martes, 30 de agosto de 2011

La Isla Bonita


Félix Velasco - Blog

lunes, 29 de agosto de 2011

La dignidad de Cataluña

Ha muerto Heribert Barrera. El lector no avisado debe saber que Barrera fue consejero de la Generalidad de Cataluña durante la Guerra Civil y que fue el primer presidente del Parlamento catalán tras la instauración de la democracia en la Transición. Entre una y otra ocupación media una notable carrera de científico y profesor.
Si estos datos le dejan frío al lector, oiga las palabras que se han volcado sobre su reciente cadáver. Jordi Pujol ha dicho que "merece el agradecimiento y el recuerdo entrañable del pueblo de Cataluña" pues "fue un defensor de los derechos y de la dignidad de Cataluña". Claro, esto ya es otra cosa. Es, en concreto, la dignidad de Cataluña, nada menos. El también muy honorable Artur Mas también ha destacado su coherencia y lo ha propuesto como ejemplo para la juventud. Un millón y medio de peregrinos de la JMJ, al fin y al cabo, pueden estar equivocados sobre qué ejemplo deben seguir. Reagrupament lamenta que con él se ha perdido "un patriota de alta calidad intelectual y humana".
Todo lo cual crea ciertas expectativas. ¿Quién será este héroe de la política catalana? Pues el poseedor de estas palabras: "las oleadas migratorias son un plan para descatalanizar Cataluña". A él le gustaría "una Cataluña como la de la República". Es decir, ¿una Cataluña democrática?, no, "sin inmigrantes". Pues "es más importante salvar Cataluña que la democracia", con sus incómodas y cabe pensar que anticatalanas salvaguardas de los derechos individuales. Como el de emigrar o educar en español. Pero su pensamiento, para desmentir su apellido, carece de fronteras y llega a cruzar el continente: "En América los negros tienen un coeficiente intelectual inferior a los blancos", lo cual agitado en la coctelera de su pensamiento con que "se debería esterilizar a los débiles mentales de origen genético" produce vértigo. Es normal, dada la altura de la calidad intelectual y humana de Barrera. En ese esquema de valores entra como un guante (me los pongo para colocar aquí la cita), esta declaración: "Me merece más respeto un asesino de ETA que un delincuente común, puesto que el etarra mata por convicciones nobles, no por dinero". Es la "política sin eufemismos" que ha alabado otro dirigente catalanista.
Sin duda fue "fiel a sus principios, honesto, íntegro y nada demagógico", como ha dicho el propio Pujol. ¿Qué Cataluña oficial es esta que encumbra a un racista xenófobo partidario de la eugenesia? La que encarna, cabe pensar, la dignidad de Cataluña.
José Carlos Rodríguez
Félix Velasco - Blog

