miércoles, 1 de febrero de 2012

Barcos Razzle Dazzle

Durante la Primera Guerra Mundial los torpedos no eran muy veloces, ni tampoco “electrónicamente inteligentes” como para ser capaces de variar su rumbo y seguir al objetivo. Generalizando un poco podríamos decir que los torpederos alemanes se valían de tres pasos vitales:
  • 1-Localizar el blanco a destruir
  • 2-Determinar su volumen, velocidad y rumbo
  • 3-Teniendo en cuenta los factores anteriores, y la distancia entre el barco y el submarino, disparar el torpedo calculando que la trayectoria recta de este coincidiera en el momento justo con la del barco.
A pesar de los grandes éxitos cosechados por los submarinos germánicos U-Boat (anglicismo de U-Boot, del alemán Underseeboot o “nave submarina”) como podéis suponer no era tan fácil acertar con los torpedos, y una vez disparado el primero ya se comprometía la seguridad del submarino revelando su localización.
Se comenzaron a camuflar barcos para que no fueran fácilmente distinguibles en el océano, y se consiguió en cierta medida siempre que el enemigo fuera un barco convencional, ya que desde los submarinos los barcos se recortaban claramente en el horizonte y eran fácilmente detectables, haciendo aquel primer camuflaje inútil.
Para evitar a este segundo enemigo, los submarinos, se decidió pintar los barcos de un modo extraño. Ya que no se podían ocultar a la vista, al menos se buscaría hacer el objetivo menos sencillo de abatir para los U-Boote. Se pintaban los barcos con unos patrones tan extravagantes que conseguían crear una ilusión óptica que evitaba al enemigo determinar con exactitud y facilidad cuál era el curso de la nave. En 1917 estaba planeado pintar toda la flota mercante y parte de la flota de guerra.
Los diseños fueron creados por la Royal Academy de Londres. Los dibujos, además de bloques y líneas de colores, incluían en ocasiones puentes y anclas. El artista británico (y oficial de la Marina por aquel entonces) Norman Wilkinson ideó un tipo de pintura de camuflaje a la que llamó “Dazzle Camouflage” (y que se popularizó más adelante en EEUU con el nombre de Razzle Dazzle), que consistía en pintar los navíos con un complejo patrón de formas geométricas en colores contrastantes y brillantes, interrumpidos por líneas negras que se cruzaban entre sí. 
Esto provocaba cierta dificultad a los alemanes para poder determinar las dimensiones reales del buque y su dirección concreta, haciendo los cálculos para disparar los torpedos mucho más complicados. Un ejemplo más de cómo una idea en principio sencilla sirve para un gran propósito: pintar un barco de tal modo que la visión del mismo distorsione la realidad y confunda al enemigo al moverse, evitando que este determine con exactitud la velocidad y el rumbo del barco camuflado. Esto mismo, según parece, es lo que consiguen las cebras con sus rayas blancas y negras cuando huyen a la carrera de un depredador.
Si bien ya era algo habitual en los aviones y en los tanques y vehículos terrestres, esta fue la primera vez que se aplicaron técnicas de camuflaje en la Marina.
Félix Velasco - Blog

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