domingo, 28 de noviembre de 2010

Tan mal como el resto

No todo ha sido malo en la campaña electoral catalana, aunque lo parezca. Su propia inanidad y pestilencia ha descubierto los secretos mejor guardados de aquella comunidad desde que empezó a autogobernarse: la engolada vaciedad de la política catalanista. La ínfima talla de sus políticos. El fracaso de sus planes. El terreno que han perdido. Hace 40, 30, 20 años, Cataluña era un modelo para el resto de España. Su parte más rica, culta, internacional y abierta, hacia donde se dirigían torrentes de españoles. Hoy, muy pocos lo hacen por saber que Cataluña ya no es la tierra de las oportunidades. Tres décadas de catalanismo excluyente la han encogido hasta el punto de que los catalanes más innovadores están fuera de Cataluña. Y lo más grave es que esto ocurre precisamente cuando el mundo se convierte en un escenario global. Siguiendo al flautista nacionalista, Cataluña ha perdido no sólo riqueza, estima, prestigio y protagonismo, sino también lo más precioso: el tiempo. La traca final de esa deriva contra corriente estuvo a cargo del tripartito, una alianza antinatural de socialistas e independentistas, que hoy repudian todos, empezando por sus propios componentes.
Pero no ha sido sólo el fracaso de un pacto contra natura. Ha sido el fracaso de una política inviable, que ha terminado tragándose a sus protagonistas y dejado al descubierto las deficiencias catalanas. Miquel Roca ha pedido al próximo Gobierno «recuperar el respeto que Catalunya tenía». O sea, que ha perdido. Artur Mas ha prometido «devolver a Catalunya su orgullo». O sea, que ya no tiene. ¿Por qué? Esa es la pregunta que no se atreven a hacer los catalanes, aunque su respuesta es bien sencilla, si bien dolorosa: porque han dedicado su tiempo, sus esfuerzos, sus recursos a la creación de un Estado catalán, que en las circunstancias actuales no es viable, y mañana lo será posiblemente menos.
¿Han aprendido la lección? Como son gente sensata, sospecho que la mayoría, sí, aunque no lo reconozcan. Por eso van a votar mayoritariamente a CiU. ¿Y han aprendido los líderes de CiU la lección? Me temo que sólo a medias. Mas ya no pide la independencia, «cuyo momento no ha llegado», dice. Se contenta con un «concierto económico» similar al vasco, por el que Cataluña recaudará todos los impuestos en su territorio, para ceder al Estado español lo que crea gasta allí. O sea, la independencia económica. Sigue, por tanto, con la idea, aunque sabe que la Constitución no lo permite y Zapatero no puede dárselo, aunque quisiera.
Pero al menos el tripartito se ha acabado y han sido los propios catalanes quienes le han puesto fin. Eso sí, tras sufrir un mandato miserable y una campaña electoral cutre. ¿Quieren una prueba mejor de que son españoles?
José Mª Carrascal
Félix Velasco - Blog

Todos los hombres son malos

Niñas jugando a videojuegos
Buena la ha hecho Zapatero colocando en el mismo ministerio a dos clónicas del exótico feminismo con el que se desayunan cada mañana Leire Pajín y Bibiana Aído, la una ministra, la otra su secretaria de Estado, de cuya conjunción planetaria acaba de salir el proyecto de reforma del Código Civil que ellas quieren aprobar para que se retire la custodia de sus hijos a los padres acusados de malos tratos a sus parejas antes de que la Justicia se pronuncie sobre su posible culpabilidad.
Digo que el feminismo de Aído y Pajín tiene la cualidad del exotismo porque no se corresponde ni con la doctrina de las auténticas feministas que durante un siglo se partieron el alma hasta conseguir la igualdad de derechos de las mujeres en cuestiones sustanciales como el voto, el salario y en general los derechos civiles, ni con la realidad de las mujeres de carne y hueso de hoy, de la que ellas dos viven totalmente ajenas.
Nuestras dos políticas son niñas de papá a la nueva usanza que han aplicado al feminismo los principios de la LOGSE en la que se han educado. Ambas crecieron en hogares privilegiados, hijas de dirigentes socialistas de Cádiz y Benidorm, respectivamente, lo que les permitió pasar del coche oficial de sus padres al propio a poco de cumplir los 20 años. Tampoco, como el sistema educativo que impone su partido cada vez que gana las elecciones, poseen la noción de que las cosas se ganan en esta vida a base de preparación y esfuerzo. Su feminismo es de papá por un lado, de cuota por otro: solo podrían ser ministras con gobernantes como Zapatero, que las quiere como floreros modernos, ahora para cumplir con el requisito de la paridad.
Solteras ambas y sin haberse tenido que hacer la cama en su vida, Pajín y Aído viven en las antípodas de cualquier española de su edad: esa que llega a trabajar aparentemente impoluta, sin huella de haber pasado la noche junto a un niño con anginas, arrastra el carrito del super a la hora de comer, prepara la cena y recoge la cocina cuando ya no le quedan fuerzas ni para llegar a la cama. Están, incluso, tan alejadas del pensamiento feminista actual, que viven con la idea de que todos los hombres son malos. Y lo peor es que, como tienen poder para ello, proponen leyes para que así sea.
Curri Valenzuela
Félix Velasco - Blog

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Cosas hacen y dicen todas las madres


