LA REBELION DE LAS MASAS - 1
Hace ya más de setenta años de la publicación de La rebelión de las masas, la obra española más difundida en nuestro tiempo y la más conocida del filósofo español José Ortega y Gasset. La obra se comenzó a publicar en forma de artículos en 1929 en el diario El Sol y apareció en forma de libro en 1930. El libro parte del advenimiento de las masas al pleno poderío social. Es el fenómeno del lleno, de las aglomeraciones de gente y partir de este hecho, Ortega y Gasset disecciona lo que llama “hombre-masa”.
El hombre-masa es producto de una época que se caracteriza por la estabilidad política, la seguridad económica, el confort y el orden público. El mundo que rodea al hombre no le mueve a limitarse en ningún sentido sino que alimenta sus apetitos, que en principio pueden crecer de forma indefinida.
En ella, Ortega nos llama la atención sobre un acontecimiento terrible que comienza a asolar Europa: la aparición del hombre masa y el pleno dominio de éste sobre la esfera pública. Esta es la cuestión: “ Europa se ha quedado sin moral. No es que el hombre masa menosprecie una anticuada en beneficio de otra emergente, sino que el centro de su régimen vital consiste precisamente en la aspiración a vivir sin supeditarse a moral alguna ”.
Ortega advierte en el prólogo para franceses “ Ni este volumen ni yo somos políticos. El asunto de que aquí se habla es previo a la política y pertenece a su subsuelo. Mi trabajo es oscura labor subterránea de minero. La misión del llamado intelectual es, en cierto modo, opuesta a la del político. La obra intelectual aspira, con frecuencia en vano, a aclarar un poco las cosas, mientras que la del político suele, por el contrario, confundirlas más de lo que estaban. Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejia moral ”.
El hombre masa es un tipo de hombre que se encuentra en todos los grupos sociales y en todas las categorías profesionales. Porque al hablar de hombre masa se hace referencia a una dimensión moral, más profunda e importante de la vida; se habla aquí de un estado del alma, de un alma muy dormida en el caso del hombre masa.
Félix Velasco
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