en la pubertad, confieso que «los rojos» me comenzaban a ser simpáticos, porque uno siempre tiene una cierta tendencia a ponerse de lado de los vencidos, pero cuando volvía a Ateca, y se narraban los avatares de la II República, mi ánimo decaía bastante. Había luces, como el magnífico grupo escolar construido en tiempos de la República, y cuyos avanzados principios arquitectónicos y pedagógicos sirven para las actuales generaciones, pero también las cacicadas de izquierdas que se oponían, simétricamente, a una larga tradición de cacicadas de derechas impunes y consolidadas.
Tras la adolescencia, mi interés por ese periodo de la Historia de España nunca decayó. Y no había libro, artículo o revista, procedente de donde fuera, que abordara el asunto, para el que no dispusiera de tiempo. Quiero decir que me he echado al coleto las partidistas versiones de la editorial «Ruedo ibérico» y los trabajos algo más objetivos de Hugh Thomas, de Preston o de Viñas, y pronto discerní que la mayoría de los historiadores se colocaban ellos solitos en dos bandos: o furibundos defensores de la II República o enemigos acérrimos de la misma, más o menos sutiles, más o menos groseros.
Cualquier acontecimiento relevante, pasado el tiempo, mantiene su cuota legendaria, y da lo mismo que se trate de una tarde de toros con colofón de cogida mortal, que de una batalla. Lo que no resultaba nada legendario era escuchar, en aquellas veladas nocturnas de Ateca, las vejaciones de los republicanos a los conservadores que tenían algún patrimonio, ni la historia dramática del republicano escondido en una tumba del cementerio del pueblo para no ser encontrado por los vencedores de la guerra, al que su mujer acudía, cada noche, para llevarle algunas viandas. Lo terrible fue que, además de la entrega de alimentos, hubo alguna entrega lógica dentro de la relación marital, y la mujer se quedó embarazada. Naturalmente, no podía confesar que el hijo que llevaba en su vientre era un legítimo fruto del matrimonio, y hubo de sufrir la maledicencia y los insultos –ese «puta», soltado al paso– de sus pocos caritativos vecinos.
La misma proclamación de la II República, proveniente de unas elecciones municipales, resulta una extravagancia, pero el ambiente parecía propicio para no aguardar a unas elecciones generales, y se instauró con el aplauso de los intelectuales, algunos de los cuales, al poco tiempo, observando la deriva del exceso revolucionario, comenzaron a separarse, siendo un antecedente el «no es esto, no es esto» de Ortega y Gasset, en 1931.
Hace poco, releyendo las memorias de Niceto Alcalá Zamora, al que nadie podrá acusar de no ser republicano, puesto que era el presidente de la República, volví a encontrarme con uno de esos episodios, que siempre creí en la adolescencia que eran inventos del franquismo. Cerca de la sede de la Presidencia, hoy sede de la Autonomía de Madrid, hubo un incendio en una iglesia, intencionado como solía ser la costumbre. Don Niceto se preocupa de que se llame a los bomberos, y éstos acuden con presteza, pero al llegar a la iglesia incendiada se encuentran con un cordón de policías que, en lugar de prestarles ayuda y colaboración, les impiden el paso, siguiendo órdenes no se sabe de quién, seguramente de alguien que temía que la hoguera quedara en sólo cuatro imágenes de santos chamuscados.
Meses más tarde, un puñado de esos policías, marchan al domicilio del jefe de la oposición, Joaquín Calvo Sotelo, lo secuestran y lo asesinan, que es algo así como si, hoy, unos policías del Ministerio de Interior acudieran a la casa de Pedro Sánchez, lo sacaran a empujones y le pegaran unos tiros en la cabeza. Después, vendría el horror sobre el horror, donde los resentidos de cada bando, los envidiosos y los canallas sacaron lo peor del ser humano. Recuerdo, estremecido, oír contar a mi madre que vino un primo segundo de Calatayud con el que no mantenían mucha relación, vestido con uniforme falangista, preguntando si les molestaba alguno del pueblo, y mi abuela tuvo las agallas de contestar que allí, el único que molestaba era él. Pero los matones existían, los frustrados, los asesinos vocacionales que sólo necesitan la bandera de una patria o de una revolución para dedicarse a lo que les gusta, con la seguridad de que la bandera o la revolución rodearían de impunidad sus fechorías.
¿Y eso es para sentirse orgulloso? ¿Y ése es un tiempo al que se intenta volver como epítome de la sociedad feliz?
Recuerdo a mis tíos Bernabé y Manolo; a mis tías, Gloria y María, zurciendo calcetines, mientras Arsenio, un vecino, cuenta historias que yo creo que no me interesan, pero que eran novelas terribles, películas de terror rodadas en el plató de la vida. Y, por eso, cuando veo a esos jóvenes, exhibir con orgullo la bandera republicana, siento una lástima confusa, porque no estoy seguro si es que les han mentido sus padres o enarbolan su desconocimiento con el entusiasmo del que sólo son capaces los ignorantes profundos.
Luis del Val
Félix Velasco - Blog