  1. Madres que dicen “Bébete el zumo antes de que se le vayan las vitaminas” 
  2. Madres que limpian la cara a sus hijos a golpe de karate 
  3. Madres que cuando te ven vestida para salir, te preguntan ¿vas a salir? 
  4. Madres que dicen “tráeme el ese que está allí” 
  5. Madres que te lavan las deportivas a escondidas 
  6. Madres que cuando las preguntas por algo que buscas, responden “¡en su sitio!” 
  7. Madres que gastan un sms para contestarte “ok”. 
  8. Madres que cuando les preguntas que hay de comer, responden “comida” 
  9. Madres que dicen “es la primera vez que me siento en todo el día” 
  10. Mi madre también dice “como vaya yo y lo encuentre….” Y lo encuentra… 
  11. Madres que ven la tele dormidas, pero cuando cambias de canal se enteran y se enfadan. 
  12. Madres que dicen “hazme una perdida cuando llegues” 
  13. Madres que echan agua en el bote de champú cuando se está acabando 
  14. Madres que aprovechan que bajas a la calle para que saques la basura 
  15. Madres que dicen “vas a salir así con el frío que hace? 
  16. Madres que miran de reojo la pantalla del ordenador para cotillear 
  17. Madres que dicen “¡Cuidado con esa bolsa que van los huevos!” 
  18. Madres que charlan con su amigo invisible después de una discusión 
  19. Madres que se quitan el marrón de encima diciendo “ Pregúntaselo a tu Padre” 
  20. Madres que hacen ruido por la mañana si has llegado de fiesta a las 8. 
  21. Madres-perro-policía que te dicen “¡Tu has fumado!” cuando llegas a casa. 
  22. Madres que dicen “así no… déjalo que ya lo hago yo” 
  23. Madres que te dan plátanos negros insistiendo en que por dentro están bien. 
  24. Madres que se acuerdan de los niños de África cuando te dejas la comida. 
  25. Madres que nunca esconden cosas porque están donde TU las hayas dejado. 
  26. Madres desmemoriadas que para llamarte nombran antes a todos tus hermanos. 
  27. Madres que llaman “maquinita” a la videoconsola. 
  28. Madres que si te descuidas, te tiran a la basura hasta el carnet de identidad. 
  29. Madres que dicen “con el pelo mojado no sales a la calle”
  30. ...

domingo, 21 de noviembre de 2010

Ben Hur - Cuadrigas


Félix Velasco - Blog

Demasiado simples

CAÍN
Nuestros antepasados, los más bárbaros incluso, parecían tener, fueran como fueran las cosas, alguna idea sólida acerca de unas cuantas cuestiones de la seriedad del vivir y del morir, pero hoy ya no hay realidades ni cuestiones serias, y la imagen misma de lo que es ser hombre es verdaderamente incierta y, en la práctica, lo que nos queda es un nomos o norma provisional de comportamiento derivada del hecho técnico –es decir, de las posibilidades de actuación–, y una imagen del hombre ajustada a la funcionalidad, la rentabilidad y el disfrute. Y lo propio de la rentabilidad y el disfrute es que solamente aquellos seres bípedos que sean rentables, económica o políticamente tienen entidad humana apreciable. El resto, puro número, sólo plantea problemas de ajustes, subsistencia o eliminación más o menos directa o indirecta.
Nuestra desgracia proviene de que nuestro yo mismo es una desdichada construcción cultural de una no menos desdichada civilización occidental, greco-romana y judeo-cristiana, y se nos invita a la felicidad de ser miembros de una manada, que sólo requiere «una simple ideología para sentir que han ampliado sus mentes», como decía sarcásticamente Stephen Vizinczey a propósito de los que nos aseguran que «se aprenden más cosas sobre la difícil situación humana observando una tribu de babuinos o una manada de ánsares que de la Biblia o de Shakespeare», y que «la confusa historia del hombre puede tornarse clara y sencilla con la aplicación de unas cuantas teorías económicas». Y es algo que hay que repetir sin cesar. 
Y en este estado de cosas, el tan citado aviso de don José Ortega y Gasset es ciertamente perentorio: «El verdadero tesoro del hombre es el tesoro de sus errores, apilados piedra sobre piedra durante miles de años… Romper la continuidad con el pasado (es) querer empezar de nuevo, denigrar al hombre, y plagiar al orangután». Pero el orangután o el babuino parecen ser toda nuestra herencia cultural, y todo ha quedado muy simplificado. 
Hace ya años, un gran psicoanalista norteamericano, el doctor Rollo May, propuso una parábola según la cual un psiquiatra llega a la puerta del cielo, y presenta a San Pedro su obra de setenta años sobre la tierra. «He aquí –dice– la edición de mis ciento treinta y dos obras; y permítame mostrarle las medallas que recibí por mis logros científicos». Pero San Pedro no desarma su ceño. «Estoy enterado, amigo mío, de cuán trabajador fue, le contesta. No le acuso de pereza ni de conducta no científica». Y el psiquiatra le interrumpe: «¡Bueno, bien es verdad que modifiqué un poco la fecha de la investigación para mi tesis doctoral!». San Pedro toma, en fin, en sus manos, la ficha del recién llegado y le comenta: «No es inmoralidad lo que señala este documento. Usted es tan ético como el que más. Tampoco le acuso de ser conductista o místico, funcionalista, existencialista, o rogeriano. Éstos son sólo pecados menores... Usted está acusado de «nimis simplicandum». Ha pasado su vida convirtiendo montañas en granos de arena; de esto es culpable. Si el hombre era trágico, usted le hacía trivial; si era picaresco, le llamaba insignificante… si sufría pasivamente, le describía como un bobalicón; y, cuando reunía suficiente coraje para actuar, lo calificaba de estímulo y respuesta. El hombre tiene pasiones, y, cuando usted, pomposamente dictaba su clase, las llamaba satisfacción de necesidades básicas… En suma, que le enviamos a la tierra por setenta años, a un círculo dantesco, y usted gastó sus días y sus noches en teatrillos de segunda».
En ellos estamos, y creyendo estar en la Feria de las banalidades y las complacencias, ensayamos de nuevo el darwinismo nacional-socialista, aunque ahora ya no buscamos perfectos dioses arios, sino que nuestro modelo y patrón es el viejo orangután del que habla Ortega. Porque parece que a estas alturas sólo nos queda ya que atenernos a la Granja y a sus asuntos de reproducción asistida, engorde, y matadero. Todo lo demás sería ya pura y vieja superstición metafísica. 
José Jiménez Lozano
Félix Velasco - Blog

La conquista del Oeste



Félix Velasco - Blog

Entre morir y votar

Alfredo Pérez Rubalcaba, el ungüento amarillo con el que José Luis Rodríguez Zapatero, pobrecito, pretende aliviar nuestros alifafes colectivos, acaba de anunciar que, de aquí a las próximas legislativas, el Gobierno llevará al Congreso 26 reformas legislativas. No 25 ni 27. Entre ellas luce por su propia oscuridad, y divulgan con especial énfasis los terminales propagandísticos que, incluidos los medios públicos de comunicación, nos cuestan un pico, un proyecto para regular la «muerte digna», un tímido nombre para la eutanasia de la que el socialismo instalado en La Moncloa viene hablando desde su advenimiento al poder. ¿Tan difíciles e inabordables son nuestros vigentes problemas económicos y sociales que al Gobierno le parece prioritario hablar de la muerte mejor que de la vida? Este Rubalcaba es mágico, insuperable y, felizmente, irrepetible. Mira que te vas a morir, nos dice con aire cartujo, así que no sufras con el paro y la pobreza: el Gobierno, siempre atento al bienestar ciudadano, se preocupa de que tu muerte esté rodeada del máximo confort y de todas las garantías.

