lunes, 28 de noviembre de 2011

Concierto divertido - Andre Rieu Medley



Curioso, simpático y alegre vídeo de un concierto coral de la Orquesta Sinfónica de Maastrich (Holanda) conducido por el director, compositor y violinista alemán André Rieu. Interpretando una serie de melódicas piezas musicales de origen italiano.

Félix Velasco - Blog

domingo, 27 de noviembre de 2011

Kit de senador

Acabamos de elegir, muy democráticamente, eso sí, algo que si Rajoy lo suprimiera de un plumazo en cuantito llegara a la Moncloa faltaban en España palomas que soltar y cohetes que disparar para celebrarlo: el Senado. Somos tan imbéciles que aunque no sabemos para qué logroño sirve el Senado (si es que sirve para algo) y queremos que lo supriman, vamos y echamos la papeleta sepia en su urna, y hasta ponemos el están-clavadas-tres-cruces en tres nombres de este monte del olvido carísimo y superfluo. Las diputaciones, no sé, pero el Senado por supuesto hay que suprimirlo. Ay, qué pena de la abstención que no existió en las urnas del Senado. A nadie se le ocurrió, pero hubiera sido precioso: que mientras votábamos a los diputados del Congreso, porque allí sí que reside la soberanía nacional, no hubiésemos echado una sola papeleta en la urna del Senado. Que al Senado le hubiéramos vuelto electoralmente la espalda. Que le hubiéramos echado la misma cuenta que la mal llamada Cámara Alta echa a los verdaderos problemas de España: ninguna. Si el Senado estuviera de verdad preocupado por los problemas de España, lo primero que tenía que hacer era autodisolverse para ahorrar millonadas, en vez de empezar los tíos caras a cobrar los sueldos desde el mismo día siguiente a las elecciones y en vez de seguir tirando el dinero, como si lo regalaran, con ese «kit de senador» que les regalan, donde llevan ordenador portátil de gañote, teléfono inteligente de válvula, tableta digital de pescuezo, vale para hartarse de coger taxis de gorra, pase para no pagar un duro en trenes y aviones, y qué sé yo cuántas mamelas, mamandurrias, mangoletas y dietas no precisamente Dukan.
El Senado forma parte de esos tristes muros en ruina de la Patria mía que no tenemos posición para seguir manteniendo en pie. Suele decirse que España está como está porque en cada pueblo hicieron un polideportivo, una piscina cubierta, un centro cívico, una biblioteca, un hogar del pensionista, un auditorio, un instituto, dos ambulatorios de la Seguridad Social y en algunos, además, un hospital comarcal, una pista de motocross, una residencia de ancianos y un carril-bici. No hay economía que sostenga eso. Aunque no tuviéramos cinco millones de parados. España no tiene posición como para que haya una Universidad en cada provincia, un aeropuerto cada cien kilómetros y un Ave en cada ciudad. Y televisiones autonómicas, ¡vengan televisiones autonómicas! Y vengan televisiones locales, para que el alcalde tenga unas cámaras serviles a su disposición permanente, que lo saquen guapo y no mienten ni por equivocación a la oposición. ¿Usted sabe, por ejemplo, cuántos canales de televisiones autonómicas hay en Cataluña? Pues seis, a saber: el canal generalista TV3, el cultural Canal 33, el infantil y juvenil Super 3 y 3XL, el de información continuada 3/24, el de alta definición TVC HD y el deportivo Esport 3. Como quien hace un grandísimo ahorro, Mas, el presidente con nombre de supermercado, ha anunciado que suprimirá dos canales autonómicos. ¡Que te quedan cuatro canales, picha, no presumas tanto! Te queda de momento un canal autonómico más de los que tiene Andalucía, donde los señoritos del cortijo y los jerarcas del Régimen tienen a su disposición tres televisiones perfectamente suprimibles: Canal Sur, Canal Sur 2 y Andalucía TV Internacional.
Menos mal que Angela Merkel probablemente no sabe una papa de todos estos dispendios patrios, que, si no, prontito se le iba a poner al teléfono a Rajoy. Porque estoy seguro de que si supiera, por ejemplo lo del Senado inútil y lo del «kit de senador», le decía a Rajoy:
—Marrriano querrrido: ¡un pico y una pala era lo que yo ponía en el «kit de senador»! Y si de paso le das ese mismo «kit de senador» a cada político, pues no tendrás que venir tanto a llorarme en el hombro, Marrriano...
Antonio Burgos
Félix Velasco - Blog

