sábado, 24 de septiembre de 2011

El toro de Osborne y la política

Corrían los años noventa del siglo XX. Poco a poco, en Cataluña, especialmente en Barcelona, se puso de moda colocar una pegatina del famoso toro de Osborne en la parte trasera del coche. Este distintivo era especialmente llamativo en los taxis por estar colocado sobre fondo amarillo. Esta costumbre, en principio nada politizada y absolutamente espontánea, fue tomada como un agravio simbólico por parte de ciertos elementos nacionalistas. Un empresario gerundense, del Pla de l'Estany, ideó un contraataque lanzando la campaña Planta't el Burro (colócate el burro). Se trataba de difundir una pegatina del dibujo de un burro autóctono, el burro catalán, que debía representar el espíritu de esfuerzo, constancia y abnegación de los catalanes. Así se contrapesaba el espíritu de la España cañí que representaba el toro. De hecho, los elementos independentistas más radicales habían iniciado años antes una campaña de eliminación de los famosos toros de Osborne, acudiendo a la nocturnidad para derribarlos. Como el que no quiere la cosa, en Cataluña se vivió una guerra de símbolos entre apasionada y absurda. La historia de ambos símbolos no está exenta de significantes que se les escaparon a los iniciadores de la campaña del burro.
El toro de Osborne, tan odiado por la izquierda separatista, fue diseñado por Manolo Prieto para representar el brandy Veterano. Prieto, colaborador de la agencia Azor, era un redomado comunista, que ideó el famoso toro inspirado en los carteles que el valenciano Josep Renau había dibujado para promocionar las corridas de toros en la España republicana durante la Guerra Civil. Sin embargo, sobre la autoría siempre ha habido discusiones. El 9 de abril de 1998 aparecía en El País el siguiente obituario: "El publicista Miquel Monfort, creador del popular toro de Osborne, ha fallecido a los 62 años de edad a causa de una crisis cardiaca. Monfort había nacido en Terrassa y residía en Sant Cugat. Creó primeramente la empresa Dana y más tarde la agencia MMLB, que hizo campañas por España y América Latina."
Pero, sobre todo, Monfort será recordado por crear la figura del toro de la marca Osborne, que desde hace 20 años forma parte del paisaje rural español, está presente en la red viaria y ha sido declarada Patrimonio Nacional. Sin embargo, familiares del dibujante Manuel Prieto, que murió en 1991, reivindicaron ayer para éste la autoría del toro de Osborne.
En cierta medida, hay una explicación a esta reivindicación. Miquel Montfort, desde la agencia MMLB, convenció al grupo Osborne de la fuerza del logotipo de Veterano y les animó para que lo generalizaran a todo el grupo. Gracias a este catalán se inició la difusión de los famosos toros por todo el territorio español. Así, el dichoso toro –tomado ahora como símbolo de lo patriotero y español– tiene algo de izquierdas y algo de catalán.
Javier Barraycoa
Félix Velasco - Blog

2 comentarios:

torodemelida dijo...



Anterior a Prieto fue el pintor Enrique Mélida. Melida también pintó la silueta de un toro sobre una loma que fue muy famosa en su tiempo. A pesar de ser el pintor de temas taurinos más influyente e importante de la mitad del siglo XX Mélida ha sido rápidamente olvidado. En su cuadro "Se aguó la fiesta" (1876).
Adjunto varias reseñas de diarios del siglo pasado en la que nos hablan de ese importante pintor admirador Goya.



Unas notas de prensa que nos pueden ilustrar lo que estoy diciendo: (ABC. Madrid. El carnaval de Roma. 4 de Febrero de 1923. Martín Ávila)

"Maestro en este arbitrio fue Enrique Mélida. Uno solo de sus cuadros, ¡Se aguó la fiesta!, ha sido en España, y lo es aún, más popular que las Meninas y mucho más que el entierro del señor de Orgaz, y, por lo menos, tanto como la más popular obra mística de Murillo. ¡Se aguó la fiesta! es aquel cuadro en que un bravo toro, retinto en negro y corniapretado, se planta amenazador ante un grupo de chisperos que comen regocijados en pleno campo."


Revista de la Biblioteca Archivo y Museo. Ayuntamiento de Madrid, nº 13. Enero 1927.

Mélida, madrileño, nacido el 6 de abril de 1838, casa con María Bonnat, hermana del retratista francés León, y muere en París el 28 de abril de 1892. Trasladado a Bayona es enterrado en el cementerio de San Esteban en el panteón de la familia de su mujer. Es el autor de "Despacho parroquial", "El esquilador", "La lección de toreo", "La antesala del príncipe de la Paz", "La misa de parida", "Ronda de la Inquisición", "Pórtico de San José en Madrid", "Pobres esperando la hora de la limosna", y su obra más conocida es "¡Se aguó la fiesta!", la merienda campestre interrumpida por la presencia de un toro, cuadro reproducido infinitamente desde las planas de La Lidia hasta los abanicos pericones de las damas de aquel tiempo.


torodemelida dijo...



Anterior a Prieto fue el pintor Enrique Mélida. Melida también pintó la silueta de un toro sobre una loma que fue muy famosa en su tiempo. A pesar de ser el pintor de temas taurinos más influyente e importante de la mitad del siglo XX Mélida ha sido rápidamente olvidado. En su cuadro "Se aguó la fiesta" (1876).
Adjunto varias reseñas de diarios del siglo pasado en la que nos hablan de ese importante pintor admirador Goya.



Unas notas de prensa que nos pueden ilustrar lo que estoy diciendo: (ABC. Madrid. El carnaval de Roma. 4 de Febrero de 1923. Martín Ávila)

"Maestro en este arbitrio fue Enrique Mélida. Uno solo de sus cuadros, ¡Se aguó la fiesta!, ha sido en España, y lo es aún, más popular que las Meninas y mucho más que el entierro del señor de Orgaz, y, por lo menos, tanto como la más popular obra mística de Murillo. ¡Se aguó la fiesta! es aquel cuadro en que un bravo toro, retinto en negro y corniapretado, se planta amenazador ante un grupo de chisperos que comen regocijados en pleno campo."


Revista de la Biblioteca Archivo y Museo. Ayuntamiento de Madrid, nº 13. Enero 1927.

Mélida, madrileño, nacido el 6 de abril de 1838, casa con María Bonnat, hermana del retratista francés León, y muere en París el 28 de abril de 1892. Trasladado a Bayona es enterrado en el cementerio de San Esteban en el panteón de la familia de su mujer. Es el autor de "Despacho parroquial", "El esquilador", "La lección de toreo", "La antesala del príncipe de la Paz", "La misa de parida", "Ronda de la Inquisición", "Pórtico de San José en Madrid", "Pobres esperando la hora de la limosna", y su obra más conocida es "¡Se aguó la fiesta!", la merienda campestre interrumpida por la presencia de un toro, cuadro reproducido infinitamente desde las planas de La Lidia hasta los abanicos pericones de las damas de aquel tiempo.