Lo demoledor para un observador neutral, sin pasiones militantes, es comprobar que esas supercherías funcionan y que ya estamos en el debate sobre la «muerte digna» en el que lo primero que debe rechazarse es la terminología. La muerte digna es la de las personas que han vivido rectamente, según sus valores éticos. El sufrimiento no le quita dignidad a esa persona ni en los estertores agónicos ni en un cólico nefrítico. Lo que propone —o propondrá— el Gobierno es morir un rato antes para evitar una última fatiga. Ello se comenta por sí solo en función del valor que cada cual le dé a la vida; pero es, una vez más, distraernos de lo que, aquí y ahora, nos angustia mayoritariamente y para lo que Zapatero y Rubalcaba, dos por el precio de uno, no encuentran solución.
Lo trascendente no es que un político de oportunidad y regateo, como el supervicepresidente, consiga con esas artimañas el efecto que pretende. Ello habla, más que de su talento, de la escasez en la exigencia, la pobreza en el análisis y la devoción irracional por una sigla de quienes les votamos. Vivimos un tiempo en el que, por buscar un ejemplo barato, un político tan cortito como José Montilla puede ser votado en función de la estimulación erótica que produce en sus seguidoras un sobre con una papeleta que lleva su nombre. Con otro nombre impreso, ¿alcanzaría los mismos efectos? En esto, en debates extemporáneos, campañas sin ideas ni programas y menosprecio a la ciudadanía es en lo que ha quedado el socialismo español.
M. Martín Ferrand
Félix Velasco - Blog

sábado, 20 de noviembre de 2010

Blancanieves - Hi-Ho (Doblaje 1964)

Similitudes nacionalsocialistas


Partido Nacional Socialista Obrero Alemán, eufemismo político de una ideoligía que hoy continúa presente en nuestra sociedad, manifiestándose de formas similares y "actualizadas". Una doctrina de pensamiento único y mocultivo intelectual, utilizada con refinamiento por los nuevos nacionalsocialistas:
  1. El judío es blanco perfecto de su ira para que el pueblo descargue toda la frustración ante la pésima marcha de la economía. Un enemigo mortal al que echar todas las culpas.
  2. Forja de un mito alemán sobre sus orígenes, su fuerza, su vigor y su superioridad.
  3. Defensa de un imperialismo visceral que lleva a conquistar los pueblos adyacentes.
  4. Alemania sólo para los "verdaderos" alemanes.
  5. "Mein Kampf" (Mi lucha) un libro casi sagrado para el colectivo fanatizado.
  6. Sin tener mayoría en el Reichstag (parlamento alemán), Hitler ocupa el cargo de Canciller de Alemania.
  7. Una vez en el cargo se convocan elecciones en medio de una intensa propaganda nazi.
  8. Se establece una dictadura a través de medios democráticos.
  9. Proclamación de la "Ley Habilitante", una serie de herramientas jurídicas que le permitía al Canciller ejecutar todo tipo de actos sin miramiento a los límites legales y constitucionales vigentes cuando fuera necesario para mantener el orden.
  10. Comienza así el Tercer Reich, que la propaganda afirmaba duraría mil años.
  11. El Führer queda identificado con el pueblo, su voluntad es la expresión de la del pueblo.
  12. La voluntad del Führer se transformaba en la ley. La aplicación de este principio resultó en formas totalitarias de control y represión, ya que cualquier oposición a los designios del Führer era, por definición, antinacional.
  13. El régimen que se implantó ejerció un fuerte control sobre cada aspecto de la sociedad, mostrando especial interés en la educación de la juventud.
  14. Se adoctrina a los niños en la nueva "fe" que debían creer, seleccionando a unos escogidos para formar una nueva élite de "guerreros sagrados", las SS.
  15. La ciencia tampoco escapa a la influencia de partido y es utiliza para justificar su fanatismo. El nazismo está imbuido de una paranoia racial que le lleva a tejer todo un entramado científico-místico.
  16. Hitler se consolida en "la noche de los cuchillos largos", eliminando a todos los que aun conservaban algo de poder.
  17. Comienzo de la represión, fue llevada a cabo por las SS y la Gestapo, (policía secreta que contaba con una densa red de espías y delatores).
  18. La propaganda recurrió a grandes actos públicos, manifestaciones y desfiles en los que se que escenificaba la grandeza alemana y la disciplina.
  19. Se difundieron políticas de bienestar social (vacaciones, pensiones, etc.) y se puso al frente de los medios de comunicación masiva a personas adictas al régimen.
  20. Los simbolos nazis, su política cultural y racial cubrieron las ciudades.
  21. Los periódicos y libros fueron sometidos a censura, y se llevaron a cabo grandes quemas de libros considerados "perniciosos".
  22. El cine sufrió no sólo la censura, sino además la manipulación. Todas las películas debían contener algún mensaje pronazi. El propio estado se ocupó de producir películas documentales de propaganda, utilizando todos los adelantos de la técnica y arte.
  23. La radio se convirtió en un medio muy importante para entrar en los hogares y someter a las personas a la propaganda nazi.
  24. Se crearon instituciones destinadas a la socialización de niños y jóvenes, las Juventudes Hitlerianas. En ellas los jóvenes recibían educación física y adoctrinamiento político.
  25. Las políticas socialistas de la Alemania nazi sólo pudieron hacerse compatibles con el gasto a costa de un enorme déficit público, que se acumuló año tras año, y de un control de precios y salarios, que provocó todo tipo de distorsiones e ineficiencias económicas.
  26. Se instaura el control reproductivo "concienciando y educando" a los jóvenes.
  27. Se promueve la eugenesia y la eutanasia, ambas enmascaradas por el "bien del individuo", y cuya finalidad es reducir el coste eliminando a los no productivos.
  28. Se establecen los "Campos Lebensborn" en los que las mujeres de origen ario eran inseminadas con padres seleccionados para la creación de niños racialmente puros.
  29. Los judíos encarnaban todos los males que aquejaban a la nación alemana: eran los proletariados agitadores, los financistas avaros y los grandes industriales que exprimían al pueblo alemán; eran la prensa que difamaba a la nación, y también los débiles y corruptos parlamentarios cómplices de los humillantes tratados de paz y de la debilidad de la nación. Eran, en síntesis, el enemigo racial, que desde el interior corrompía y contaminaba a la nación, debilitándola.
  30. El judío era el enemigo absoluto que tanto necesitaba el sistema totalitario para la movilización política y social, así como para distraer la opinión pública de los propios problemas.
  31. Las "Leyes de Núremberg" privaron a los judíos de la ciudadanía alemana y de todo derecho.
  32. Siguió una fase de expropiación de bienes, despidos e "impuestos especiales".
  33. Se prohibió a los abogados y médicos judíos el libre ejercicio de sus profesiones.
  34. Las SS, en la "noche de los cristales rotos", dan comienzo a la violencia física. Los judíos fueron considerados globalmente responsables del ataque y obligados a reparar los daños, a indemnizar al Estado alemán por los destrozos y a entregar el dinero recibido a compañías de seguros. Se los excluyó de la vida económica, se les prohibió el acceso a las universidades, el uso de transportes públicos y el frecuentar lugares públicos como teatros o jardines.
  35. Concentrados en ghettos y campos de concentración son utilizados para trabajos forzados, esclavitud y experimentos médicos.
  36. Comienza la "Solución Final", el holocausto en las cámaras de gas.
Muchos niegan que esto haya ocurrido, muchos miraron hacia otro lado cuando esto estaba ocurriendo, muchos dijeron que ellos no sabían que ocurría. No es difícl hallar similitudes, nuevamente muchos de estos pasos ya han vuelto a ser dados por el nacionalsocialismo postmoderno, sus nuevas victimas también han sido escogidas con cuidado para justificar sus fines y autojustificar su propia existencia. Ello sólo es posible al fanatismo de unos pocos, de ver la oportunida de enriquecerse de bastantes, un enorme puñado de "tontos útiles" y una inmensa mayoría silenciosa. ¿También lo negaremos, miraremos hacia otro lado y diremos que no lo sabíamos?
Félix Velasco

