martes, 7 de diciembre de 2010

Melilla es española

La Ciudad Autónoma de Melilla (35°18′N, 2°56′O) es un enclave español, situado en la región del Rif, en el norte de África, a orillas del mar Mediterráneo, frente a la costa meridional de la Península Ibérica, límitrofe con Marruecos y próxima a Argelia.
La ciudad y su territorio dependiente se extienden sobre 12,5 km2 de superficie en la parte oriental del cabo Tres Forcas.
Remonta su historia al establecimiento en el siglo III adC, de comerciantes cartaginenses que aprovecharon su situación cercana al Estrecho de Gibraltar y las rutas comerciales del Mediterráneo occidental, alcanzando su esplendor hacia el siglo II adC. Con la decadencia púnica, el territorio permaneció abandonado hasta que a partir del siglo VII fue recuperado con población de origen bereber, integrándose en el califato de Córdoba y manteniendo estrechas relaciones con Al-Andalus. 
La expansión de portugueses y castellanos en el norte del reino de Fez durante el siglo XV culminó con la entrada de Pedro Estopiñán en la ciudad en 1497, que pasó a depender del ducado de Medina-Sidonia y a partir de 1556, de la corona española. 
En 1860 el Tratado de Wad-Ras estableció los límites fronterizos de la ciudad con el sultanato de Marruecos, siendo desde entonces hasta el primer tercio del siglo XX, escenario de intermitentes enfrentamientos que desembocaron en el conflicto de la Guerra de Marruecos. Las sucesivas batallas de Barranco del Lobo en 1909 y de Annual en 1921, causaron un gran impacto en la opinión pública española y forzó la alianza militar entre España y Francia que permitió la constitución del Protectorado español de Marruecos. 
Fue en Melilla donde se produjeron los primeros acontecimientos del pronunciamiento militar de 1936 que desencadenaron la posterior Guerra Civil Española. 
En el contexto de los procesos de descolonización emprendidos tras la Segunda Guerra Mundial, los acuerdos de constitución de Marruecos como estado independiente en 1956 no contemplaron alteración alguna de la soberanía española de la ciudad que sin embargo, es reclamada por parte de sectores del nacionalismo marroquí para su eventual integración en el Gran Marruecos. En 1995 la ciudad accedió administrativamente al estatuto reservado de ciudad autónoma siendo a principios del siglo XXI uno de los motores económicos de la región rifeña, basado en su condición de puerto franco y los intercambios comerciales, a la par que centro de atención de los flujos migratorios de población africana hacia los territorios de la Unión Europea.
Los orígenes de la ciudad se remontan al periodo del bronce, hace 4.000 años, del cual se hallaron restos arqueológicos en las excavaciones de la Alcazaba en 1993.
No existe constancia de una reocupación hasta el nacimiento de la ciudad de Rusaddir , Russadir o Rusadir (Rus”- cabo o promontorio – y “Adir” – grande o eminente) fundada por navegantes púnicos, debido a la situación geoestratégica que poseía en el siglo III a.C.
Constituyó un puerto de vital importancia de regreso en la ruta Gadir-Cartago. Su expansión se producirá en el siglo II a.C. acuñando moneda propia y constatándose un aumento poblacional para estas fechas a través de la necrópolis de San Lorenzo y las viviendas del yacimiento de Casa del Gobernador. 
Integrada, durante estos siglos de bonanza económica, en las entrañas del reino de los mauros se producirá un proceso de asimilación por parte de la población autóctona, formada principalmente por beréberes sedentarizados. En el siglo I d.C. la ciudad será abandonada hasta el siglo VII d.C. donde se han localizado restos en las excavaciones del Parque Lobera.
Con la expansión musulmana, la zona donde se encuentra Melilla es conquistada a finales del siglo VII. Existen pocos datos de la época, aunque parece que debió de convertirse en un próspero puesto comercial. 
