viernes, 10 de febrero de 2012

La Guía Michelín y el Desembarco en Normandía

La Guía Michelín fue elaborada por los hermanos Michelín pensando en los automovilistas pioneros que disfrutaban de los viajes en coche, pero lo que no es tan conocido es el importante papel que jugó en el Día D.
Michelin (o Manufacture Française des Pneumatiques Michelin) es, principalmente, un fabricante de neumáticos. Fundada en 1889 en Clermont-Ferrand (Francia), con el desarrollo de neumáticos de bicicleta.
La mascota de esta compañía es llamada Bibendum, un personaje de color blanco que está formado por muchos neumáticos. La forma abultada de este simpático personaje ha derivado a llamar michelines a los excesos adiposos alrededor de la cintura.
Como actividad secundaria, Michelin realiza ediciones de guías turísticas, guías gastronómicas y mapas de carreteras, siendo la más vendida la conocida como Guía Michelin.
Durante la retirada del Cuerpo Expedicionario británico en dirección a las playas de Dunkerque, en mayo de 1940, quedó claro que el Ejército enviado por Churchill para socorrer a la amenazada Francia no estaba preparado para una intervención en el continente europeo. 
Un ejemplo de esta falta de previsión era el hecho de que los soldados no disponían de mapas de carreteras, por lo que se veían contínuamente obligados a preguntar a los habitantes de la región, sufriendo las correspondientes confusiones y retrasos. Los soldados pedían contínuamente a sus superiores que les proporcionasen estos mapas, pero las peticiones chocaban siempre con la pesada burocracia militar. 
Esta dificultad fue subsanada drásticamente por el mayor Cyril Barclay, que compró en una librería todas las guías de carreteras Michelin que tenían a la venta, pagándolas de su propio bolsillo, para que las tropas británicas pudieran encontrar así el mejor camino para llegar a Dunkerque. Curiosamente, cuando Barclay pidió posteriormente que le fuera reembolsado este gasto tan perentorio, el Ejército británico le comunicó que no era posible, puesto que no existía ninguna partida destinada a la compra privada de mapas de carreteras, al corresponder al Ejército la misión de proveer de ellos a las tropas. 
Algo parecido sucedió en el otro bando; la guerra relámpago en el oeste se hizo con la ayuda de los mapas Michelin, puesto que los oficiales germanos confiaban en ellos para rodar con seguridad por las carreteras francesas. En este caso, Michelin se impuso a las guías alemanas Baedeker, que, a falta de buenos mapas militares, eran las que solía utilizar la Wehrmacht. 
Más tarde, tras el fracaso de la Luftwaffe en la Batalla de Inglaterra, Goering intentó vengarse de aquella humillación castigando el orgullo inglés, destruyendo los edificios más emblemáticos de sus ciudades. Fruto de este plan serían los conocidos como Baedeker Raids, al fijar como objetivos principales los edificios y monumentos que la guía turística calificaba con tres estrellas. La operación de castigo se inició el 24 de junio de 1942 con una operación contra Exeter y se prolongaría hasta junio, pero sus pobres resultados decepcionarían de nuevo a Goering. 
Mientras a comienzos de 1944 se preparaba en Gran Bretaña la flota que habría de desembarcar en Normandía con el fin de crear un nuevo frente occidental, se planteó un problema. El Estado Mayor temía que la progresión de las tropas se viera ralentizada debido a que las señalizaciones habían sido destruidas o desmontadas en la mayoría del territorio francés. Buscando una solución a este problema y con el acuerdo de la dirección de Michelin-París, decidieron reproducir la última edición de la Guía Michelín, la de 1939, que contaba con gran cantidad de planos detallados y actualizados del territorio francés lo que permitiría a las tropas moverse con facilidad.
Así se imprimió una tirada que se diferenciaba de la Guía de 1939 por una encuadernación menos rígida, la ausencia del apartado Neumáticas y algunas menciones en inglés, además de la aparición en su portada de la mención “For Official use only”.
Así pues las unidades que el Día D desembarcaron en Normandía lo hicieron con la Guía Michelín bien guardada entre sus pertenencias. Muchos de aquellos ejemplares se perdieron o fueron destruidos, lo que explica que se conserven tan pocos ejemplares de aquella Guía “especial Desembarco”.
Tras la liberación de París, las oficinas del boulevard Pereire imprimen y facilitan a los Aliados más de dos millones de mapas del norte y el este de Francia, Bélgica y Alemania que facilitan el avance de las tropas.
Félix Velasco - Blog

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