Música Clásica - Guillermo Tell, Giocchino Rossini

domingo, 14 de noviembre de 2010

Las 10 Estrategias de Manipulación Mediática

1. La estrategia de la distracción El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. ”Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.
2. Crear problemas y después ofrecer soluciones. Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.
3. La estrategia de la gradualidad. Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.
4. La estrategia de diferir. Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.
5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad. La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”)”.
6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión. Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…
7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad. Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.
8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad. Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…
9. Reforzar la autoculpabilidad. Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución!
10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen. En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídas y utilizados por las elites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.
Noam Chomsky
Félix Velasco - Blog

sábado, 13 de noviembre de 2010

Facturas en la sombra

Diversas administraciones autonómicas han comenzado a emitir las llamadas «facturas en la sombra», con las que se informa a los pacientes que han hecho uso de la sanidad pública del importe de sus operaciones quirúrgicas, tratamientos, medicación, etcétera. El propósito de tales facturas, según los voceros administrativos, no es otro sino «concienciar» a los pacientes del coste de los servicios sanitarios, para así lograr un «uso más razonable» de los mismos. A esto se le llama tener mucho morro; más, incluso, que el amigo taimado que, después de hacernos un regalo, se encarga de que sepamos cuánto le ha costado, «olvidándose» de retirar la etiqueta que pregona su precio. Con una diferencia sustancial: el amigo taimado que pretende rebozarnos por los morros su generosidad es, desde luego, más miserable que generoso, pero a fin de cuentas, aunque busque también «concienciarnos» (es decir, ejercer sobre nosotros una mortificante tiranía espiritual, recordándonos que estamos en deuda con él), nadie podrá discutir que, en efecto, nos ha regalado algo, sin mediar obligación alguna. Tal cosa no puede predicarse de las administraciones que emiten «facturas en la sombra», a quienes obliga un deber de servicio público; y, además, ese servicio público no es ningún regalo, sino la justa retribución con que corresponden a nuestro esfuerzo tributario. 
Un estudio realizado por EAE Bussiness School nos revelaba hace apenas unas semanas que cada español sufraga anualmente la administración pública con 9.617 euros. Conviene recalcar que se trata de «cada español», no de los españoles que forman parte de la población activa, ni de los españoles mayores de edad, ni de los españoles que tributan por tal o cual impuesto: «cada español» significa que nuestra hija lactante o nuestro abuelo nonagenario también pagan esa cantidad; y puesto que ni nuestra hija lactante ni nuestro abuelo nonagenario cotizan, hemos de concluir que sus partes alícuotas las pagamos nosotros, que estamos en edad de merecer (exacciones). Un régimen administrativo en el que cada administrado tiene que pagar una cantidad semejante es, pura y simplemente, un régimen confiscatorio, infinitamente más aflictivo que el soportado por aquellos pecheros de la Edad Media a los que el analfabetismo contemporáneo pone como ejemplo de sometimiento a la injusticia. Aquellos pecheros tenían que pagar diezmos, primicias, gabelas y montazgos; pero al menos no soportaban la humillación de recibir en el buzón de su casa «facturas en la sombra» en las que sus señores les recordaban el gasto de las huestes que vigilaban los caminos o hacían la guerra al señor vecino que ansiaba anexionarse sus propiedades. Nosotros pagamos 9.617 euros por barba (y también los 9.617 euros de la hija lactante e imberbe y los 9.617 del abuelo nonagenario que se ha dejado crecer la barba, pues el párkinson le impide afeitarse), que valen por todos los diezmos, primicias, gabelas y montazgos habidos y por haber; y aún hemos de soportar que nos choteen, rebozándonos por los morros las facturitas sombrías de marras. 
No estaría mal que, cada vez que nos llegase uno de estospapelajos ignominiosos, recordándonos lo que ha costado la estancia de nuestra hija lactante en la incubadora o los medicamentos del abuelo nonagenario respondiéramos emitiendo otra factura en la que les recordáramos el dineral que a nosotros nos cuestan las variopintas, superpuestas, hipertróficas, unánimemente voraces administraciones públicas. Tal vez así se cortaran un poco. O tal vez no. Porque lo que estas «facturas en la sombra» pretenden es, en efecto, «concienciarnos» del coste de los tratamientos sanitarios; pero no, como muy taimadamente esgrimen, para favorecer un «uso más razonable» de los mismos, sino para irnos preparando para un porvenir próximo en el que tales tratamientos dejen de ser un servicio público. Porque no está lejano el día en que nos cobrarán por la incubadora de nuestra hija recién nacida y por los medicamentos del abuelo nonagenario; y para que ese cobro nos resulte menos aflictivo van preparando el terreno con estas «facturas en la sombra», con las que logran ejercer sobre nosotros esa mortificante tiranía espiritual que los bancos mantienen sobre sus morosos. Así, el día en que por fin se decidan a cobrarnos, nos encontrarán temerosos y contritos, avergonzados de haberlos «gorroneado» durante tanto tiempo; y, para entonces, habremos olvidado que anualmente les pagamos 9.617 euros por barba, que por supuesto seguiremos pagando como agradecidos siervos. 
Juan Manuel de Prada
Félix Velasco - Blog