domingo, 28 de agosto de 2011

Retrato de un héroe

Hay héroes en la vida real. No sólo en el cine, la tele o la literatura.Usted y yo nos cruzamos con ellos con frecuencia, sin reconocerlos. Es injusto, pero así son las cosas. La gente debería llevar su biografía escrita en la cara. En la mirada. A veces la lleva, pero no todo el mundo sabe leer allí. Pocos lo hacen. De cualquier modo, las biografías visibles no son el caso. Los héroes pasan por nuestro lado sin que reparemos en ellos. Se sientan en la terraza del bar, se sujetan a la barra del metro o hacen cola en la oficina del paro, como tantos. Conozco a uno con pinta de pobre diablo: un emigrante rumano que se busca la vida trabajando de albañil en lo que puede. Es joven, de maneras toscas. Un día, camino de la obra, vio que una anciana, a la que no conocía de nada, quería tirarse por la ventana de un tercer piso. El hombre trepó arriba como pudo y la estuvo sosteniendo, jugándose la vida en el vacío, hasta que llegaron los vecinos y los bomberos. Después se fue a acarrear ladrillos, como cada día, y agachó la cabeza cuando el capataz lo abroncó por llegar tarde. 
Sé de otro héroe, entre tantos, con el que se cruzan algunos de ustedes de vez en cuando. Lleva casi treinta años salvando vidas, pero no se le nota. Es un tipo callado. Discreto. Supongo que nunca me perdonaría que diese aquí su nombre, así que ni lo intento. Baste decir que hay quien lo admira y quien lo ama. Quien le lleva la cuenta de los rescates que ha realizado en el mar. Unos cuatro mil, calculan. Primero como buceador y luego en Salvamento Marítimo. De manzanilla man, que dicen allí; porque, como las bolsitas de infusión, lo cuelgan con un cabo desde un helicóptero y lo sumergen en el agua para que trinque a la gente. Duro que te rilas, imagínense. El pavo. Una vez salió su foto en los periódicos, sujetando los intestinos de un fulano al que llevaban en una zodiac camino del buque hospital Esperanza del Mar. Antes de evacuar al herido tuvo que reducir a hostias al tripulante que se paseaba por la cubierta del pesquero con un ataque de delirium tremens, llevando en la mano el cuchillo con el que acababa de rajar a su colega. Hace un tiempo, el helicóptero donde volaba con tres compañeros cayó al agua frente a la costa de Almería. Cosas de la mala suerte. De que salga tu número. Nuestro héroe es un hombre entrenado para esa clase de situaciones: sabe cosas que el común de los mortales ignoramos. Así que las puso en práctica por instinto de adiestramiento. Se llenó el pecho de aire segundos antes del impacto, hiperventiló mientras se inundaba la cabina, se zafó del arnés que lo ataba al helicóptero que se hundía, y subió a una balsa salvavidas. Allí cogió un cuchillo y una linterna, se quitó el chaleco inflado para poder sumergirse, y tras palpar la carne levantada en su cuero cabelludo y comprobar que pese al golpe y las heridas estaba entero, buceó de nuevo en busca de sus compañeros. No los encontró. Agotado, volvió a la balsa. No usó las bengalas de mano porque sabía que flotaba en una mancha de queroseno. Lanzó una con paracaídas, se tumbó en la balsa y aguardó haciendo señales intermitentes con la linterna. Rescatado por una patrullera de la Guardia Civil, sus palabras en el hospital fueron «¡Cosedme ya, joder!... ¡Tengo que ir a por mis compañeros!». Pero los tres habían muerto en el impacto. Hubo medallas con distintivo rojo para los cuatro. Los muertos y elsuperviviente. A menudo queda alguien para contarlo, aunque éste sea poco amigo de contar. Aquel día, el telediario apenas mencionó la noticia: un helicóptero de rescate caído al mar y tres palabras del ministro del ramo. Punto. Nada sobre quiénes eran los tres desaparecidos, qué los llevó a la muerte, cuántas vidas salvaron jugándosela durante años y años. Nada sobre el cuarto hombre. El que seguía vivo. El que se lamía las heridas. Por aquellos días aún lo copaba todo el terremoto de Haití, más espectacular y vistoso. Comparados con las conexiones en directo desde Puerto Príncipe, tres rescatadores muertos eran poca cosa. Para lo que sí hubo espacio fue para que la tele y los periódicos se ocuparan de las andanzas de Brad Pitt y Angelina Jolie. Sus vacaciones solidarias en no sé dónde. También en Haití, me parece. Tan humanitarios ellos. Tan guapos y tan fashion. Hágase un favor, estimado lector. A usted mismo. Cuando vaya hoy atomar un café, una caña o lo que sea, preste atención al apoyarse en la barra del bar o la cafetería. Tal vez haya a su lado un hombre o una mujer, solos o acompañados,mojando un churro en la taza, despachando un pincho de tortilla o tomándose una aspirina. Tipos normales, como usted o como yo. Gente de infantería. Obsérvelos de reojo y con respeto, porque nunca se sabe. Quizá esté mirando a un héroe.
Arturo Pérez-Reverte
Félix Velasco - Blog

Juventud aplastada

Una de las formas menos denunciadas de la corrupción política y social que nos corroe es el aplastamiento de las jóvenes generaciones. Ocurre esto, paradójicamente, en una época que idolatra la juventud, que halaga y exalta las peores pasiones juveniles... con el sórdido propósito de mantener a esa juventud confinada en el ostracismo, enchufada a diversos paraísos artificiales que la mantengan infantilizada, embrutecida, incapacitada para asumir compromisos fuertes y responsabilidades trascendentes. Las oligarquías de las `generaciones medias´ acaparan como en ninguna otra época de la historia el poder en sus más diversas expresiones; y se resisten como nunca a entregarlo. Han aprendido a utilizar en provecho propio los resortes del mando, han logrado usufructuar un régimen político, social y cultural que les beneficia (y en el que los intereses privados han sustituido impúdicamente al bien común); y contemplan con recelo a los jóvenes, todavía no maleados por el tejemaneje de los intereses creados, en cuyas cualidades -voluntad, coraje, generosidad, espíritu de sacrificio, imaginación viva, optimismo creador- ven un peligro temible. De ahí que las oligarquías de las `generaciones medias´ se empleen con especial denuedo en corromper a los jóvenes, brindándoles una educación cada vez más endeble y embotadora de sus potencias, anestesiando su curiosidad intelectual, extirpando sus inquietudes religiosas, embruteciéndolos en suma; y, mientras los embrutecen, los aplauden y llevan en palmitas, como a esclavos consentidos. Solo cuando están suficientemente embrutecidos, se les permite el acceso a la influencia y el poder... Salvo que den pruebas de someterse temprano, salvo que demuestren un compromiso prematuro con los intereses vigentes. En este caso, no vacilan en encumbrarlos a las más altas magistraturas y puestos de responsabilidad; pues de este modo se crea el espejismo de que la juventud está siendo promocionada, cuando lo que en realidad se promociona es la juventud fiambre. 
Suele decirse que los años atemperan las pasiones; y es cierto. Pero no solo las pasiones más viles y desenfrenadas; también las pasiones más nobles. La sagrada pasión del entusiasmo, por ejemplo, es propia de la juventud; y también el altruismo. Pero el entusiasmo y el altruismo son pasiones de las que abominan las oligarquías de las `generaciones medias´, que fundan su hegemonía en cálculos interesados y en el triunfo lento, pero inexpugnable, del egoísmo. El espíritu de las `generaciones medias´ es materialista: busca la permanencia, el lucro, el goce pacífico y sin sobresaltos de los honores conquistados y las prebendas adquiridas; el espíritu juvenil propende al bien moral (siquiera cuando ese espíritu no ha sido todavía corrompido) y, al no sujetar sus planes a cálculos interesados, abarca un mayor panorama, iluminado por la vivacidad de la imaginación. El joven ve la meta antes que los obstáculos; y su ardor y coraje lo empujan a sobrevolar los obstáculos, o a dinamitarlos. Pero, ¡ay!, lo que el joven percibe como un obstáculo es precisamente lo que las `generaciones medias´ han convertido en castillo de sus intereses; y para evitar que ese castillo sea reducido a escombros, se preocupan de refrenar y atemperar las pasiones juveniles. En otras épocas las refrenaban condenándolas al ayuno más riguroso; ahora las alimentan con una plétora de placeres sensuales y subalternos, hasta esterilizarlas y hacerlas inoperantes. 

