Si queremos es vivir en armonía no debemos criticar, culpar, condenar o quejarnos de las conductas que creemos erróneas, de forma precipitada, mucho menos si hay connotaciones ideológicas e intereses que alientan terceros. Es mejor tomarse un tiempo para realizar un análisis detallado de la situación de forma reposada. Y escuchar a la persona acusada, dejar que dé su punto de vista y posible justificación. Las cosas no suelen ser según nos las cuentan los agitadores de conciencias que únicamente buscan desacreditar en aras de sus intereses, no en base a una argumentación que busque la realidad de las cosas.
Si queremos decir lo que pensamos, hagámoslo, pero sin ofender, herir sentimientos o volcar todo el odio irracional que llevamos dentro, ya sea por causa ideológica o mala experiencia personal.
Félix Velasco - Blog
No hay comentarios:
Publicar un comentario