Todos somos Pérez-Reverte (ya quisiéramos)

No uso Twitter por un aquél del desconocimiento. Entro enFacebook de forma más o menos regular, ya que ahí mantengo contacto con viejos amigos de tiempos casi olvidados y, en ocasiones, tengo oportunidad de dar con algún conocido hace años perdido en la espesura del tiempo. Utilizo nombre falso, ya que, para mi sorpresa, el mío auténtico «con sus dos apellidos y todos sus avíos» ha sido adoptado por alguien a quien desconozco. Me da igual, con su pan se lo coma, pero sepan que ése no soy yo, ni mucho menos. Digo lo de Twitter porque, si lo usase, enviaría un mensaje urgente a aquí mi compañero de página Pérez-Reverte. El contenido es sencillo: «Todos somos Reverte», es decir, un mensaje solidario. A él, en conociéndole, me da que le excita mucho más que le abrumen informáticamente con los insultos más descarnados, pero yo me encuentro en el grupo de los que creen que ha sido duro en su crítica, aunque decente en el concepto a reivindicar. 
Cuando el terrible Arturo le dice al ya ex ministro Moratinos que ala política se viene llorado de casa, lejos de acusarle de llorona floja le está invitando a mantener un acopio de firmeza absolutamente exigible a un cesante. Nada tengo que decir de la sentimentalidad del ministro de Exteriores y de su bonhomía, que tengo por cierta, pero un jefe de la diplomacia, un ministro del Reino de España, debe tener mejor control de lacrimales. No tenerlo es como no tener control de esfínteres. Desgraciadamente, con el episodio de las lágrimas, Moratinos se arriesga a que ésa sea la imagen que quede después de seis años de gestión, mejor o peor, al frente de los negocios exteriores de España, y ello no hace justicia a un hombre que debe templar sus nervios en momentos particularmente delicados. Cuando cesas, cesas sin más. Si quieres echar un berrinche cuando llegas a casa, lo haces, pero en sesión parlamentaria no parece adecuado. Y en el Parlamento español, inusitado. Pérez-Reverte tiene su forma de decir las cosas. Y su derecho a decirlas. Es evidente que a nadie le gusta que le digan que no ha tenido huevos a la hora de marcharse, pero en sociedades libres la crítica severa está contemplada como higiénicamente necesaria y como símbolo de la libertad de expresión. 
Eso lo entiende perfectamente el propio Moratinos, que no hacontestado a la andanada y se ha tragado el sapo caballerosamente, pero no así sus partidarios y sus correligionarios, que en ningún momento han analizado o rebatido inteligentemente el fondo de la frase del escritor. Podemos estar de acuerdo o no, pero seguro que hay razonamientos que podríamos esgrimir a favor o en contra sin apelar a la reacción visceral y vocinglona que ha tenido su entorno, que ha llenado la cuenta de Reverte de improperios ciertamente irreflexivos, los cuales, proviniendo de la chusma anónima de Internet, tienen un sentido, pero haciéndolo de las filas ilustradas del Partido Socialista retratan la genética visceral y tabernaria «ya que estos días se habla tanto de genética» de algunos compañeros de ejecutiva del ministro cesante. Entrar a estos trapos y de esta manera es asombrosamente pueril. 
Convertirse en plañidera o en heroína progre en defensa de unapieza del tablero político es una infantilidad semejante a la de quienes se rasgan las vestiduras por haber perdido al tenis de mesa. El hachazo de Arturo a Moratinos tiene explicación desde el papel reservado a los intelectuales en sociedades libres, sean de nuestro gusto o no. Lo otro es miseria corporativa. En el fondo, aquellos que se erigieron en defensores del derecho de Pepe Rubianes a cagarse en la puta España son los mismos que ahora llenan su correo de improperios varios, no siendo casos equiparables: la desmesura de Rubianes insultaba símbolos y sentimientos comunes a millones de personas «aun así, tenía derecho a hacerlo» mientras que el zarpazo revertiano, en cambio, censuraba la actitud concreta de un representante público expuesto por naturaleza de su cargo a la crítica. Ya que muchos se desgañitaron en aquella ocasión en defensa del malogrado actor, yo lo hago hogaño por mi vecino de tres páginas atrás. Yo también soy Pérez-Reverte (ya quisiera).
Carlos Herrera
Félix Velasco - Blog