En 927,Abd al-Rahman III la incorporó al emirato cordobés, el cual se convertiría dos años después en el Califato de Córdoba. La vinculación con al-Andalus fue muy duradera, como atestigua el nombramiento posterior de un miembro Hamudí como rey Taifa de Melilla, y los restos arqueológicos nos hablan de la vinculación de la ciudad con Al-Andalus. En el siglo XV se produjo un periodo de decadencia hasta el punto de quedar destruida y prácticamente deshabitada.
El siglo XV presencia el inicio de la expansión de Portugal por el Reino de Fez. A tal expansión se unen los Reyes Católicos una vez finalizada la conquista del reino de Granada en 1492. Los límites de las respectivas áreas de influencia sobre los territorios norteafricanos se fijaron en los tratados de Alcaçovas (1479) y Tordesillas (1494). En 1497, se produce la conquista de la ciudad por tropas castellanas al mando del comendador de los Reyes Católicos, Pedro de Estopiñán.
La ocupación cruenta de Melilla se produce después de una larga serie de negociaciones entre los comisionados de Fernando el Católico y el alcaide musulmán de Melilla, que buscaba convertir Melilla en un vasallo de Castilla sin consentimiento de la población bereber de esta. Finalmente, los conflictos surgidos entre la población bereber y el sultán de Fez determinaron el abandono de la ciudad por parte de éste, dejando a su suerte a los pobladores del Rif, preludio de la llegada de los españoles. La ocupación de la ciudad fue realizada por deseo de los Reyes Católicos y ejecutada por el gobernador de Andalucía, Juan Alonso de Guzmán, tercer duque de Medina-Sidonia. El Duque comisionó a su contador Pedro Estopiñán, para que explorara la península de Tres Forcas, misión que llevó a cabo acompañado del ingeniero y artillero Ramiro López.
Según Barrantes, cronista de la casa ducal, el duque mandó juntar "cinco mil ombres de apié e alguna gente a cavallo, e mandó aparejar los navíos en que fuesen, e hizolos cargar de mucha farina, vino, tocino, carne, aceyte e todos los otros mantenimientos necesarios; e de artillería lanças, espingardas e toda monición". Una delaración muy ilustrativa de la cruenta batalla ante la que creían poder tener que enfrentarse, aunque luego descubrieron que los pobladores del Rif habían sido totalmente abandonados y desprotegidos.
"E asimismo llevaron en aquel viaje gran cantidad de cal e madera para reedificar la ciudad. E con toda esta Armada e gente, partió Pedro de Estopiñán, Contador del Duque, por su mandato del puerto de San Lucar en el mes de septiembre del año 1497."
La ciudad fue conquistada el 17 de septiembre de 1497. En 1509, la Capitulación de Cintra, fija de nuevo los límites de las áreas de influencia norteafricana entre Portugal y Castilla, estableciendo que Portugal dominaría la costa atlántica desde Ceuta, dejando la mediterránea para Castilla.
En 1506, tropas ducales con base en Melilla ocuparon la ciudad de Cazaza, situada en la costa occidental de la península de Tres Forcas. Esta conquista le valió al duque de Medina Sidonia el título de Marqués de Cazaza. No obstante, la dominación de Cazaza fue efímera, puesto que en 1533 la ciudad fue asaltada y ocupada. 
El 7 de junio de 1556, y ante los cuantiosos gastos que les supone el mantenimiento de la ciudad, los duques ceden la ciudad a la corona.
