Conocido históricamente como Bando de Independencia, fue firmado por los entonces alcaldes Andrés Torrejón (por el Estado Noble) y Simón Hernández (por el Estado General u Ordinario), redactado por el aristócrata Juan Pérez Villamil y difundido por varias localidades en dirección a Extremadura. El bando salió, portado por el postillón Pedro Serrano, con destino a Badajoz, a donde llegó el 4 de mayo. En la ciudad pacense el Comandante General de Extremadura enviaba otros oficios con destino a Sevilla y Cádiz.
La declaración de guerra a Napoleón fue posterior (6 de junio de 1808), y lo realizó la Junta Suprema Central de Sevilla.
El texto del bando es el siguiente: "Señores Justicias de los pueblos a quienes se presentase este oficio, de mí el Alcalde de la villa de Móstoles: Es notorio que los Franceses apostados en las cercanías de Madrid y dentro de la Corte, han tomado la defensa, sobre este pueblo capital y las tropas españolas; de manera que en Madrid está corriendo a esta hora mucha sangre; como Españoles es necesario que muramos por el Rey y por la Patria, armándonos contra unos pérfidos que so color de amistad y alianza nos quieren imponer un pesado yugo, Después de haberse apoderado de la Augusta persona del Rey; procedamos pues, a tomar las activas providencias para escarmentar tanta perfidia, acudiendo al socorro de Madrid y demás pueblos y alentándonos, pues no hay fuerzas que prevalezcan contra quien es leal y valiente, como los Españoles lo son. Dios guarde a Ustedes muchos años.
El texto del bando es el siguiente: "Señores Justicias de los pueblos a quienes se presentase este oficio, de mí el Alcalde de la villa de Móstoles: Es notorio que los Franceses apostados en las cercanías de Madrid y dentro de la Corte, han tomado la defensa, sobre este pueblo capital y las tropas españolas; de manera que en Madrid está corriendo a esta hora mucha sangre; como Españoles es necesario que muramos por el Rey y por la Patria, armándonos contra unos pérfidos que so color de amistad y alianza nos quieren imponer un pesado yugo, Después de haberse apoderado de la Augusta persona del Rey; procedamos pues, a tomar las activas providencias para escarmentar tanta perfidia, acudiendo al socorro de Madrid y demás pueblos y alentándonos, pues no hay fuerzas que prevalezcan contra quien es leal y valiente, como los Españoles lo son. Dios guarde a Ustedes muchos años.
Móstoles dos de Mayo de mil ochocientos y ocho.
Andrés Torrejón
Simón Hernández"
Terminada la guerra de la Independencia, en marzo de 1814 recibía Goya del gobierno de la Regencia (aún no había regresado Fernando VII) el encargo de perpetuar, pasándolas al lienzo, las más notables acciones de la heroica insurrección popular contra las tropas napoleónicas.
Los frutos de esta iniciativa fueron dos obras que de forma prácticamente unánime han sido consideradas lo mejor de su producción: el lienzo "Dos de mayo", conocido también como "La carga de los mamelucos en la Puerta del Sol de Madrid", y el titulado "Los fusilamientos del 3 de mayo en la montaña del Príncipe Pío de Madrid". Ambos cuadros fueron realizados aquel mismo año y se conservan en el Museo del Prado.
El lienzo plasma de modo magistral toda la violencia del estallido popular contra el invasor. Su técnica y su pasión hubo de dejar honda huella en toda la pintura patriótica del romanticismo. Con suma habilidad, al centrar la lucha del pueblo sobre las tropas africanas que acompañaron a los franceses, consigue, junto a una mejor exaltación del color, evocar la atávica violencia española contra el moro, que sin duda hubo de contar en aquellos violentos momentos.
El análisis historiográfico ha identificado siempre el escenario con la Puerta del Sol, aunque ninguno de los edificios recogidos por el pincel de Goya permite afirmarlo. Quizá sea lógico pensar que el gran edificio rectangular sea el parque de Monteleón.
Durante la guerra civil española (1936-1939), cuando el lienzo fue trasladado de Madrid a Barcelona, la camioneta que lo transportaba sufrió un accidente y la pintura resultó rasgada. Los responsables del proceso de restauración decidieron no reintegrar el fragmento de lienzo deteriorado.
Félix Velasco
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