Constaba de 300 representantes del Primer Estado (el clero), 300 del Segundo Estado (la nobleza) y 600 del Tercer Estado (los comunes).
Al convocarse los Estados Generales, las diferentes regiones de Francia se apresuraron a elegir a sus representantes. El pueblo creyo, entonces, que las tan ansiadas reformas estaban próxima a la realidad.
Portando sus "peticiones" escritas fueron llegando a París los 1,196 diputados que habían salido electos, de los cuales 578 pertenecían al Estado Llano, entre los cuales se encontraban algunos nobles hostiles a su clase como el Conde Mirabeau, eclesiásticos de ideas liberales como el abate Sieyes y otros. Sieyes había escrito un folleto donde se preguntaba: "¿Que es el Estado Llano? Todo. ¿Que ha sido hasta ahora dentro del Estado? Nada. ¿Que quiere ser? Algo".
Los cuadernos de peticiones coincidían en solicitar una Constitución donde se otorgase la garantía a la libertad individual y de prensa, se termine con la servidumbre personal, que el cobro de tributos solo sea posible con el consentimiento de la nación y que se suprimiese todo régimen de arbitrariedad.
Cuando la asamblea se reunió en Versalles, en mayo de 1789, prevalecía la costumbre de situar a los invitados de honor a la derecha del anfitrión. La nobleza y el clero se sentaban a la derecha (los conservadores, que apoyaban una monarquía constitucional) del rey y los comunes (los liberales jacobinos) a su izquierda.
Asociado a aquellas localizaciones parlamentarias ha quedado el ideario o lugar político de cada una de las posiciones físicas. Hablar de "izquierda" y "derecha" se convirtió en una rápida descripción para las distintas facciones en la política francesa. A pesar de los problemas políticos y sociales, Francia era el centro cultural e intelectual indiscutible de Europa, y tales términos se popularizaron en muchos países para designar a los radicales y a los conservadores, respectivamente.
A pesar de que los tres estados estaban de acuerdo en que la estabilidad de la nación requería una transformación fundamental de la situación, los antagonismos estamentales imposibilitaron la unidad de acción en los Estados Generales.
La mayoría de los diputados aspiraban no sólo a poner orden en la Hacienda, sino a establecer un régimen de mayor libertad e igualdad. El enfrentamiento se manifestó en el terreno formal en la cuestión del voto. El rey era partidario del voto por órdenes, al estilo tradicional; mientras el partido patriota (formado en su mayoría por representantes del Tercer Estado) prefería el voto individual.
Las delegaciones que representaban a los estamentos privilegiadosde la sociedad francesa se enfrentaron inmediatamente a la cámara rechazando los nuevos métodos de votación presentados. El objetivo de tales propuestas era conseguir el voto por individuo y no por estamento, con lo que el tercer estado, que disponía del mayor número de representantes, podría controlar los Estados Generales.
La sesión inaugural de los Estados Generales se realizó en el Salón de Fiestas del Palacio de Versalles, bajo la presidencia del rey Luis XVI de quien se esperaba habría de anunciar las reformas largamente esperadas. Pero nada de esto ocurrió, proclamando, mas bien, que los Estados Generales se habían reunido para restablecer el orden en la administración y que el habría de hacer prevalecer su autoridad absoluta.
Ante la profunda decepción que esto causo dentro del pueblo, se hubo de afrontar la votación ya que, según costumbre, el voto se establecía por orden y no por individuo, lo cual, evidentemente, perjudicaba a los miembros del Estado Llano que, no obstante estar en mayoría, siempre salían derrotados, puesto que las dos ordenes restantes -nobleza y clero - se unían cuando se trataba de votar.
El sistema de la votación individual fue solicitada y defendida ardientemente por el Estado Llano, pese a la obstinada idea y costumbre del voto por clase argumentado por el Clero y la Nobleza. Debido a este impase, el 10 de junio el Estado Llano acordó, por si solo, constituirse en asamblea soberana ya que representaban el 95% de la nación. El 17 de ese mismo mes, apoyados por la mayor parte del bajo clero y por algunos nobles liberales, se declararon en Asamblea Nacional.
Félix Velasco - Blog
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