A partir de entonces, la ciudad sufrió ataques esporádicos de las cábilas vecinas, pertenecientes a la región de Quelaya. En 1775 fue el sultán de Marruecos quien puso sitio a la plaza, pero levantó el asedio tras el fracaso de sus ataques. La ciudad fortaleció sus defensas a lo largo del tiempo y no permitía la residencia de quienes no fueran súbditos españoles. En 1860 se firmó el Tratado de Wad-Ras con el sultán de Marruecos. Mediante este tratado, se fijan las fronteras entre el territorio marroquí y la ciudad española. La guerra, que se mantuvo intermitente en la zona durante principios del siglo XX, fue especialmente crítica para Melilla. Dos reveses bélicos originaron crisis de alcance nacional: fueron los desastres del Barranco del Lobo (1909) y de Annual (1921), el primero ante las cábilas afines al Rogui Bu Hamara, pretendiente al trono marroquí, y el segundo debido a un levantamiento general de las cábilas del Rif y Quelaya (excepto la de Beni Sicar, vecina de Melilla). 
El líder de este levantamiento fue un antiguo funcionario de la administración española, el rifeño Mohamed Abd el Krim, que había sido condecorado varias veces. Abd el Krim apoyó al Imperio Otomano durante la primera guerra mundial y con ello a sus aliados alemanes, al tiempo que criticó ásperamente a los franceses. Esta postura condujo a su detención durante algún tiempo. Aunque luego fue repuesto en sus cargos, aceptó sobornos de agentes alemanes, a quienes vendió una supuesta mina situada en su cábila originaria (Ait Urriagal), junto a la actual ciudad de Alhucemas. Al finalizar la guerra se retiró a Taxdir y en 1921 consiguió movilizar a las cábilas rifeñas para impedir el establecimiento del Protectorado español, que se hacía en nombre del Sultán de Marruecos. La derrota de Annual extendió el levantamiento y Abd el Krim proclamó la República del Rif, enfrentada al poder del Sultán. Tras hostigar a la zona francesa, España y Francia establecieron una alianza que derrotó por completo a Abd el Krim, el cual tuvo que exiliarse en 1927.
Marruecos sigue reclamando la ciudad, al igual que Ceuta y el resto de territorios norteafricanos de España, como supuesta parte integrante de su territorio, aunque en realidad jamás ha ejercido la soberanía sobre ambas ciudades. El Gobierno de España nunca ha mantenido ningún tipo de negociación al respecto ni ha expresado en ninguna ocasión tener intención de hacerlo. Ceuta y Melilla tampoco son considerados por Naciones Unidas como territorios pendientes de descolonización. A mediados de los años 90 Melilla y Ceuta obtuvieron un Estatuto de Ciudades Autónomas, que extendió el autogobierno local. Desde esa fecha la ciudad ha experimentado un notable crecimiento, reforzado por la presencia diaria de miles de marroquíes que cruzan la frontera para efectuar actividades económicas. En 2005 y como respuesta a la continua entrada de inmigrantes clandestinos -en su mayoría subsaharianos-, Melilla fue dotada con una valla de aislamiento que prácticamente ha suprimido las entradas ilegales en el territorio.
La Constitución española de 1978 establece, en su disposición transitoria quinta, que "Las ciudades de Ceuta y Melilla podrán constituirse en Comunidades Autónomas si así lo deciden sus respectivos Ayuntamientos". Desde la aprobación del Estatuto de Autonomía de Melilla (Ley Orgánica2/1995, de 13 de marzo, de Estatuto de Autonomía de Melilla, BOE núm 62, de 14 de marzo de 1995), la ciudad es considerada Ciudad Autónoma. Antes de pasar a ser ciudad autónoma la ciudad pertenecía a la provincia de Málaga.
Este estatuto específico, aunque no le concede capacidad legislativa, sí que le permite proponer en las Cortes las iniciativas legislativas que considere oportunas. A diferencia de las Comunidades Autónomas, no tiene una asamblea legislativa autónoma propia.
Aunque el Gobierno de España no ha mantenido ninguna negociación al respecto, desde 1982 el Gobierno de Marruecos ha pedido la integración de Melilla y Ceuta en su territorio, junto con otras islas deshabitadas como la isla Perejil. 
