sábado, 18 de febrero de 2012

Bicoca



El 27 de abril de 1522, en el marco de la Guerra de los Cuatro Años, en Bicoca, al oeste de Milán, los Tercios españoles, al mando de Prospero Colonna, se enfrentaron contra los franceses, suizos y venecianos. El ejército francés contaba con 15.000 piqueros mercenarios suizos, conocidos como esguízaros, y por parte de los españoles, el general Próspero Colona contaba con 4.000 arcabuceros.
Los mercenarios suizos, que no habían recibido su salario, exigieron una batalla inmediata, forzando al comandante francés Odet de Lautrec a atacar la posición.
La superioridad numérica se inclinaba del lado francés, y la infantería suiza confiaba en grandes formaciones de picas para envolver y masacrar a las tropas imperiales de Carlos V. Al comenzar la batalla, los suizos se dispusieron en dos cuadros y avanzaron hacia las tropas españolas.
Los arcabuceros se colocaron al lado de una carretera, apoyados por la artillería, detrás de un terraplén protegido por una empalizada. Los piqueros suizos avanzaron contra los arcabuceros atravesando la carretera, pero durante la subida del terraplén que los separaba, los arcabuceros dispararon sin cesar abatiendo a sus enemigos.
Los suizos se retiraron con 3.000 bajas, entre los que se encontraban 22 capitanes, mientras que los españoles no tuvieron ninguna.
Bicoca, junto a la posterior Batalla de Pavía, puso de manifiesto que la época de la pica y la caballería pesada había llegado a su fin, dejando paso a las emergentes armas de fuego que trastocarían el campo de batalla para siempre.
A raíz del éxito español en esta batalla nació la expresión “ser una bicoca” para expresar que algo es muy fácil o barato.
Félix Velasco - Blog

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