La toga siempre ha vestido a las más altas instituciones de imperios y Estados. En la antigua Roma era portada por cónsules y senadores, aunque por esos tiempos los ropajes eran aún blancos. En el libro «Ilustración y derecho: los fiscales del Consejo de Castilla en el siglo XVIII», su autor explica como la toga ya era un requisito indispensable traje oficial del fiscal del Consejo de Castilla, que era «procurador del rey y promotor de su justicia».
El estudio Namucci & Abogados explica en su artículo «La toga, el traje de autoridad de los jueces» que el negro de los trajes se debe a un luto histórico. La muerte de la Reina María II de Inglaterra en 1694 visitó a todos los magistrados de negro. Tras varios años de luto, los ropajes oscuros arraigaron entre los jueces y asumieron este color como símbolo del respeto y la sobriedad que los casos tratados por la Justicia exigen. .
En 1814, este traje se institucionalizó bajo la normativa del nuevo Tribunal Supremo de España, que incluyó la toga negra en su legislación, al igual que el birrete (un gorro con borla y forma de hexágono). Estos ropajes se han mantenido hasta nuestros días y aún hoy es una obligación que los jueces vistan estas togas negras, aunque el sombrero se reserva para actos oficiales.
Sara Montero
Félix Velasco - Blog
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