domingo, 20 de noviembre de 2011

Vaya usted mucho con Dios, ZP

Mi amigo El Bati de Cádiz me ha comunicado por el teletipo de la guasa de WhatsApp que a ZP, gracias a Dios, le quedan exactamente dos telediarios. A saber: el de primera hora de la mañana de hoy y el de las 3 de la tarde. Es lo mejor de la jornada electoral. Lo mejor de este 20-N es que, como en el de antaño, en plan Arias Navarro, tendría que salir alguien en TVE, a ser posible en un receptor en blanco y negro modelo «Cuéntame», y con lágrimas (de alegría) en los ojos anunciar, no haciendo pucheros, sino dando zapatetas de contento:
—Españoles: Zapatero se va con toas sus castas...
Ea, pues vaya usted mucho con Dios. A la alegría natural de esta fecha, el topicazo de que las jornadas electorales son la fiesta de la democracia, hay que añadir hogaño el estallido de cohetes y la suelta de palomas porque, por fin este tío se va, después de dejarnos a todos (y al Reino de España el primero) más tiesos que la garrocha de Javier Buendía, según anunció Rajoy en Huelva.
Ea, pues vaya usted mucho con Dios, señor Zapatero. Y sus locuras. Y sus insensateces. Y sus improvisaciones. Y sus ocurrencias. Y su Sindicato de la Ceja, que nos lo ha dejado como una cesta de Navidad y tendremos que seguir viendo estas Pascuas cómo se lo siguen llevando calentito unos progres de Visa Platino que se creen genios, pero que no pasan de subvencionados campeones del Gañoting.
Vaya usted mucho con Dios, aunque no crea en Él, con todos los saltos de cigarrón que, sin saber dónde iba a caer, ha pegado en todos estos años. Vaya usted mucho con Dios con la retirada de tropas de Irak, con la anulación del Plan Hidrológico Nacional, con las plantas desaladoras que anunció y nunca vimos. Vaya usted mucho con Dios con el cheque bebé, y con los 400 euros, y con el Plan E, y con la segunda parte contratante del Plan E. Vaya usted mucho con Dios con el mal llamado matrimonio homosexual, con la Educación para la Ciudadanía (y el Ciudadanío), con su paridad, con su Ministerio de Igual Da de Bibiana Aído, con su Leire Pajín, con su Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural, Medio Marino y media pringá, que es lo que le dejado usted al campo, con una política agraria tan errática como la económica. Vaya usted mucho con Dios con su presión sobre los tribunales, con sus fiscales generales del Estado comiéndole en la mano, con su Proceso de Pazzzzz con el que ha conseguido nada menos que entregar nobilísimas instituciones democráticas vascongadas directamente a los asesinos de la ETA. Vaya usted mucho con Dios con el Faisán, y con la gasolinera de Blanco, y con la manipulación de TVE, y con la compra de los aparatos de propaganda de la cultura. Vaya usted mucho con Dios con sus seis meses de presidencia de la Unión Europea que aquí presentaron los suyos como lo más grande del mundo, cuando era una simple cuestión de turno del orden alfabético del nombre de las naciones continentales. Vaya usted mucho con Dios con su Alianza de Civilizaciones; con sus amiguitos los dictadores sudamericanos, con la boina roja de Chavez con zeta y con el chalequito de punto de Evo Morales. Vaya usted mucho con Dios con la Championlí de la economía, con la solidez de la banca española y con los brotes verdes que te quiero verde.
Como lo de Churchill a los ingleses en la II Guerra Mundial: nunca tantos aguantaron tanto durante tanto tiempo a un tío que hizo tantas tonterías con el dinero que ahora nos falta.
Antonio Burgos
Félix Velasco - Blog