Muppies

No habíamos terminado de acostumbrarnos al término «hipster» cuando ahora llegan los «muppies». Se trata de la nueva generación de nativos digitales que pueden hacer mil cosas a la vez, al mismo tiempo que se desviven por llevar una vida sana. «Muppie», término inventado de la unión de «millenial» y «yuppie» por la escritora estadounidense Michelle Miller en su libro «The Underwriting» (Kindle Edition), engloba a una serie de jóvenes entre 25 y 35 años que se esfuerza para conseguir el éxito laboral, más por satisfacción personal que por una buena remuneración.
«Esta nueva generación, que tiene entre 22 y 35 años, pasa una hora al día buceando en internet, treinta minutos realizando compras online y cuarenta minutos confeccionado el menú del día siguiente», escribe Miller. Trabajan en lo que les gusta, son solidarios y adictos a las redes sociales, pero su verdadera droga es el deporte y la ingesta de alimentos saludables.
No conciben la realidad sin tecnología, crecieron con el CD, el MP3 y el MP4 y la Play Station, viven pegados al «smartphone» y para ellos Twitter es su fuente de información. Cuentan con una buena formación, generalmente con estudios superiores, dominan dos idiomas, incluso tres, han estudiado en el extranjero y se han ocupado de engrosar su currículum con cursos específicos y algún que otro máster.
Unas veces remunerada y otras no, presumen de una larga experiencia profesional en la que han podido ser desde diseñadores hasta «Dj», pasando por «bloggers», modelos por un día u organizadores de eventos. Tras esa experiencia, crean su propia empresa, ese proyecto con el que tantas veces han soñado y, que hoy por hoy, más que darles beneficios, les divierte y les hace sentir bien.
Importancia de las Redes Sociales
Para un «muppie», el dinero no es lo más importante, prefieren disfrutar de las pequeñas cosas del día al día y darse algún que otro capricho. Su vida social se mueve en Instagram y Facebook. Les encanta viajar, conocer nuevas culturas y disfrutar de la gastronomía, vivencias que en solo unos segundos comparten en las redes, su objetivo es conseguir más seguidores. Recurren al yoga y al «running» para desconectar del trabajo. La fotografía, el cine, la literatura, las manualidades, hacer punto o coser son algunas de sus aficiones. Entre su prioridades se encuentra la salud y el bienestar. Adoran los productos ecológicos, los zumos de frutas, verduras y alimentos saludables como el brécol, «kale» (berza o col rizada), miso, los frutos rojos o las nueces.
Prefieren el pan artesano y, por supuesto, dulces ecológicos e hipocalóricos, ricos en soja, avena o cebada malteada. Son responsables con la naturaleza y están concienciados con la importancia de preservar el medio ambiente, entre sus hábitos se encuentra el reciclaje. En cuanto a su estética, los «muppie», visten con ropa de firma, pero sin seguir tendencias, imponen su estilo informal y rehuyen de los trajes de chaqueta, son «fans» de los vaqueros de última generación y prendas que declinan el estilo «preppy». Bolsos, carteras y zapatos, junto con los accesorios para personalizar la tableta y el teléfono móvil, son sus complementos favoritos. No miran hacia el futuro, prefieren vivir el día a día, sin grandes planes y disfrutar de las buenas cosas que les brinda la vida. 
EFE
Félix Velasco - Blog

