Un documento desclasificado y publicado esta semana muestra que entre los planes de contingencia contemplados por las mentes del Pentágono se encuentra la posibilidad de que humanoides comedores de carne humana tumben en miríadas los pilares de la civilización.
Bajo el código en clave «CONPLAN 8888», explica con todo lujo de detalles cómo el Comando Estratégico de Estados Unidos debería responderse militarmente a «la amenaza de hordas de zombis» que «no temen al dolor o la muerte» para «preservar la santidad de la vida humana y apoyar a la población humana, incluida la de adversarios tradicionales».
El documento de abril de 2011 advierte en su prefacio: «este plan no fue diseñado como un chiste», aunque el precepto teórico de una invasión zombi no es usado porque sea algo probable, sino porque quedó demostrado que los participantes ponían más interés con este tipo de escenarios.
Aunque pueda ser visto como nada más que un ejercicio fantasioso de aficionados a historias de terror, el plan operativo fue usado para que miembros de la comunidad militar y de inteligencia aprendieran conceptos y procedimientos ante un ataque a gran escala.
Bajo el título «Operaciones contra la dominación zombi», las conquistas se centran en varios objetivos: «proteger a la humanidad», «erradicar la amenaza» de los muertos vivientes y «ayudar a las autoridades a mantener la ley y el orden para reponer los servicios básicos después de un ataque zombi». Los autores, que colocaron este plan en una especie de Wikipedia clasificada de la inteligencia estadounidense, reconocen que EE.UU. cuenta con ciertas ventajas geográficas para mantener a los zombis a raya, pero el tráfico aéreo y marítimo supondrían un desafío difícil de salvar para evitar la extensión de la infección.
Los pasos para actuar, que parecen sacados del libro «World War Z» de Max Brooks, indican que las Fuerzas Armadas, al mando del presidente y el secretario de Defensa, no tendrían ningún reparo en utilizar todo su arsenal para acabar con la marabunta zombi. Brooks, autor de otros éxitos como «Zombie Survival Guide», explica que EE.UU. tiene «una muy peligrosa debilidad; somos aislacionistas y no reconocemos los problemas hasta que nos tocan en la puerta».
El «CONPLAN 8888» asegura que una invasión zombi que ponga en riesgo «toda vida humana obligaría a declarar la ley marcial en todo el país» y llevaría al Pentágono a ordenar el acuartelamiento y fortificación de sus bases para no verse sobrepasadas por la amenaza. El mayor problema de este conflicto es que no habría «adversarios identificados» por lo que el despliegue de fuerzas no se centraría en una zona particular y las ordenes militares se aplicarían a todo el globo. En el peor de los casos, concluye el documento, si el Ejército pierde el control de la situación, se recurría a tácticas reservadas para la «guerra nuclear o guerra convencional de escala global».
Tras unos 40 días acuartelados, los militares comenzarían progresivamente a ganar el terreno a las hordas zombis y restaurar la autoridad civil en el país, con el problema añadido de que los humanos infectados «negarían que han sido 'zombificados'». Como en los libros de Brooks, todas aquellas personas infectadas serán objetivo militar y neutralizadas con el uso «de todas las capacidades militares disponibles».
El objetivo final sería poner de nuevo en marcha un gobierno civil y reactivar el poder militar estadounidense en Fort Meade (sede de la Inteligencia) y tres bases aéreas estratégicas: Vandenberg (California), Whiteman (Misuri) y Offutt (Nebraska), sede del Comando Estratégico. Pero Brooks es optimista sobre la capacidad de EE.UU. de sobreponerse a algo parecido a un holocausto zombi: «los estadounidenses somos muy fuertes, no nos desalentamos y nos levantamos ante cualquier desafío».
«En resumen», explica Brooks, «ni siquiera los zombis podrían provocar que Estados Unidos desemboque en una dictadura». «No sé de otros países, pero EE.UU. podría sobrevivir a un ataque zombi», opina el autor. Al menos, el plan de la guerra zombi ya está escrito.
Agencia EFE
Félix Velasco - Blog
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