Rick Moranis en «Cariño, he encogido a los niños» (1989) - El señor Szalinski no es un padre malo, pero deja bastante que desear cuando le dejan al cuidado de sus hijos, sobre todo teniendo en cuenta que están a punto de ser pisados como una cucaracha o comidos por un escorpión.
Willem Dafoe en «Spiderman» (2002) - El señor Norman Osborn no parecía un mal tipo hasta que se empieza a ofuscar con sus inventos y muta en el Duende Verde, con lo que además consigue traumatizar a su hijo -James Franco- quien de rebote odiará a muerte a Spiderman de por vida. Un ejemplo de que el dinero, sin cariño, no arregla la relación paternofilial.
John Noble en «El señor de los anillos: El retorno del rey» (2003) - El señor de Gondor aparece en la película de Peter Jackson como un demente, que envía a la muerte a su único hijo, Faramir, después de que su otro vástago, Boromir, falleciera de forma trágica. Bien es cierto que su mente estaba nublada por el poder de Sauron y que en una guerra como la que se vivió en la Tierra Media la locura no era improbable, pero el hecho de que, después de todo esto, intentará quemarse junto a su hijo, todavía vivo.
Dylan Baker en «Happiness» (1998) - Un pedófilo no es, definitivamente, un buen padre. Sobre todo si intenta usar a uno de sus hijos para atraer a sus amigos y así satisfacer sus perversiones más ocultas. Muy mal, señor Maplewood.
Rodney Dangerfield en «Asesinos natos» (1994) - Solo hay algo peor que un padre pedófilo, y es un padre que viola a su propia hija, una Juliette Lewis que acaba tomándose la justicia por su mano.
Danny DeVito en «Matilda» (1994) - Cómo sería este padre (aka señor Wormwood) para que su hija acabara huyendo a vivir con su maestra: un desagradable vendedor de coches en mal estado que se pasa la vida comiendo frente al televisor y descuida la educación de su hija. Al final, tanto trapicheo le sale caro y tiene que huir a Guam con su mujer para escapar de la policía. Y se deja a la niña, claro.
Al Pacino, en «Pactar con el diablo» (1997) - Cuando Keanu Reaves empieza a trabajar como abogado para el señor Milton no podía imaginarse que, primero, iba a ganar tantos casos tan fácilmente; segundo, que ese señor tan poderoso era su padre; y tercero, que al final resulta que era hijo del mismo Satán.
Jack Nicholson en «El resplandor» (1980) - Que tu padre te lleve a un hotel en la montaña para pasar el invierno no parece mal plan, a priori: el problema llega cuando empieza a ver sangre, niñas muertas y le entran ganas de asesinar a toda la familia. Ni las puertas de madera pueden frenar a este padre enfurecido de ojos desorbitados y hachazo fácil.
Darth Vader en «La guerra de las galaxias» (1977-2005) - El peor de todos: por si no hubiera sido bastante con dejar morir a su mujer (que fallece del disgusto), se desentiende de sus hijos durante décadas, luego intenta hacerlos prisioneros, asesina a su padre adoptivo, persigue a sus amigos, a uno de ellos lo congela en carbono, a uno de sus vástagos lo intenta matar varias veces y cuando no lo consigue le quiere convencer para llevarlo por el mal camino. Por no hablar de los asesinatos de niños jedis y la desaparición de mundos con su arma de destrucción masiva (La estrella de la Muerte).
Félix Velasco - Blog
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