RAFAEL CASANOVA
Rafael Casanova nació en Moya (España,) en 1660, y falleció en San Baudilio de Llobregat (España) el 3 de mayo de 1743. Cuando nació, su familia era propietaria de fincas y tierras, dedicándose al comercio del grano y la lana. Su abuelo, Francisco Casanova fue Capitán de la Santa Unión y luchó contra los bandoleros, y su padre, Rafael Casanova fue jefe somatén, consejero de Moyá y baile real de la villa.
Estudió Derecho, ejerciendo hasta ser escogido tercer consejero del Consell de Cent de Barcelona durante la Guerra de Sucesión Española (1702-1713), el 25 de enero de 1706, por muerte de Jacinto Lloreda. Un año más tarde, el 6 de febrero de 1707, el archiduque Carlos le otorga el nombramiento de Ciudadano Honrado, título honorífico ambicionado por muchas las familias acaudaladas catalanas que no pertenecían a la nobleza. Con este título asistió a las sesiones del Brazo Real de la Junta de Brazos, inaugurada en Barcelona el 30 de junio de 1713. Entre las primeras medidas adoptadas figuró, el 11 de julio de 1713, la creación de la Junta Secreta, compuesta por cinco personas destinada a estudiar las propuestas emitidas por el teniente mariscal Antonio de Villarroel, cabeza de las fuerzas austracistas en Cataluña. Uno de estos cinco miembros sería el propio Rafael Casanova.
El 25 de julio de 1713 las tropas de Felipe V comienzan el sitio de Barcelona y el 30 de noviembre de 1713, Casanova es nombrado "conseller en cap" de Barcelona, máxima autoridad de la ciudad. El cargo llevaba añadido el grado de coronel de los Regimientos de la Coronela, milicia ciudadana que era el componente más numeroso de la guarnición, así como el título de cabeza militar de la plaza.
El duque de Berwick, comandante de fuerzas borbónicas, propuso la rendición el 3 de septiembre. Casanova, remarcando el estado en qué se encontraban y anunciando que la reserva de pólvora no cubría sino las necesidades de dos o tres días, expuso en la Junta de Brazos la conveniencia de gestionar un armisticio de doce días, pero su idea no prosperó.
El día del asalto final de las tropas borbónicas, el 11 de septiembre, Casanova fue a la muralla con el estandarte de Santa Eulalia, venerada por los barceloneses, para dar ánimos a los defensores, pues según la tradición, el estandarte sólo podía sacarse en el momento en que Barcelona corriese un gran peligro. Durante el asalto fue herido por una bala en el muslo y retirado del combate.
Tras caer la ciudad, temerosos de la represión borbónica, algunos familiares y amigos de Casanova decidieron hacerle pasar por muerto. Curó de sus heridas escondido en una finca de su hijo. En 1719 fue perdonado por el rey Borbón Felipe V y volvió a ejercer como abogado hasta 1737, año en qué se retiró. Murió diez años más tarde a la edad de 83 años.
La figura de Rafael Casanova fue recuperada en el siglo XIX por intelectuales y políticos de la Renaixença como símbolo de la lucha por las libertades de Cataluña. Los sucesos del 11 de septiembre se recuperaron en 1976, como Fiesta de Cataluña. Lo cierto es que Rafael Casanova sólo se declaró a favor del Archiduque Carlos sin hablar jamás de independencia. Ante su estatua se efectúa una ofrenda floral el Día de Cataluña.
Alrededor de Casanova se ha ido tejiendo un mito irreal y sin fundamento histórico creado por los políiticos independentistas que necesitaban un héroe para suscitar el fervor emocional de un sector de la población catalana.
Félix Velasco
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