Esta réplica del retrato más famoso de la Historia del arte llevaba en España toda una vida (su primera referencia es un inventario de las Colecciones Reales fechado en 1666) y había colgado de las paredes del Prado de forma recurrente.
Fue pintada por uno de los pupilos favoritos del genio. Los expertos barajan dos nombres: Andrea Salai o Francesco Melzi.
Los arrepentimientos presentes en ambas coinciden: cuando Leonardo da Vinci corregía el rumbo y retocaba algo, el pupilo hacia lo propio, en lo que supone una especie de fotocopia simultánea, un work in progress paralelo a la voluntad del maestro.
Se trata de una obra que proporcionará nueva información sobre la propia Monna Lisa del Louvre, ya que esta sobrevive medio sepultada bajo capas de oscuro barniz y eso oculta bastante de la información que Da Vinci quiso procesar en esta obra maestra, supuestamente un retrato de la joven llamada Lisa Gherardini, esposa de un rico comerciante florentino llamado Francesco del Giocondo.
El tamaño de original y réplica es prácticamente el mismo: 77 X 53 centímetros para el primero, y 76 X 57 para la segunda.
Félix Velasco - Blog
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