Centrados en sus obsesiones no ven que el mundo avanza y cambia, mientras sus ideologías envejecen, ... y el pasado está condenado a ser cada vez más pasado.
Hay políticos que viven encadenados a un fracaso histórico, una herida que nunca deja de supurar, personas amargadas que arrastran a otros en su odio y rencor por algo que sucedió en un lejano pasado.
No han superado ese viejo "dolor" ajeno, y dan vueltas a su amargura enfermiza, torturándose con sus rencores y manteniéndolo vivo en la mente de los "tontos útiles". Estatuas de sal que no logran vivir (ni dejan vivir) el presente en paz, ni crear (e impiden los demás lo hagan) un futuro mejor, de tanto mirar hacia atrás un pasado que ya no existe.
Félix Velasco
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