sábado, 19 de noviembre de 2011

Reflexión

En el supuesto de que se cumplan las previsiones demoscópicas, los españoles habremos decidido mañana un cambio de dirección en el gobierno del país, pensando en que alguien invierta a tiempo el curso de los acontecimientos y nos salve del cubo de la basura. Los hechos desacreditan la capacidad de quienes nos gobernaron hasta ahora y casi puede darse por sentado que habrá un cambio de color en La Moncloa. Sabemos de dónde venimos y sabemos también a dónde no queremos llegar. El momento es de suma gravedad. Ya no se trata sólo de que la sociedad española haya perdido muchos de sus valores singulares, ni de que haya cundido cierta cultura de la pereza industrial que nos convierte en un soleado país de contrabandistas, camareros y tunos. El problema es que además de habernos despojado de muchos de los valores que nos convirtieron en un país desarrollado, ahora nos encontramos con que quienes nos dilapidaron el espíritu, nos vaciaron de paso la nevera. Muchos de quienes en su día pelearon con sacrificio y entusiasmo por la propiedad de un piso se encuentran ahora luchando a la desesperada para impedir su desahucio. Y todo ocurrió en muy poco tiempo, en unos cuantos años de rotunda insensatez política, en medio de esa sorprendente jovialidad tan española que nos permite hundirnos con la surrealista ilusión de que el naufragio pueda servirnos al menos para aprender a nadar. En un abrir y cerrar de ojos nos hemos puesto en la estela de los países más miserables de la eurozona y, como consecuencia de la regresión económica y moral, tenemos cotas de criminalidad impensables hace sólo algunos años, hasta el punto de que muchos criminales temen salir de madrugada a la calle. Al hecho evidente de que ya casi no quepan más españoles en las colas del paro, se añade la evidencia de que tampoco quedan vacantes en las celdas de las prisiones. Es triste, pero cierto, que España se ha convertido en uno de esos países en los que la gente que pierde el empleo reza para que sea posible perder al mismo tiempo la libertad, pensando en que las restricciones del presidio permiten al menos el disfrute de tres comidas al día. Pero hemos sido siempre un pueblo entusiasta y saldremos adelante por la sencilla razón de que ni siquiera somos organizados para hundirnos del todo. Aquí nadie ignora que incluso en el extremo dolor de la muerte, los españoles siempre nos hemos dado cuenta de lo hermosa que resulta cualquier mujer fea al convertirse en viuda. Hoy es jornada de reflexión. Y eso significa que los españoles podríamos aprovechar para darnos cuenta de que tendríamos que elegir para el Gobierno de España a alguien que sea capaz de tomar las decisiones sin meterse en política.
José Luis Alvite
Félix velasco - Blog

martes, 8 de noviembre de 2011

El león y la zorra

Un león, en otro tiempo poderoso,
ya viejo y achacoso,
en vano perseguía hambriento y fiero
al mamón becerrillo y al cordero,
que, trepando por la áspera montaña,
huían libremente de su saña.

Afligido del hambre a par de muerte,
discurrió su remedio de esta suerte:
Hace correr la voz de que se hallaba
enfermo en su palacio y deseaba
ser de los animales visitado.

Acudieron algunos de contado:
mas como el grave mal que le postraba
era un hambre voraz, tan sólo usaba
la receta exquisita
de engullirse al Monsieur de la visita.

Acércase la zorra, de callada,
y a la puerta asomada
atisba muy despacio
la entrada de aquel cóncavo palacio.

El león la divisa, y al momento
le dice: "¡Ven acá;
pues que me siento
en el último instante de mi vida!
Visítame, como otros, mi querida."

"¿Cómo otro? ¡Ah, señor! He conocido
que entraron sí, pero que no han salido.
¡Mirad, mirad la huella,
bien claro lo dice ella!
Y no es bien el entrar do no se sale."

