HA FALLECIDO FRANCISCO UMBRAL
El escritor Francisco Umbral ha fallecido hoy en la Clínica Montepríncipe de Boadilla de Monte (Madrid) por un fallo cardiorrespiratorio pasada la una de la madrugada.
Ha sido una de las figuras literarias más relevantes de España en las últimas décadas, con numerosos premios y reconocimientos, entre los que destaca el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1996 y el Premio Cervantes de 2000.
Trabajó para varias revistas, además de ser un asiduo de las famosas tertulias literarias del Café Gijón, un lugar entrañable y acogedor por el que procuro pasar cada vez que viajo a Madrid, y que sigue reuniendo a personalidades del mundo de la cultura española.
Colaboró con periódicos como el Norte de Castilla, El País y ABC, antes de entrar en 1990 en el diario El Mundo, en el que escribía hasta el momento de su fallecimiento.
Umbral, ha sido uno de los escritores más incisivos y brillantes de España de la segunda mitad del siglo XX, nació el 11 de mayo de 1935 en Madrid, aunque pasó su infancia y adolescencia en Valladolid. Publicó más de 80 libros, destacan 'Las ninfas' (1975), 'Mortal y rosa' (1975), 'La noche que llegué al Café Gijón' (1977), 'Trilogía de Madrid' (1984), 'Madrid 1940: Memorias de un joven fascista' (1993) y 'El socialista sentimental' (1999), 'Madrid, tribu urbana' (2000), 'Un ser de
lejanías' (2001), '¿Y cómo eran las ligas de Madame Bovary?' (2003), 'Los metales nocturnos' (2003), y 'Días felices en Argüelles' (2005).
lejanías' (2001), '¿Y cómo eran las ligas de Madame Bovary?' (2003), 'Los metales nocturnos' (2003), y 'Días felices en Argüelles' (2005).
Se podía estar de acurdo o no con él, fue muy controvertido y de genio difícil, pero lo que no se puede negar es que fue un hombre que reflexionaba por su cuenta, sin complejos, capaz de decir en voz alta aquello que pensaba. Ciertamente un personaje muy diferente de la masa devota y sumisa, que acepta las ideas "políticamente correctas" que le inculcan aquellos que "manejan" el poder. Tampoco era del los que comían "del pesebre de 'papá' Estado", y por lo tanto no se veía en la obligación de "reirle las gracias" al político de turno, como hace algunos "bufones famosillos" que buscan subvenciones inmerecidas sacadas de nuestros impuestos.
Francisco, la próxima vez que vaya al Café Gijón llevaré un libro, leeré un poco, tomaré un café,y te recordaré con tu bufanda blanca. Descansa en paz.
Félix Velasco
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