Estamos pagando las consecuencias de la avaricia política y miopía general del pueblo. Parece que los partidos políticos y sindicatos se han convirtiendo en clubs al servicio de intereses privados. No da la sensación de que pretendan mejorar el mundo, la sociedad y la vida de las personas.
Militar en los partidos y sindicatos ha consistido, por los continuos escándalos que se van descubriendo, ocupar poltronas para llenar los bolsillos de determinados individuos y allegados. Sectas que no defienden el interés público, gobiernan las oligarquías regionales y se rinde pleitesía al pseudolider de turno.
Los cargos, en vez de verse como compañeros se ven como rivales, que van dejando cadáveres políticos en la cuneta con tal de acumular algo más de poder. Mucho "peloteo" y arribismo, una cobardía moral escandalosa y un culto a la ideología que nos divide y avergüenza. Lo peor de todo es que los "tontos útiles" están felices de sucumbir al chantaje emocional al que son sometidos.
Félix Velasco
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