La prudente cautela mucho vale.
Félix María Samaniego
Félix Velasco - Blog

sábado, 5 de noviembre de 2011

Eufonía comercial

El que vende algo o difunde una idea hará bien en condensar el atractivo de lo que ofrece en una palabra, una locución, un eslogan, unas siglas, un marbete. Se ha hecho siempre, y más en esta época de la economía de mercado y del márquetin. Recordemos algunas siglas o acrónimos clásicos: SPQR o INRI. En el castellano del siglo XVI se llamaba "empresa" a esa frase condensada que distinguía a una institución, incluso a una compañía comercial. La cosa venía de la heráldica, los símbolos o palabras que inscribían los caballeros en sus escudos. De ahí pasó a otras instituciones, incluso religiosas. Por ejemplo, el AMDG de los jesuitas. Carlos V añadió al escudo real la orgullosa leyenda de "Plus Ultra". Tanto éxito tuvo que el símbolo para el dólar americano y luego para el euro es $ o €. Se ve más claro en el símbolo del dólar, tal como se dibuja en los Estados Unidos. Es una cinta ondulada vertical en la que se cruzan dos barras, esto es, las columnas de Hércules del escudo de los reyes españoles a partir de Carlos V. Lo tomaron los norteamericanos porque en el siglo XVIII la moneda fuerte que circulaba en los Estados Unidos (antes y después de la independencia) era el peso español con el escudo correspondiente.
Una cuestión actual es la de asignar un nombre comercial a una empresa (ahora en el sentido de organización comercial). Se trata de buscar una palabra que sea eufónica. El problema es que la eufonía es distinta según los idiomas. En inglés son palabras eufónicas los monosílabos, especialmente si terminan en consonante. Sin embargo, a veces se busca en inglés la eufonía de las palabras llanas terminadas en vocal. Para un angloparlante esas voces resultan exóticas, pero de ahí derivan su atractivo. El ejemplo típico es COCA-COLA. Tan difícil de pronunciar es para un norteamericano que en la práctica dicen "coke", un monosílabo.
En español hay que seguir esa regla que resulta exótica en inglés. Las palabras más atractivas, las que se recuerdan bien, son los bisílabos o trisílabos que terminan en vocal, a ser posible en , y que sean palabras graves. Son muchas las empresas comerciales que han dado con una razón social que cumple esas especificaciones. Listo algunas según me van saliendo: ALVIA, REALIA, BANKIA, NOKIA, ZARA, IBERIA, CAIXA, TOSHIVA, TOYOTA, ALCOA, ALBA, PRISA, SOLARIA, ZELTIA, ACCIONA, ADA, INDRA. Hay muchas más, sin duda. La lista se podría ampliar notablemente si incluyéramos las voces con más sílabas; por ejemplo, MERCADONA. Podríamos agregar la facilidad para cumplir las condiciones dichas con las palabras que terminan en SA (=sociedad anónima). Hay miles. Recuerdo sobre la marcha estos trisílabos: ENDESA, FENOSA, GAMESA. Ya de paso, habrá que razonar que el tópico de "la marca ESPAÑA" cumple las condiciones dichas. Aunque las palabras terminadas en suelen ser muy negativas (araña, migraña, calaña, alimaña, cizaña, huraña, etc.) también hay algunas hermosas (entraña, espadaña, montaña, hazaña, etc.). En síntesis, que la palabra ESPAÑA es un buen nombre comercial. Ha sido reivindicada por el deporte de masas. Desde luego, suena mejor que "Estado" o "en este país".

