Había ya una estatua parecida de piedra a mediados del siglo XV, quizás ya desde 1388 (fecha de la primera mención hallada en los archivos de la catedral de Santa Gúdula), que fue robada en varias ocasiones. En 1619 fue reemplazada por una estatuilla de bronce hecha por el escultor barroco franco-flamenco Jérôme Duquesnoy el Viejo, que se situó sobre una columna de seis pies tallada por Daniel Raessens, que fue sustituida por el actual nicho en estilo rococó, en 1770. Los bruselenses protegieron la estatuilla durante el asedio y bombardeo de la ciudad por los franceses en 1695. Una sentencia fue escrita bajo la estatua después del asalto francés: In petra exaltavit me, et nunc exaltavi caput meum super inimicos meos (El Señor me levantó sobre una roca, y ahora elevo mi cabeza sobre mis enemigos). La estatua actual es una réplica, pues la original que fue robada en los años 1960, y recuperada posteriormente, se encuentra junto a una copia en bronce dorado del siglo XVII, en el Musée de la Ville de Bruselas.
Hay varias leyendas tras esta estatua:
- En 1142, las tropas del pequeño duque Godofredo III de Lovaina se dirigían a la batalla contra los Berthout (señores de Grimbergen) en la actual Neder-over-Heembeek. Las tropas decidieron colgar al pequeño de dos años en una cesta y colgarlo de un árbol para que se animara y desde allí orinó sobre las tropas enemigas, que terminaron perdiendo la batalla.
- En el siglo XIV, Bruselas llevaba bastante tiempo sitiada por una potencia extranjera. Los atacantes idearon un plan para colocar cargas explosivas en las murallas y sucedió algo increíble: un niño llamado Juliaanske les estaba espiando y salvó a su ciudad porqué orinó sobre la mecha encendida.
- La historia que más cuentan a los turistas es la siguiente: Un rico comerciante que visitaba la ciudad en familia perdió a su hijo pequeño y se organizaron unos grupos de búsqueda. El niño fue encontrado riendo y orinando en un pequeño jardín, por lo que el padre decidió ayudar a la construcción de una fuente. Una fuente que tiene a su hijo orinando en la parte superior.
La estatua es vestida en muchas ocasiones con un disfraz, según un programa gestionado por la asociación sin ánimo de lucro Amigos del Manneken Pis, en ceremonias que a menudo son acompañadas por una banda de música. Cuando el chorro del Manneken es conectado de nuevo tras ser vestido, el exceso de presión tras esta abstinencia puede llegar a salpicar a los espectadores, ante el disfrute general.
Es tradicional disfrazar a la estatua, en ocasiones especiales, ya sea para honrar a una determinada profesión o en alguna efeméride señalada. El vestuario actual incluye más de 800 trajes, que en su mayoría se conservan en el Musée de la Ville de Bruselas, ubicado en la Casa del Rey en la Grand Place.
Antiguamente, el chorro de agua del Manneken Pis era sustituido con motivo de las fiestas por brebajes menos transparentes (hidromiel o vino). En 1890, durante las grandes fiestas bruselenses que se desarrollaron durante dos días, el Manneken orinó vino y lambic (cerveza bruselense).
Félix Velasco - Blog
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