Antes de esta decisión de la Generalidad, entonces presidida por Jordi Pujol, el 11 de septiembre no tenía gran peso en Cataluña más allá de la ofrenda floral que los círculos catalanistas dedicaban anualmente al conseller en cap Rafael Casanova, presentándolo como un mártir de la caída de Barcelona cuando en realidad había muerto veintinueve años más tarde (en 1743) en su domicilio en Sant Boi tras recibir el perdón real.
Pero, aunque los catalanistas consideran la fecha de la Diada como la conmemoración de la caída de la ciudad en 1714 frente a las tropas borbónicas, muchos historiados han señalado que se trata de un error, perpetuado con la decisión de Jordi Pujol de establecer como fiesta oficial el 11 de septiembre.
Así, como recuerda el historiador Henry Kamen en su último libro «España y Cataluña: historia de una pasión», los miembros del Parlamento de 1980 creían que el 11 de septiembre «Cataluña perdió sus libertades (entendidas con un sentido medieval de privilegios administrativos, no del concepto de libertades modernas), pero esto no ocurrió hasta el 14 de septiembre». Según especificaba el también historiador Salvador Sanpere y Miquel, «la muerte de la nación catalana», tal y como la interpretan los independentistas, aconteció dos días después de la entrada de las tropas con la rendición de las banderas de la ciudad a la Armada Real.
No en vano, la declaración de las nuevas autoridades, que con excepción de los oficiales militares eran todos catalanes, se formalizó de forma solemne el 16 de septiembre en la Casa de la Ciudad, donde el gobierno oficial de Patiño anunció la abolición del Consell de Cent y posteriormente de la Diputación.
Cuando Jordi Pujol y su partido se percataron del error histórico, algunos catalanes trataron de sugerir otras interpretaciones. Según escribió Xavier Trias en un artículo de prensa, «el 11 de septiembre de 1714, después de resistir durante todo un año un feroz y terrible asedio, al final de una larga guerra en defensa de las libertades de Cataluña, la ciudad de Barcelona se rindió a las tropas franco-españolas del Rey Borbón». Sin embargo, la afirmación de Trias también es falsa puesto que la rendición no tuvo lugar el 11 de septiembre, sino poco después del mediodía del 12 de septiembre.
César Cervera
Félix Velasco - Blog
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