sábado, 27 de octubre de 2012

Tarragona Lliure

Si seguimos en plan freak, todo se andará…
Corre el año 2024. El presidente de la Diputación de Tarragona y el alcalde de la ciudad, ambos del partido Tarragona Lliure, convocan una manifestación en defensa de la independencia de la provincia bajo el lema «Cataluña nos roba». Tarragona Lliure, que lleva tres legislaturas en el poder, ha ido inculcando a los tarraconenses la verdad de la historia, falseada por el centralismo catalán. Cuando media Europa andaba en taparrabos, Tarragona ya era una refinada urbe del Imperio Romano, la capital de la Hispania Citerior. Luego Tarragona fue independiente: en 1129, el mercenario normando Robert Bordet ascendió a príncipe de Tarragona. Aquella etapa, el Principado, constituyó una suerte de paraíso élfico, tal y como se enseña en todas las escuelas por imperativo del Gobierno nacionalista tarraconense. Pero el edén expiró cuando llegó el imperialismo catalán y la bota del Conde de Barcelona aniquiló el Principado. Desde entonces, el yugo catalán lastra el desarrollo de la subyugada Tarragona, que posee, por ejemplo, el mayor complejo petroquímico de la Península Ibérica, pero ve como todas las prebendas e inversiones estelares se van para Barcelona, la capital de la Cataluña opresora.
Los dirigentes de Tarragona Lliure acuden a Barcelona a entrevistarse con el presidente de la Generalitat: «O nos entregas el grueso de los impuestos que ahora se distribuyen entre todos los catalanes, o atente a las consecuencias», le espetan dialogantes. El president responde que es imposible, pues lo impide la ley. Los dirigentes de Tarragona Lliure se largan con rostro hosco, se niegan a hablar en Barcelona y a su llegada a Tarragona, son aclamados por unos manifestantes espontáneos (a los que han convocado previamente), que cantan emotivos himnos locales entre banderas independentistas tarraconenses.
A todo esto, Tarragona está quebrada por la incompetencia de sus gestores y Cataluña le está pagando las nóminas. Pero eso no cuenta para los líderes de Tarragona Lliure, que arengan así a su pueblo: «Cataluña no quiere dialogar. Nos insulta y nos roba. Nos tenemos que marchar, hacer valer nuestra dignidad como pueblo».
El Gobierno nacionalista tarraconense ha dedicado generosísimos fondos a untar a su prensa local. Además, posee dos canales de televisión, que predican a tiempo completo que «Cataluña roba a Tarragona». Ante tal clima de opinión, la manifestación independentista tarraconense resulta un éxito. «Un millón de personas», calcula la organización (aunque la provincia tiene 800.000 habitantes). El alcalde y el presidente de la Diputación, con la mirada velada por lágrimas de patriotismo tarraconense, proclaman que «el proceso ya no tiene vuelta atrás». «Tarragona será un Estado en Europa o no será». Según sus economistas, seguirán en el euro y serán una nación más potente incluso que Malta, Andorra y San Marino. Además, el Nastic jugará el Mundial, podrán cantar en Eurovisión como un estado libre y la poli municipal será el embrión del ejército. Todo son ventajas con la independencia.
Absolutamente ridículo, claro. Pues está pasando. Tal cual.
Luis Ventoso
Félix Velasco - Blog

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