Hemos pasado de "ZP" a "llamadme Alfredo", y de la "Zeja" a "RbC". Es decir, seguimos con el marketing sin contenido. Eso sí, nos hemos saltado el "Rodriguez" y el "Pérez",... que parece que no venden.
¿Qué significaba R.? El equipo de campaña que con tanta brillantez dirige Elena Valenciano nos ha sacado de dudas, al remitirnos, en esta doble imagen, a dos interpretaciones: por una parte, RbCb, que parecía una alegoría enigmática compuesta con las consonantes de su apellido (¿por qué falta la ele?¿Por qué va en mayúsculas la Ce?) y por otra, Rosie, la remachadora, fornida metalúrgica que reivindicaba el feminismo americano en la década de los años cuarenta. Cuando no hay ideas de futuro, hay que buscar una justificación en unos pseudo orígenes.
Estamos ante una síntesis genial: los dos empiezan por R, encarnan el futuro de la robótica y nuestro orgulloso pasado de compromiso con las causas nobles, tradición y futuro, feminismo humanitario y las máquinas del futuro, nuevos androides que sueñan con nuevas ovejas eléctricas, dicho sea sin ánimo de señalar.
La dura realidad es que el Gobierno de RbCb, antes ZP, (no en vano ha sido tres veces ministro y vicepresidente) deja el país en la peor situación que se recuerda: cinco millones de parados, la deuda por las nubes, empresas cerrando todo los días, una prima de riesgo peligrosamente alta y unas autonomías y ayuntamientos arruinados, sin dinero para pagar a nadie.
Félix Velasco - Blog
Rubalcaba se ha tomado en serio lo de ahorrar dinero en la campaña electoral. Él quería que su lema lo hiciera el equipo publicitario que le dio el éxito a Obama, pero, como no le llegaba la pasta, los americanos le han dicho que puede usar el mismo si quiere y así se lo dejan a mitad de precio.
Es lo que ha hecho el hombre: darle al famoso «yes, we can» una manita de pintura, o sea dejarlo en «we can do it» y ¡hala, a correr! El presupuesto de Rubalcaba debía de ser tan corto que no le llegaba ni para traducírselo al castellano. Al parecer, el que cobró bien fue el de la idea del «pizarrín» y no me extraña. Realmente, a cualquiera no se le ocurre una cosa así: una pizarra roja (fíjese el lector en la sutil cuña ideológico-subliminal del color encarnado) con tres palabras que son la pera limonera: «escuchar, hacer, explicar…». Yo comprendo que el votante español medio ve un anzuelo semejante y no tiene más remedio que picar. Yo mismo, si voy por la calle y me topo con el pizarrín de Rubalcaba, con esas tres palabritas mágicas, sucumbo a la primera. ¡Y es que uno no es de piedra!
La verdad es que la idea del lema usado es muy buena. Yo creo que Rajoy debería seguir el ejemplo rubalcábico de la segunda mano y comprarles a los socialistas el que usó Zapatero en su día: «Queremos un Gobierno que no mienta». No hay peligro de que éstos lo usen ahora porque sería tirar piedras contra su propio tejado. La verdad es que al PSOE se le han quedado inservibles todos los antiguos eslóganes. Sacar ahora los «Cien años de honradez» o el «No a la guerra» sería un poco temerario.
Iñaki Ezkerra
Félix Velasco - Blog
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