El estatus de Ceuta y Melilla ha suscitado, fundamentalmente por parte de medios británicos y marroquíes comparaciones con la reivindicación de Gibraltar por España. Tanto el Gobierno español, como Ceuta y Melilla, y sus habitantes, rechazan estas comparaciones basándose en que Melilla y Ceuta son partes integrantes de España, y en que ha existido continuidad histórica y geográfica lo que no es aplicable en el caso de Gibraltar que es una colonia británica, y no es ni ha sido nunca parte del Reino Unido. Melilla está dividida en ocho barrios: Medina Sidonia; General Larrea; Ataque Seco; Héroes de España; General Gómez Jordana; Príncipe de Asturias; Del Carmen; Polígono Residencial de la Paz.
Se sitúa al noroeste del continente africano, junto al Mar de Alborán y frente a las costas de Granada y Almería. Se encuentra dispuesta en un amplio semicírculo en torno a la playa y el puerto, en la cara oriental de la península de cabo Tres Forcas, a los pies del monte Gurugú y en la desembocadura del río de Oro, a 1m. de altitud sobre el nivel del mar. El núcleo urbano originario era una fortaleza construida sobre un montículo peninsular de unos 30 m de altura.
El español es la lengua oficial. Algunos movimientos bereberes como la asociación Intercultura, se han unido a la causa del reconocimiento del tamazigh como lengua cooficial en Melilla.
Conviven tres religiones: cristiana, musulmana y judía, aunque la cultura predominante políticamente hablando es la peninsular (cristiano-occidental) y prácticamente la autóctona (berbero-musulmana). La cultura y tradiciones judías en Melilla no tienen repercusión social, siendo los festejos judíos de carácter más privado.
Cuenta con una ciudad amurallada que fue construida entre los siglos XVI y XIX, siguiendo modelos que van desde el Renacimiento, hasta los baluartes de la escuela hispanoflamenca que se construye durante el periodo borbónico. En el siglo XVIII, se reformaron sus murallas y se construyeron una serie de baluartes y edificios que reflejaban el interés de los reyes españoles por su defensa. Toda esta zona fue declarada Conjunto Histórico-Artístico, y actualmente presenta la máxima protección de la Ley de Patrimonio: Bien de Interés Cultural. 
En su interior existen monumentos como: Yacimiento púnico-romano (Casa del Gobernador); Museo Municipal; Museo del Ejército; Iglesia de la Purísima Concepción (1687, reconstruida en 1757), donde se venera una imagen de Nuestra Señora de la Victoria, patrona de la ciudad;  Aljibes de 1571; Almacenes del siglo XVIII, Hospital del Rey, siglo XVIII; Cuevas del Conventico; etc.
Desde finales del siglo XIX se inicia un período de esplendor que genera una ciudad moderna. En la segunda mitad del siglo XIX se construyen los fuertes exteriores, que son unas arquitecturas de tipo neomedieval de enorme interés: Rostrogordo, Cabrerizas Altas, Alfonso XIII, Camellos, Purísima, María Cristina y San Francisco.
Melilla es, después de Barcelona, una de las ciudades con mayor representación del arte modernista de España. Muchos edificios (hay catalogados casi 500 edificios) se reparten por el ensanche central y por sus barrios. Esta zona moderna también está protegida como Bien de Interés Cultural, y cuenta con numerosos edificios de un arquitecto de la Escuela de Barcelona afincado en Melilla, Enrique Nieto y Nieto, que produjo una amplísima obra modernista, como seguidor del arquitecto Luis Domènech Montaner.
Destacan sus edificios modernistas florales, como la Casa Tortosa, La Reconquista y la Casa Melul. Otros autores modernistas en Melilla fueron sobre todo Emilio Alzugaray Goicoechea y Tomás Moreno Lázaro. En los años treinta, el Art déco prende en la arquitectura de Melilla y arquitectos como Francisco Hernanz Martínez o Lorenzo Ros Costa realizan espectaculares edificios en los barrios de la ciudad.

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