La coartada

En este gran tinglado de la farsa en la que nos movemos esnecesario aprender todos los días. Es una perogrullada lo que acabo de decir, pero es que a veces pienso que nos han tirado al mundo deliberadamente sin el libro de instrucciones, lo cual es una carcajada más del Destino, la Providencia o el Cosmos, o quienquiera que crean ustedes que se ocupa de estos menesteres allá arriba. Es verdad que la sabiduría popular, la experiencia ajena y, por supuesto, la religión se ocupan de darnos ciertas pautas o al menos una hoja de ruta que nos ayude a bandearnos en la vida, pero la mayor parte del libro de instrucciones la tiene que escribir uno. Y hacerlo consiste en aprender por el método de prueba-error lo que observa uno del siempre apasionante comportamiento humano. En este sentido, lo más importante para no llevarse mil y un chascos es intentar descifrar cómo demonios les funciona la cabeza a los demás, algo cada vez más complicado, al menos para mí. Una de mis últimas observaciones en este campo es lo que podríamos llamar «la coartada moral». 
Como les he comentado en alguna ocasión, yo no soy partidaria de esas simplificaciones que acaban por catalogar a las personas en buenos y malos, por ejemplo. Creo más bien en dosis de bondad o maldad presentes en unos individuos y en otros. Sin embargo, lo que complica y confunde nuestra valoración de las personas es que hasta los más grandes egoístas, hasta los mayores canallas y miserables no lo son continuamente y, lo más relevante, no lo son con todo el mundo. Es más, a veces estos individuos tienen rasgos de enorme bondad y desprendimiento. Al Capone, por ejemplo, no sólo era un hijo devoto y ejemplar, sino también un generoso benefactor de personas sin recursos. El caso de Pablo Escobar, famoso y sanguinario narcotraficante, es aún más notable. Hasta el día de hoy, su tumba está cubierta de flores y se lo venera como un santo por todo el bien que prodigó en su ciudad de Medellín. Para mí, la explicación a esta forma de actuar tiene menos que ver con el buen corazón de estos tipos que con eso que antes mencionaba, la coartada moral. Y es que hasta los más grandes villanos han de justificarse ante sí mismos, por lo que necesitan tener al menos una mínima parcelita que los haga sentir buenos. 
A unos, como los dos antes mencionados, les vale con emular aRobin Hood. Otros, según tengo observado, se dedican a tener su propia ONG. Y no me refiero ahora a esos grandes depredadores financieros que, al tiempo que arruinan a los pobres con sus hipotecas subprime, organizan todo tipo de eventos benéficos e incluso erigen su propia fundación. Hablo de las personas que nos rodean. ¿Se han fijado en cómo la gente más horrible siempre tiene una parcelita en su vida en la que es la madre Teresa de Calcuta? Algunos, por ejemplo, después de hacerle la pascua a todos a su alrededor, veneran a una anciana tía y la cubren de atenciones, o adoran a los animales e idolatran las plantas, o se precipitan a asistir a los invidentes a cruzar la calle... 
Todo esto me recuerda al divertidísimo personaje de Dickens enCasa desolada, Mrs. Jellyby, una dama entregada en cuerpo y alma a sus labores filantrópicas en el lejano territorio africano de Borrioboola-Gha. Y tan ocupada estaba en socorrer a esa remota tribu que no veía lo que tenía alrededor: una hermana enferma, un marido al borde de la quiebra y seis o siete criaturas tan desatendidas como malcriadas. Así se manifiesta la coartada buena y moral de los que no son ni una cosa ni otra. Lo peor del caso, a mi modo de ver, es que a veces su conducta puede inducir a errores. «No será tan malo «pensamos», hay que ver lo mucho que quiere a su mamá «a su perro» «a su... (rellénense los puntos suspensivos con cualquiera que sea su buena acción). Seguro que lo estoy juzgando injustamente.» Y, sin embargo, la respuesta a este pequeño enigma es «no». No lo estamos juzgando de forma injusta, se trata tan sólo de su particular coartada. Y es que hasta los más miserables necesitan mirarse al espejo todas las mañanas y decir: «Lo estoy haciendo bien, ayudo a los demás. Sí, soy una buena persona».
Carmen Posadas
Félix Velasco - Blog