Todo no es relativo

"Todo es relativo". Esta es una frase que se suele atribuir a Einstein, como creador de las teorías conocidas como Relatividad Especial y Relatividad General. Y sin embargo, Einstein nunca dijo tal cosa. Es más, nunca podría haber dicho tal cosa, pues la Relatividad se basa precisamente en lo contrario: la velocidad de la luz en el vacío es absoluta. No podemos decir que es más sabroso un melocotón que una manzana, eso es algo subjetivo, pero que ambas frutas contienen fructosa y vitaminas es algo objetivo, real para cualquier persona. En muchas cuestiones la realidad o la verdad sólo es una, e igual para todos. Que los átomos existen es una realidad, los hayan visto alguna vez o no.
Félix Velasco - Blog

sábado, 2 de mayo de 2015

El desengaño de Monedero

El Chico del Maletín, el que vehiculaba la financiación de gobiernos extranjeros hacia su formación política –cosa prohibida por las leyes españolas–, el que utilizaba meandros societarios para pagar menos al fisco, el fenómeno capaz de cobrar casi medio millón de euros por un informe desconocido, está triste y desengañado y se va a su casa. Se llama, como saben, Juan Carlos Monedero y es uno de esos profesores salvapatrias que convirtieron la Facultad de Políticas de la Complutense en una pobre comuna de extremistas. Monedero, ese atisbo de Trosky contemporáneo que consideraba sencillo hacer política desde el bar de la Facultad, se considera engañado por la deriva del grupo político que crearon unos cuantos iluminados antidemocráticos entre escrache y escrache: nacieron con la idea de hacer la Revolución y ahora se les ve merodeando el centro izquierda a la espera de una oportunidad para sustituir a la casta que tanto censuraron.
Era previsible. El comunista siempre tiende a la escisión. Y al camuflaje inicial. También a la purga. Junte usted a veinte marxistas leninistas en un piso y cuando vuelva de comprar el pan los tendrá separados en habitaciones irreconciliables, los prochinos aquí, los troskos allá, los estalinistas en otro lado… y así. Cuando alcanzan el poder se destrozan entre ellos, crean una nomenklatura poderosa y proceden a la eliminación de los contrarios. Contrarios que, por supuesto, son tan peligrosos y lamentables como los que encabezan la represión, pero que en este caso les toca perder. Perder literalmente la cabeza. En este caso, los miembros de ese partido llamado Podemos han comenzado el viejo ritual comunista consistente en despedazarse. Monedero acusa al tal Errejón de centrar en exceso el partido (¡qué entenderá este individuo por Centro!), a Pablo Iglesias de excesivo protagonismo y al conjunto dirigente de haber abandonado lo que fueron y el motivo por el que nacieron. Eso ha ocurrido, evidentemente, cuando han tenido que pasar de la Protesta a la Propuesta y se han percatado de que todo no es circular por la vida como intelectuales de la televisión basura: hay que decidir qué se hace con los ferrocarriles, con el ejército, con las pagas extras, con la bandera y con la Semana Santa. Ese es el momento en el que estos profesores de tercera decidieron que para abarcar mucho había que inventarse un concepto transversal de la política, es decir, tratar de convencer a los votantes de que representan un proyecto que no es de izquierdas ni de derechas, que es rabiosamente moderno. O sea, lo que inventó José Antonio muchos años antes de que los abuelos de todos estos se conocieran. La supuesta frescura que invoca Monedero consistía en decir barbaridades propias de asamblea sectaria y en reclamar una pureza democrática que jamás se vivió, ni por asomo, en los países hacia los que profesan esa extraña devoción enfermiza que les impide siquiera lamentar sus excesos dictatoriales. Lo que reclama Monedero es vivir en ese infantilismo feliz de creerse siempre jóvenes por el simple hecho de reclamar bobadas tales como prohibir los toros o romper relaciones con la Santa Sede.
El partido suflé que tan alto creyó estar en las estimaciones de voto ha establecido un viaje al centro… de la nada. En eso tiene razón el tal Monedero. Cuando lamenta que no se reivindique lo que se reivindicaba en aquellas alegres tardes de acampada está reconociendo que los que querían apedrear el Sistema están acabando de integrarse en él. Monedero dice con sinceridad estupefaciente que cada día le cuesta más "sobrellevar la Partitocracia" y en ello desvela su corazón totalitario, al que quiere que regresen todos y del que, en realidad, todos solo han salido de forma aparente. No nos engañemos. Estos ya eran viejos antes de nacer. Peleas. Intrigas. Purgas. Escisiones. La vida.
Y que ande con cuidado Monedero. Que ya sabemos que a Trosky le costó un disgusto más que la hoz, el propio martillo.

