El relativismo anega la sociedad y la hace impotente al esfuerzo vital, es consecuencia lógica de la exaltación de antivalores disfrazados de "nueva ética", que nos imposibilitan la capacidad para medir el Bien, la Verdad y la Justicia conforme a criterios objetivos,... que acaban siendo aquellos que nos convienen.
El relativismo es llevado a extremos. Ya no se tratará de pueblos y culturas que coparticipen de un conjunto de valores diferentes de los otros pueblos y culturas, sino de pequeños grupos y, finalmente, de cada individuo.
¿Cómo se organiza una sociedad sin una participación amplia y firme de valores en común? Si lo reducimos a individuos o grupúsculos, un país no tendría proyectos ni intereses comunes.
Las consecuencias las tenemos a la vista, y no se llama crisis, sino caos.
Que alguien diga ”yo lo veo así” no es razón para que su opinión tenga valor de verdad,..pues bastaría que el asesino recurriera a esa frase y saldría impune del juicio.
Félix Velasco - Blog
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