Cagadas de rata en la paella

Tiene guasa, Tomasa. El Gobierno británico de Su Graciosa Majestad «aunque, gracia de verdad, la que tiene su vástago el Orejas» anunció que no desplegará más efectivos de su Armada en Gibraltar, pese a la petición del ministro de la colonia, Peter Caruana. La Royal Navy ya está presente de sobra en el pedrusco, declaró un portavoz del Foreign Office; así que mandar más barcos está de plus. Punto. Así quedó la cosa. Pero medios del ministerio español de Exteriores manifestaron acto seguido su satisfacción, alabando la prudencia británica. Su buen rollito de compis. Al amigo Caruana, vinieron a decir, le hemos dado en el cielo de la boca. Otro éxito. Eso ocurrió días antes de que al ministro Moratinos se lo fumigara la última remodelación ministerial; que, por cierto, confirmó otra vez que los políticos españoles se van siempre de rositas, sin que nadie les pida cuentas por el desparrame que dejan atrás. Moratinos, cruce de osito Mimosín y abeja Maya, es un ejemplo perfecto, pues ha sido el responsable de Exteriores más claudicatorio y nefasto desde Gómez Labrador, aquel torpe con quien nos la endiñaron hasta las amígdalas en el congreso de Viena. Pero el otro día, cuando lo cesaron, oí decir a Moratinos que se iba «muy satisfecho» de su gestión. Y encima se puso a llorar. Con lagrimones. Se fue tal cual ejerció de ministro: claudicante y blandito. 
Por lo demás, y volviendo a Gibraltar, sobre la sucesora de Moratinos, doña Trinidad Jiménez, todavía no tengo juicio formado. Igual resulta una fiera implacable que, por ejemplo, le introduce al cantamañanas del embajador venezolano en España el código de urbanidad diplomática por el ojete. Pero no creo. Lo que sí me pregunto «y le pregunto a ella, de paso, ahora que se estrena como canciller» es para qué diablos quiere Peter Caruana más barcos de la Navy en Gibraltar. Como se viene demostrando desde hace tiempo, a la policía gibraltareña le bastan un par de modestas lanchas para defender sus aguas territoriales con extrema eficacia. Digo sus aguas territoriales, no porque crea que deban serlo, sino porque en la práctica lo son. Y es así porque los gibraltareños se las han ganado a pulso, aprovechándose con inteligencia y oportuna chulería de los trenes baratos y de las cagadas de rata en la paella. Es simple verdad histórica que las cosas, las tierras, las aguas, las fronteras, son de quienes se las apropian y luego las defienden como gato panza arriba. Por eso sugería hace unos meses en esta misma página «Gibraltar inglés, tal vez recuerden el artículo» dejarnos de adornos y reconocer que España, con o sin Moratinos, que era un mandado, es ahora más que nunca el payaso de Europa; y que el Estado, sometido a demolición sistemática, con sus ciudadanos en perpetua indefensión, no está capacitado para reivindicar ni defender un carajo de nada, léase Gibraltar, Ceuta, Melilla, Córdoba o Matalascañas. 
Y que por eso, entre otras muchas cosas, el Peñón pertenece aquienes desde hace tres siglos lo defienden con tesón y eficacia: los llanitos y sus cínicos compadres, los ingleses. Lo demás son milongas. Por supuesto que Gibraltar tiene aguas territoriales: las que se ha ido atribuyendo con la complicidad infame de las autoridades españolas y la cobarde inhibición de los ministerios de Exteriores y de Interior, que llevan toda la puta vida «también en tiempos del Pepé y el amigo Ánsar, cuando no todo el monte fue perejil» permitiendo sin mover un dedo que la Guardia Civil y el Servicio de Vigilancia Aduanera sean acosados, vejados y expulsados de aquellas aguas. Tragando día tras día, poniendo buena cara y sonrisa estúpida a un rosario de humillaciones y desplantes que llegan ya a la violencia física y los golpes entre embarcaciones. Y cada vez, cuando los desamparados agentes españoles solicitan instrucciones para actuar, la respuesta «cuando llega, porque muchas veces hay silencio» es siempre la misma: retirarse, evitar incidentes, dejar el campo libre. Y de la marina de guerra española «dicho sea lo de guerra sin connotación bélica, naturalmente, sino afectuosa y humanitaria en plan Heidi», ni hablamos. Ocupadísima en el Índico, o en el quinto carajo, con ese portaaviones que acabamos de botar, el Juan Carlos Primero o como se llame. ¿Se la imaginan en la bahía de Algeciras o frente a Punta Europa, afirmando el pabellón? A ésa, ni está ni se la espera. Así que díganme para qué necesita Gibraltar más Armada Real. A los llanitos les basta una zódiac de goma con parches como las que usan los contrabandistas, un walkie-talkie y una bandera inglesa para dar por saco de Sotogrande a Tarifa. Porque pueden. Porque saben. Porque, con Moratinos o sin él, hace trescientos años que le tienen tomado el pulso a esta España acomplejada y llorona. 
Arturo Pérez-Reverte
Félix Velasco - Blog

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Cuando Alfonso XIII le otorgó a Miguel de Unamuno la Gran Cruz de Alfonso X El Sabio, el escritor comentó: "Me honra, Majestad, recibir esta cruz que tanto merezco". El monarca le contestó: "¡Qué curioso! Por lo general, la mayoría de los galardonados aseguran que no se la merecen".
Finalmente, el escritor replicó al Rey: "Señor, en el caso de los demás, efectivamente no se la merecían".
Félix Velasco - Blog

lunes, 1 de noviembre de 2010

Conciliación

Anda mi amigo Ignacio Buqueras empeñado, desde la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios que preside, en cambiar los hábitos laborales de los españoles, que según los estudios demoscópicos son los más caóticos, dilatados e improductivos del orbe. Resulta que el español es quien más tiempo dedica al trabajo; y también quien más estérilmente se lo dedica, alargando su jornada hasta horas inhóspitas que asfixian su vida familiar. Y para suscitar una reflexión social sobre la necesidad de conciliar trabajo y vida familiar ha organizado Ignacio Buqueras un congreso en Valladolid, al que ha tenido la deferencia de invitarme. Es un asunto poliédrico este de los horarios laborales y la conciliación familiar. Parece evidente que en otros países vecinos en los que se trabaja menos horas el índice de productividad es mayor; pero no parece tan claro que la vida familiar salga beneficiada, si consideramos que plagas como la del divorcio los fustigan en igual o mayor proporción que a nosotros. Parece evidente también que la mera importación de hábitos europeos no es el remedio que mejor encaje con el particular temperamento español; y aun sospecho que tal importación acabaría causando graves desarreglos de conducta entre nuestros paisanos. Los holandeses, por ejemplo, a eso del mediodía, interrumpen durante un rato sus quehaceres laborales para ingerir (escribo «ingerir» porque a eso no se le puede llamar «comer») un sándwich; y enseguida se ponen otra vez a trabajar, hasta concluir la jornada. 
Yo he visto cómo lo hacen; y es uno de los espectáculos más tristes de acabamiento humano que haya podido presenciar: para conciliar la vida laboral y la vida familiar hay que empezar por reconciliarse con la vida, y reducir las comidas a una mera ingesta de calorías es como hacer oposiciones a la muerte. En España, desgraciadamente, se han comenzado a imponer hábitos tan infrahumanos y mortuorios; y el resultado es calamitoso, pues agrava en el trabajador el sentimiento de que su trabajo (y, por extensión, la vida) es una mierda, lo que no redunda precisamente en una mayor «productividad»; por no añadir que, de vuelta a casa, ese sentimiento sigue amargando sus horas, y comunicándose a quienes lo rodean. El holandés tal vez vuelva a casa antes que el español, pero es para trasladar el infierno de una vida mortuoria al hogar; y así no hay conciliaciones que valgan. Yo creo que la única «conciliación» posible es la que nace de una vida plena; y no hay vida plena allá donde el trabajo (que, a fin de cuentas, es una «maldición bíblica») se convierte en prioridad absoluta, allá donde deja de ser una necesidad más o menos onerosa y se torna gustosa esclavitud, erigiéndose en sustancia de la propia vida (a la que contamina de muerte), en el astro solar en torno al cual giran los otros aspectos de la vida (reducidos ya a despojos), como planetas de órbita concéntrica. Ésta es una vida sin sentido de la jerarquía; y allá donde no hay jerarquía termina instaurándose el caos: pronto esos planetas subordinados acaban convirtiéndose en asteroides de órbita extraviada, acaban condenados a vagar en las tinieblas exteriores y a ser deglutidos por algún agujero negro. 
Una vida que prioriza el trabajo nada puede conciliar; porque cuando a lo que es subalterno (por muy necesario que sea) se le concede el rango de primordial, lo que es primordial acaba siendo subalterno; y sobre esta subversión desnaturalizadora nada bueno ni vivo se puede construir, como ocurre siempre que lo que es de naturaleza inferior se encumbra a una naturaleza superior. Y, sin embargo, todo se pretende construir sobre esta subversión. Aceptamos que el «éxito laboral» es condición indispensable para la «realización» personal; sacrificamos nuestras plurales vocaciones en aras de un trabajo que ni siquiera es nuestra vocación; aceptamos las renuncias más ímprobas con tal de promocionarnos en el trabajo; e, inevitablemente, cuando nos falta el trabajo somos como muertos en vida, porque previamente se la hemos entregado. La conciliación entre dos cosas que son de naturaleza distinta sólo se puede alcanzar cuando previamente hemos determinado la naturaleza de cada cosa; y determinar la naturaleza de las cosas exige establecer su jerarquía. Cuando se subvierte la naturaleza de las cosas y se altera su jerarquía, el caos «la muerte» ya se ha adueñado de nuestras vidas; y contra el caos «contra la muerte» no valen horarios.
Juan Manuel de Prada
Félix Velasco - Blog

