jueves, 25 de agosto de 2011

El juramento romano


Los antiguos romanos poseían variados dioses a los que rendían culto, pero para jurar  cuando debían declarar diciendo obligatoriamente la verdad no los ponían a ellos por testigo. La forma que tenían de atestiguar que decían verdad, era apretándose los testículos con la mano derecha (el derecho romano sólo reconocía capacidad de declarar como testigo en juicio a los varones), y de esta costumbre derivó la palabra “testificar”. Ésta proviene del latín testificare, que está compuesto por testis (testigo) y facere (hacer); podemos decir pues que testificar significa literalmente “tocarse los testículos”
De esta antigua costumbre procede la palabra testificar, como demostrando que aceptaban perder lo que fuese por defender la verdad. 
Esta forma de dar testimonio era siempre entre iguales, o superiores, nunca hacia inferiores, porque esto estaba en el marco del honor.
En algunas sociedades patriarcales, es común que los recién estrenados papás enseñen orgullosos a sus amigos los “pequeños testigos” de sus vástagos de sexo masculino, como prueba de virilidad de sus herederos varones.
Félix Velasco - Blog

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