Quien vive sin pensar, no puede decir que viva realmente, porque solo sintiendo el pensamiento y pensando el sentimiento se vive con plenitud. El pensar configura la vida del que piensa. No se aprende sin pensar, y pasando por su tamiz las experiencias; no hacerlo es tiempo perdido, y pensar sin aprender es peligroso. Sino piensas, al final otros pensarán por ti, y lo más trágico... decidirán por ti.
Félix Velasco - Blog
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