Carlos Herrera

Félix Velasco - Blog

viernes, 1 de mayo de 2015

10 cosas que quizás no sabías de la guerra de Vietnam


Soldados de EE.UU.
 
La Guerra de Vietnam comenzó en la década de 1960 con los combates de la guerrilla en Vietnam del Sur y continuó hasta que los últimos funcionarios civiles y militares salieron de Saigón en abril de 1975.
Vietnam conmemora los 40 años de la caída de Saigón. Causas principales de la guerra:
1. Rivalidad de la Guerra Fría. Vietnam del Sur dependía de la ayuda económica y militar de Estados Unidos , mientras que Vietnam del Norte recibía ayuda de la Unión Soviética y China.
2. Números de soldados. Más de 2,5 millones de estadounidenses sirvieron en Vietnam; 536.000 en 1968, el año de niveles máximos. En 1973, cuando Estados Unidos se retiró, las fuerzas de Vietnam del Sur eran alrededor de 700.000 mientras que las fueras de Vietnam del Norte sumaban cerca de 1 millón.
3. Número de muertos. Más de 58.000 estadounidenses y al menos 1,1 millón de vietnamitas murieron. Otros países también sufrieron víctimas. Por ejemplo, fallecieron más de 4.000 soldados de Corea del Sur.

4. Guerra internacional. Algunas naciones enviaron personal militar para ayudar a Estados Unidos. En su nivel máximo, había 50.003 de Corea del Sur; 11.586 de Tailandia; 7.672 de Australia; 2.061 de Filipinas y 552 de Nueva Zelanda. China envió un número sustancial de soldados a Vietnam del Norte: 170.000 en su nivel máximo, para reparar el daño causado por las bombas y para ayudar en la defensa contra los ataques aéreos de Estados Unidos.
5. Guerra aérea. El tonelaje de bombas lanzado en Indochina fue más del doble de la cantidad derribada por Estados Unidos y Reino Unido en Europa durante la Segunda Guerra Mundial.
6. ¿Quién fue el culpable? Durante 20 años, se pensó que un tanque de Vietnam del Norte, el número 843, fue el primero que irrumpió contra las puertas del Palacio Presidencial en Saigón el 30 de abril de 1975. Fue a mediados de 1990 cuando Vietnam concluyó que fue otro tanque, el número 390.
7. Arma icónica Ninguna otra arma está tan identificada con la Guerra de Vietnam como la AK-47. Fue la principal arma del ejército de Vietnam del Norte y las guerrillas de Vietnam del Sur y se convirtió en el arma revolucionaria preferida en todo el mundo. Las tropas estadounidenses utilizaron principalmente el M14 y después el M16. Los rifles de asalto de EE.UU. eran difíciles de manejar en las húmedas junglas de Vietnam.

8. Legado controvertido. Vietnam ha pedido, sin éxito, compensación para las víctimas del Agente Naranja, un herbicida que Estados Unidos roció en Vietnam del Sur.
9. División. Más de 1 millón de los llamados "boat people" (inmigrantes que viajaban en barco) huyeron de Vietnam del Sur entre 1975 y 1989. La mayoría se estableció en Estados Unidos.
10. Normalización. Estados Unidos y Vietnam normalizaron relaciones en 1995 y anunciaron una asociación amplia en 2013. El comercio bilateral creció a casi US$35.000 millones en 2014.

Quynh Le - BBC
Félix Velasco - Blog