Allí donde había personas inteligentes y razonables aparece un monstruo: la masa, una turba autófaga que no piensa, ni reflexiona, sólo arrastra y obliga a ir hacia ninguna parte. En sus inicios puede estar dominada, pero enseguida se desboca. La multitud diversa, manipulada emocionalmente, pronto se transfigura en un monstruo.
Félix Velasco - Blog
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