Jacinto Ruiz y Mendoza (Ceuta, 1779 — Trujillo, Cáceres, 1809). Inició la carrera militar a los dieciocho años, entra como cadete en el Regimiento Fijo de Ceuta, donde ya había servido como Capitán su abuelo paterno, don Antonio Nicolás Ruiz y donde su padre desempeñó el empleo de Alférez. En 1801 fue destinado, con el grado de subteniente, al regimiento de voluntarios del Estado, en Madrid. Ascendió a teniente en 1807, sin haber recibido aún su bautismo de fuego.
Se encontraba su casa enfermo en cama con fiebre. Al escuchar los primeros disparos en la calle, decide partir corriendo a la Calle Ancha de San Bernardo donde se encontraba su Cuartel para ocupar su puesto de combate. El Coronel de la Unidad, Marqués de Palacio, cediendo a las instancias del Capitán de Artillería D. Pedro Velarde y a las masas populares, decide enviar a la 3ª Compañía del Segundo Batallón al mando de D. Rafael Goicoechea con treinta y tres fusileros al Palacio de Monteleón para que hicieran respetar el Cuartel y Parque de Artillería que estaban allí situados.
Llegado al Cuartel de Artillería, en cuyas puertas se agolpaba la muchedumbre, Daoiz manda abrir las puertas al pueblo. Desoyendo las ordenes de su Capitán, el Teniente Ruiz penetra en el Acuartelamiento dirigiéndose al Capitán francés en estos términos: "El primer batallón de voluntarios del Estado esta a la puerta y los demás vienen marchando. Ya que por vuestra parte han empezado las hostilidades es forzoso entregarse inmediatamente, de lo contrario seréis pasado a cuchillo". El francés temeroso permite el paso al batallón que en realidad era una escasa Compañía, colocándola Ruiz frente a los franceses, mandando preparar las armas, lo que hizo que los invasores arrojaran las suyas y ser encarcelados.
Herido pronto en un brazo, después de ser curado provisionalmente volvió a la lucha. Una vez caídos sus dos superiores, fue Ruiz y Mendoza quien dirigió los últimos momentos de la resistencia, hasta que una bala le atravesó el pecho. Sus amigos lo escondieron y prepararon su fuga a Extremadura a finales de mayo.
El doctor Rives consigue mejorarle de sus heridas y Ruiz decide incorporarse a las tropas que combatían contra los franceses. El Gobierno le destinó a un Regimiento de Guardias Valonas de Badajoz, laureando su heroísmo con el empleo de Teniente Coronel. Agravándose sus heridas, Jacinto Ruiz vivió en Badajoz bajo el cuidado de su tío Juan Cebollino, Tte. Coronel del Regimiento de Badajoz y más tarde en Trujillo (Cáceres).
Félix Velasco
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