Las dos varas de medir existen. Pero no que una esté en centímetros y otra en pulgadas, no. Depende su uso de quién o qué se quiera medir. Por ejemplo, para la defensa y exaltación de nuestra hermosísima lengua castellana, hablada «en ambos hemisferios», como decía la Constitución de Cádiz, por 700 millones de españoles y que le echa un pulso, y pronto se lo ganará, al inglés y al chino. Verán.
Por lo visto, aquí todo el que tiene Internet visita diariamente no la página del «Marca», para ver cómo va el Real Madrid; ni la de ABC, para enterarse de las últimas noticias; ni el buscador de Google para hallar respuesta a mil cuestiones de utilidad o capricho. No. Aquí en España, todo el que tiene Internet visita diariamente la página oficial de la Casa Blanca. Vamos, yo es que hasta que no visito la página de la Casa Blanca es que me parece que no he comenzado el día, como si no me hubiera tomado mi café y mi tostada con aceite, me falta algo. Y, de pronto, miles de españoles que diariamente visitaban la web de la Casa Blanca, tras la toma de posesión del que tiene nombre de Pato Donald, luce la corbata de los ejecutivos del Banco de Santander y no se abrocha la chaqueta ni aunque se lo mande el médico, resulta que le daban a la pestaña que te ofrecía la versión en lengua española y el chisme le mostraba un educadísimo aviso: «Sorry, the page you’re looking for can’t be found». ¡Para qué salió el aviso! Se hundió el mundo, como si todos fuésemos diarios y asiduos visitantes de www.whitehouse.gov. Tomose entonces la vara de medir, y como este Trump es un facha de mucho cuidado que ha cortado los fondos federales para practicar abortos en el extranjero, y ha bajado los impuestos a la clase media, porque el dinero tiene que estar en el bolsillo de los consumidores y no en las ventanillas recaudadoras de Hacienda, pues no se pueden imaginar la que le han liado al hombre que tuvo el atrevimiento de ser elegido por los americanos presidente. ¡Leña al mono hasta que hable español en la web de la Casa Blanca!
Y va a hablarlo. Ya el portavoz de la Casa Blanca se ha apresurado a decir que ese sitio de Internet está de reformas, y que en menos que se persigna un cura loco volverá la famosa pestaña de la versión en la lengua que, por cierto, hablan 57 millones de americanos, de California a Florida. Y el Gobierno de España, claro, como defiende tanto nuestra lengua dentro de su propio territorio nacional ante los separatistas que la prohíben, pues ha protestado con más razón que nadie. Por boca de los ministros de Educación y de Asuntos Exteriores ha lamentado la desaparición del español en ese visitadísimo (¡por aquí!) sitio de Internet. Y si no han pedido la retirada del embajador de los Estados Unidos es porque el que había, como era de Obama, ya se fue, harto el hombre de dar festolines y de hacer sociedad en Madrid.
Yo a esto le llamo hiprogresía. El sistema métrico de las dos varas de medir. Protestamos porque la web de la Casa Blanca no esté en español y no porque no puedan hablarlo en la escuela los niños catalanes. Protestamos porque la web de la Casa Blanca no esté en español y no porque la Generalidad le arree una multa que lo avíe al comerciante que ponga el rótulo de su tienda en la lengua de Cervantes o de su Instituto, tan preocupado por la defensa del español... fuera de Cataluña, de las Vascongadas, del Reino de Valencia o de Galicia. Protestamos porque la web de la Casa Blanca no esté en español y no porque vayas a Palma de Mallorca y no encuentres una sola señal de circulación en español. Protestamos porque la web de la Casa Blanca no esté en español y no porque la Generalidad se pase por la fregona que Puigdemont lleva en la cabeza las sentencias del Supremo sobre el español como «lengua vehicular» (qué cursilada) en los colegios. Hombre, si por lo menos el que hubiese suprimido el español en la dichosa web hubiese sido Obama...
Antonio Burgos
Félix Velasco - Blog
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