India


India, bella mezcla de diosa y pantera,
doncella desnuda que habita el Guairá.
Arisco remanso curvó sus caderas
copiando un recodo de azul Paraná.
De su tribu la flor,
montaraz guajaki,
Eva arisca de amor
del edén Guarani.
Bravea en las sienes su orgullo de plumas,
su lengua es salvaje panal de eirusu.
Collar de colmillos de tigres y pumas
enjoya a la musa de Yvytyrusu.
La silvestre mujer
que la selva es su hogar
también sabe querer
también sabe soñar.
India es una guarania paraguaya, letra de Manuel Ortiz Guerrer y música de José Asunción Flores - Félix Velasco - Blog

¿Los señores querrán un poco de cochinillo?

Sí, siempre que ese cochinillo haya sido parido por cerda blancatras tres meses y tres semanas de embarazo, siempre que no haya pasado de las tres semanas de vida, que haya sido asado durante unas tres horas, lentamente, que sólo haya sido alimentado con leche de los diez pezones de su madre, que la grasa entre piel y carne haya sido fundida lentamente para que no repita, que su piel sea blanca y no encallada o cérea, que de las tres partes brazuelo, costillas, jamón» me toque el costillar y siempre que se acompañe de un intenso y aromático vino tinto... «¡Ah! Entonces lo que usted quiere es Cochinillo de Segovia. Efectivamente. Nada que objetar de otros cochinillos» Arévalo, Peñaranda de Bracamonte, excelentes ambos», pero la garantía del segoviano, su búsqueda de la perfección, de la uniformidad de aspecto y sabor, hacen que su degustación sea una experiencia inolvidable. Han tardado unos cuantos años, pero van comprobando que dieron el paso acertado: uniendo criterios de crianza y selección de raza, desechando lo que antes se mezclaba «fuera bueno o menos bueno,» han hecho negocio, han elevado el listón de calidad y gozan de las jugosas ventajas que brinda crear una marca. 
En toda Segovia puede exigir que el cochinillo sea de ladenominación de origen Cochinillo de Segovia. Saboreará el carnoso sabor de los animales por destetar, que es una cosa que a muchos no les gusta o lo consideran una barbaridad, pero que a la mayoría entusiasma. Hay quien cree que los animales no deben ser sacrificados o que deben servir de alimento cuando se hayan muerto de viejos; es una opción, pero acabaría con la industria alimentaria y desesperaría a los que habrían de plantarse delante del pollo a esperar pacientemente que expirara. No, los animales deben servir de alimento al hombre y éste ha de explorar sistemas de crianza y multiplicación que garanticen producto al alcance de todos. Luego están ya las exquisiteces: es demoledor cómo se consigue el foie de oca, engordando y enterrando al bicho hasta que revienta y su hígado se transforma en una masa hipertrofiada que luego pasa a ser envasado con delicadeza y vendido en establecimientos gourmet. Son varios los que se niegan a comer algo obtenido así. Otros prefieren no comer los huevos producto de las gallinas ponedoras que obran a todas horas mediante el engaño de la luz artificial. Es cierto que no hay color con un huevo de corral puesto por una gallina que va de aquí para allá comiendo su maíz y escapando del gallo, pero eso no da para todos, tan sólo alcanza las bocas de unos privilegiados. 
Hay quien tampoco come conejo o pollo de granja, de esos criados a montones y con la fecha de muerte escrita en el pico: si se puede acceder a conejo de monte o a pollo de corral, no me extraña que lo hagan, ya que no hay color ni comparación posible, pero tampoco da el campo como para alimentar a todas las bocas. Pero ¿esto a qué venía?, que estaba yo escribiendo del cochinillo y se me ha ido la mano... ¡Ah!, sí, ver un animalillo tan chico, recién estrenado en la vida, abierto boca abajo en un plato de barro con una rama de perejil y una manzana en sus fauces conmueve a algunas almas sensibles, cosa que puedo comprender. Pero está tan rico, tan jugoso, tan crujiente, tan suave que uno sólo ve a un sacrificado generoso por la causa del hombre. En Segovia, visita de por sí imprescindible alguna vez en la vida, podrá darse cuenta de lo que hablo. ¿Dónde? La calidad es alta en casi toda la ciudad, aunque obviamente tres nombres se llevan las resonancias populares: Cándido inventó, Duque perfeccionó y José María lo elevó a la exquisitez. Comer junto al Acueducto en el mesón que el gran Cándido popularizó en el mundo entero, en la excelente casa que Duque abrió hace un siglo en la calle Cervantes o en el templo soberbio de José María junto a la Plaza Mayor justifica cualquier viaje, peregrinación o visita a la ciudad que, tan sólo verte, te suelta un bofetón romano inalcanzable por ninguna otra. Sí, haga cochinillo para todos.
Carlos Herrera
Félix Velasco - Blog