Interjección onomatopéyica de origen árabe. Cervantes la usó en distintas ocasiones en El Quijote. Se pronuncia cuando se recibe una noticia o sucede algo que se entiende como un regalo afortunado. Expresión de júbilo emocionado. Regocijo.
Esperanza que se ha convertido en realidad. Considerarse infinitamente afortunado por algo que acaba de acontecer.
La cohabitación perfecta de íes y aes es una caricia intensa para el oido de quien la escucha, normalmente el portador de una buena noticia, que a su vez se alegra de haberla dado.
Félix Velasco
1 comentario:
¡Hola, Felix!
Me llamo Nino Ortea. He leído en tu perfil de Blogger que una de tus aficiones es King Kong.
Da la casualidad que he comenzado a desarrollar en mi espacio un relato enloquecido protagonizado por el gran simio.
Te agradecería que, cuando tengas tiempo, acedas al blog, y en la etiqueta Bestiario podrás encontrar los tres primeros posteos.
Obviamente, si quieres dejar algún comentario te lo agradecería.
Gracias
Nino
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