Es de entender la preocupación del Führer por sus soldados, perdidos en los frentes de media Europa. Estos soldados alemanes debían tener sus necesidades cubiertas por lo que Hitler pensó que junto a la mochila que albergaba los objetos básicos para la supervivencia en el el frente debería estar una muñeca inflable. El riesgo de sufrir una enfermedad venérea era muy alto y con esta idea se trataba de mantener sanas a las tropas, además de mantener lo más pura posible la raza aria.
Adolf Hitler autorizó la creación de decenas de muñecas hinchables para evitar que las tropas de las SS recurrieran a prostitutas en París, según un nuevo libro que desvela la existencia de un sorprendente Proyecto Burghild .
La idea habría surgido en el año 1940, después que el jefe de las SS, Heinrich Himmler, escribiera al dictador alertándole de que "el mayor peligro de París es la extendida e incontrolada presencia de prostitutas que buscan clientes en bares, salas de baile y otros lugares" y que podían contagiar la sífilis u otras enfermedades a los soldados alemanes.
La idea era que cada soldado cargara con una muñeca en su mochila junto con el resto de los objetos vitales para supervivencia. Mientras hace la guerra, el soldado lleva incorporado en su equipo personal, que en la invasión a la URSS incluía todo un arsenal militar, un hornillo para preparar sus comidas y calentarse e incluso sus víveres básicos, la promesa de un descanso completo desde todo punto de vista. "La muñeca vendría adecuadamente envasada, con su abrelatas, su manual de instrucciones y los adminículos de higiene post-coital".
El proyecto Burghild había sido rotulado como "Geheime Reichssache", o sea "más secreto que ultra secreto", y Himmler puso a cargo a su comandante en jefe SS, Dr. Joachim Mrurgowsky, el oficial de rango más alto en el Instituto de Higiene de Berlín.
En julio de 1941, cuando el ejército de Hitler atacó la Unión Soviética, un SS-Doctor danés desconocido pero ambicioso llamado Olen Hannussen asumió el control por sobre Mrurgowsky. Posiblemente él fue quien cambió Burghild a Borghild, traduciendo el nombre de la muñeca del alemán al danés.
Se diseñó un prototipo que debía representar a la más pura mujer aria: rubia, de piel blanca y de ojos azules.
Pero Hitler fue más lejos dando indicaciones mucho más precisas, debía tener una altura de 1,76 m, labios y pechos grandes, piernas, brazos y cabeza articulada y un ombligo bien diseñado. Debería estar realizada en plástico galvanizado además de demostrar solidez y vigor, vamos estar preparada para los rigores del frente. Y claro había que ponerle un nombre, Borghild, que para algunos está extraido de la mitología nórdica y para otros es una expresión danesa que significa algo así como "muñeca del pueblo".
Un escultor, un especialista en materiales sintéticos, un peluquero y un mecánico formaron el equipo de trabajo que se puso manos a la obra para crear una chica de lo más realista. Se inspiraron en deportista. Las atletas Wilhelmina von Bremen y Annette Walter no tuvieron problema en prestar sus esculturales cuerpos para que las Borghild lucieran como ellas.
Conseguir un rostro fue más difícil al escasear las voluntarias. Los diseñadores incluso llegaron a preguntar a la actriz húngara Kathe von Nagy si podían usar su rostro para las muñecas, pero se negó. No es de extrañar sabiendo el uso que se le iba a dar.
La idea de los peluqueros de agregar tiernos bucles al peinado de la muñeca fue rechazada. El razonamiento era que ella debía estar lo más lejos posible de recordar a una madre honorable.
El primer prototipo había sido planteado con un simple esqueleto de aluminio en su interior.
Pero luego se decidió a usar elastolín. El material no se conseguía con facilidad. Tschakert, el experto en plásticos, había experimentado con muchos materiales basados en goma y en goma vulcanizada: todos procedentes de las IG Farben o del Rheinischen Gummi und Celluloid Fabrik. Uno de los materiales se llamaba Ipolex, y era extremadamente resistente al agua, pero desarrollaba manchas amarillas cuando se lo lavaba con cierto tipo de detergentes.
El equipo desarrolló polímeros especiales que se parecían a la piel y presentó en 1941 tres tipos de muñecas de diferentes alturas: 1,68: 1,76; y 1,82 metros. La creación de estos juguetes suena a película de comedia actual, pero realmente sucedió así: se fabricaron en tamaño inflable, de tal forma que fueran fáciles de llevar en las mochilas de los soldados.
Se llegaron a fabricar 50 muñecas, de pelo rubio y ojos azules, pero los avergonzados soldados se negaron a usarlas y a los oficiales tampoco les gustó la idea por temor a que el enemigo se burlara de ellos si eran capturados, según descubrió Graeme Donald durante la investigación para su libro "El peluquero de Mussolini" y recoge la revista Time.
Las reticencias de los soldados habrían llevado a retirar el increíble plan en el año 1942, y el proyecto se frustró cuando un bombardeo aliado destruyó la fábrica encargada de producirlas situada en Dresde.
"El proyector Borghild", el primer juguete erótico, está calificado por algunas fuentes como una leyenda urbana. Y la documentación sobre el mismo muy escasa, ya sea porque el proyecto era ultra secreto o porque, sencillamente es un fraude. La mayor parte del material del Deutsche Hygiene Museum fue destruido en 1945, pero aparte ninguno de los que formaron parte de esa institución y sobrevivieron a la guerra parece recordar nada sobre este proyecto.
¿Existió la mujer-no-mujer perfecta?
Félix Velasco - Blog
1 comentario:
A mi abuela la quisieron llevar
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