El botellón de la democracia

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Como cada vez que comienza una campaña electoral, el acto de la pegada de carteles es la ceremonia inaugural de una liturgia que durante quince días amenazará la paz de los contribuyentes. Esa noche los políticos llevan a cabo el único trabajo manual que se les conoce, pegando carteles del partido provistos de cepillo y engrudo, tratando a su vez de que la ropa no les quede del todo inutilizable a causa de los lamparones. Deberían ponerse un mono azul con un pañuelo anudado cubriéndoles la cabeza, que es como los curritos de orden realizan esas labores para preservar la integridad de su ropa de calle, pero a los asesores de imagen les daría un ictus y no es cuestión de sobrecargar aún más las cuentas de nuestra sanidad.
Rodeados de pelotas por todas partes menos por una, para que la cámara de televisión saque un buen plano, los políticos que aspiran a la poltrona hacen en ese momento unas declaraciones todavía más prescindibles de lo que en ellos es habitual. Las televisiones dan cuenta de este acto inaugural como si algo realmente importante hubiera sucedido en España y a partir de aquí sálvese quien pueda, porque en estos quince días a la vuelta de cualquier esquina corre uno el riesgo de encontrarse con cualquier candidato estrechando manos y pidiendo el voto como un poseso.
A los mítines sólo acuden los que ya han decidido votar al partido que lo organiza, pero para estar presente en una pegada de carteles hace falta una mayor convicción porque, a diferencia del resto de actos electorales, es una convocatoria que se realiza a altas horas de la noche y, encima, a la intemperie. Tan sólo un nivel de fanatismo de carácter clínico, o la necesidad de dejarse ver por el candidato en un acto inclemente donde los haya, puede explicar la notable concurrencia de público que hemos podido ver en estas primeras imágenes que dan comienzo a la campaña electoral. Salvo en el caso de las candidaturas del PSOE fuera de Madrid, claro, en las que, por falta de público, entre los miembros de la candidatura han tenido que echarse una mano sujetando el cartel para que el otro le restregara la cola.
Si la fiesta de la democracia es el día en que los votantes acuden a las urnas, el arranque de la campaña electoral es el botellón previo que los más entregados llevan a cabo para ir preparando el cuerpo. Qué ejemplo para la juventud.
Pablo Molina
Félix Velasco - Blog

Ciencia y santidad

Estoy seguro de que si se hiciese una pregunta pública sobre los sondeos de opinión, el resultado nos diría que un porcentaje muy elevado de los encuestados no sólo desconfiarían de la fiabilidad de las encuestas, sino que dudarían seriamente de su existencia real. Hay sobrados ejemplos recientes en los que basar cualquier suspicacia al respecto. Si uno mira a su alrededor, se sorprenderá de que conoce a muy pocas personas a las que se les haya pedido su respuesta a algún sondeo pensado para proyectar estadísticamente la intención de voto en unas elecciones generales, si es que de verdad sabe de alguien que haya respondido a una encuesta. Personalmente no conozco a nadie que haya sido preguntado al respecto, ni tengo idea de que algunos de mis familiares o amigos tengan localizado en su entorno a alguien cuya opinión haya sido recogida en la cartulina de un sondeo. Si ésa es la sensación general, ¿qué pensar entonces sobre el origen de los estudios demoscópicos que proliferan con motivo de las elecciones públicas? Y por otra parte, ¿con qué intención se publica algo que en apariencia carece de rigor científico? Si uno fuese malpensado, o no disimulase que lo es, diría que los sondeos son un magnífico negocio económico sin apenas gastos, concebido unas veces para justificar la existencia de supuestas empresas demoscópicas, y otras, las más, para crear entre la gente la opinión que dicen reflejar, del mismo modo que del gremio de economistas se sospecha con razón que es un conglomerado de expertos cuya falsa sabiduría consiste en explicar aquello que fueron incapaces de prever. Yo no sé si la fantasía demoscópica constituye el indudable reflejo de la escasa afición de los españoles por la ciencia, pero es evidente que vivimos en un país en el que la conjetura resulta siempre más efectista, y más brillante, que la constatación. No hay más que echar un vistazo a las predicciones meteorológicas para comprender por qué los españoles consideramos todavía un fiable sistema de medición los dolores reumáticos de la abuela y despreciamos los pronósticos teóricamente referidos al estudio cartesiano de las isobaras y las isotermas. Sondeos de opinión, meteorología... ¿En cuántos otros aspectos de la vida ordinaria parece natural dudar de la consistencia científica de quienes tendrían que acreditarla cada día? Desde luego es muy preocupante que no sólo no seamos capaces de pronosticar científicamente el futuro inmediato, sino que incluso discutamos el pasado y pongamos en duda la Historia, sin olvidar que ciertos sectores del nacionalismo se empeñan en cuestionar de vez en cuando la geografía. ¿Cómo vamos a predecir el comportamiento electoral de los ciudadanos, o prever la meteorología de mañana, si la ciencia prospectiva ha alumbrado unas cuantas promociones de científicos incapaces de pronosticar siquiera el tiempo que hizo ayer?
José Luis Alvite
Félix Velasco - Blog

miércoles, 2 de noviembre de 2011