En la vida pública (política, deporte, prensa, economía,...) hay un exceso de prejuicios sin conocimiento suficiente del tema, se opina sin criterio, sin experiencia directa o real sobre el asunto tratado. Se habla porque se tiene boca, no porque se tenga algo sensato que decir.
Demasiadas críticas de situaciones y/o personas sin disponer de suficientes elementos previos. Se juzga y condena antes de tiempo; las pasiones del corazón salen por los labios sin pasar por la cabeza.
Félix Velasco - Blog
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