Un siglo antes, a mediados del siglo XIX, Giuseppe Garibaldi ofreció a aquellos que le acompañaran en su salida de Roma: "Soldados, lo que ofrezco al que quiera seguirme: hambre, frio, sol; pero no pan, ni cuartel, ni municiones, sino vigilias continuas, batallas, marchas forzadas y facción a la bayoneta. El que ame a la patria que me siga."
Félix Velasco - Blog
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