domingo, 13 de abril de 2014

Palacio de los Reyes de Navarra (Olite)

Fue Carlos III "El Noble" y su esposa Doña Leonor de Trastámara quienes en el siglo XV comenzaron la ampliación del anterior castillo, dando lugar al Palacio de los Reyes de Navarra. Aunque casi todos lo llaman "castillo", lo correcto es referirse a él como "palacio", ya que se trata de una construcción con carácter cortesano, donde los aspectos residenciales prevalecieron sobre los militares.
Llegó a ser considerado como uno de los monumentos de obra civil gótica más bellos y lujosos de Europa. El castillo se divide en dos espacios denominados Palacio Viejo y Palacio Nuevo. El Palacio Viejo se distribuía originalmente alrededor de un patio central en forma de rectángulo donde se situaban las caballerizas, el granero y la despensa. De esta parte, hoy en día, no quedan en pie más que los muros y las torres: la Torre de San Jorge donde estaba la antigua capilla de su nombre, la Torre de la Prisión al nordeste, la Torre de la Cigüeña, al noroeste, y una cuarta, sin nombre, al sudoeste.
El Palacio Nuevo se distribuye de una forma más desorganizada, constituyendo el núcleo principal una Gran Torre de planta trapezoidal, realizándose la comunicación entre los distintos niveles a través de una escalera de caracol. El muro sur nos conduce a la Torre Nueva o Palacio de la Reina, también de planta trapezoidal y en cuyo piso bajo encontramos una sala abovedada con medio cañón apuntado, denominada Sala de los Arcos. Este doble conjunto de la Gran Torre y la Torre Nueva, está rodeado de diversas torretas y gruesos contrafuertes exteriores.
Los aposentos reales se encuentran en la Torre del Homenaje, de casi 40 metros de altura. Para llegar a la cima hay que subir 133 peldaños, pero las vistas sobre Olite y su comarca son excepcionales. La capilla contaba con dos plantas, utilizando la inferior la servidumbre y la superior la nobleza.
En la zona más sombría del palacio se encuentra el pozo del hielo, cuya tapadera recuerda a una enorme cáscara de huevo. En él se guardaban capas de nieve para conservar los alimentos, de ahí que se conozca como "la nevera". Contaba con exóticos jardines, algunos suspendidos a 20 m. de altura y un pequeño parque zoológico con leonera que se hallaba en los desaparecidos Jardines o Huertos del Rey. Su nieto, el Príncipe de Viana, completó una colección de animales que incluía jirafas, leones, camellos y aves exóticas.
Junto al castillo, la iglesia de Santa María La Real es un excelente templo gótico, en el que destaca su exuberante portada, de gran riqueza iconográfica.
Tras la invasión de Navarra en 1512 por parte de la Corona de Castilla y la de Aragón unificadas, comenzó el deterioro del palacio, ya que sólo fue utilizado por los virreyes como residencia esporádica. El estado de abandono en el que quedó inmerso el palacio hizo que éste fuera deteriorándose progresivamente.
A mediados del siglo XVI el palacio se arrienda a los marqueses de Cortes y en 1718 es enajenado por el Virrey de Navarra.
Este proceso culminó con el incendio ordenado por el guerrillero Espoz y Mina durante la Guerra de la Independencia Española (1813), ante el temor de que en él se fortificaran las tropas francesas de Napoleón, extrayéndose previamente el plomo de las techumbres para la fabricación de balas.
Es la prueba del esplendor cortesano que durante la Edad Media vivió la ciudad de Olite, situada en Navarra, a 42 km de Pamplona. Declarado Monumento Nacional en el año 1925, ocupa un tercio del casco urbano medieval. La parte conocida como Palacio Viejo se ha convertido en Parador Nacional de Turismo.
Félix Velasco - Blog

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