
De él se cuenta la siguiente anécdota: Un mendigo, llamado Bianco, pidió limosna a Alejandro Magno (356-323 a.C.) y el rey le dio a elegir entre las ciudades conquistadas, con la promesa de nombrarle gobernador de la que eligiera. Biando no creía que aquello fuese posible y Alejandro le dijo: "No pienses en ti, que sólo eres el mendigo Bianco. Piensa en mí; piensa que es Alejandro el que da. Y la dádiva tiene que ser digna de mí, no de ti."
Por algo era Alejandro Magno.
Fernando Garcés y Félix Velasco
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