El estribillo de las oligarquías instaladas en el poder es siempre elmismo: proclaman la corrupción de las nuevas generaciones y, cuando las alaban, es porque las hallan suficientemente corrompidas. Pero el encastillamiento de las `generaciones medias´, convertidas en oligarquía que usufructúa el poder en beneficio propio, acaba provocando siempre un gran malestar social. Además de los males que acarrea a la sociedad la perpetuación de su mando, provoca una reacción suplementaria de encono, de despecho, de rabia sorda entre las generaciones postergadas, que pretenden sin éxito realizar su destino, o que solo lo realizan cuando ya sus energías están agotadas, o corrompidas. Y cuando las tareas que se deben realizar son urgentes, el estado de desesperación que origina el aplastamiento y embrutecimiento de la juventud es tierra abonada para los estallidos violentos: lo estamos padeciendo, o empezando a padecer, en este crepúsculo de la Historia.
Juan Manuel de Prada
Félix Velasco - Blog

sábado, 27 de agosto de 2011

La edad de la violencia

En no pocas ocasiones, se ha enfatizado desde esta sección el hecho de que el siglo XXI se caracteriza, por encima de cualquier otra cosa, por la ausencia de un liderazgo en el pensamiento –o por decirlo de otro modo más directo si cabe, por un vacío teórico pasmoso, que ha dejado huérfano de ideas a un tramo histórico crucial. En un principio, la detección de este mal quedaba circunscrita en el marco de un ámbito fudamentalmente académico y endogámico, afectado por cierta nostalgia de tiempos anteriores, preñados de grandes pensadores e intelectuales. Pero conforme se suceden los acontecimientos, y la tan manida crisis económica ha dejado de ser un accidente o evento fatal para convertirse en el cimiento podrido de nuestra sociedad, la referida ausencia de tendencias fuertes de pensamiento ha conllevado que no exista un canal identificado suceptible de venicular reflexivamente todo el malestar presente en el día a día de cualquier ciudadano. 
¿A dónde queremos llegar con esta exposición de motivos? Al hecho de que, en 2011, las alternativas a la crisis ya no se discuten o son elaboradas en ámbitos intelectuales, sino que se construyen en la calle, en la revuelta, en el descontrol de una multitud incapaz de atender a los requerimientos provenientes del discurso, de la palabra. Desde las derivas intimidatorias del 15 – M hasta la actual huelga general que asola Chile, pasando por los disturbios en el Reino Unido, lo cierto es que la violencia se está convirtiendo en una norma que, curiosamente –y esto es lo más preocupante-, no siempre es reprimida o condenada con la diligencia y voluntad que se requiere. Parece como si la única posibilidad que tienen algunos de sobrevivir, de no morir aplastados por el peso de su propia incompetencia fuera alentar sibilinamente la propagación de un caos, en el que sus errores aparecen confundidos y minimizados. En el rechazo de la violencia hay «grados», matices hasta peligrosos que hacen de su impugnación una materia relativa, sobre la que ya no existen absolutos éticos. Difícilmente, esta sociedad va a poder superar la situación tan delicada en la que se encuentra si, como consecuencia del malestar reinante, se comienzan a cuestionar estratégicamente determinados principios de convivencia, básicos para el mantenimiento de la buena salud de cualquier democracia.
P. Alberto Cruz Sánchez
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jueves, 25 de agosto de 2011

Algunos datos sobre el cerebro

La hormona denominada corticosterona, que se segrega en momentos de ansiedad, es la responsable de la repentina pérdida de memoria. Esta hormona bloquea la recuperación de información hasta una hora después de ceder la situación de tensión. Esto explicaría, por ejemplo, que algunos estudiantes se queden en blanco en los exámenes. Al serenarse, el cerebro recupera los datos.
El cerebro pesa un promedio de 1.380 gramos en el hombre y 1.250 en la mujer. Contiene unos 100.000 millones de neuronas, cifra aproximada al de las estrellas de nuestra galaxia. Y sus casi 100 trillones de interconexiones en serie y en paralelo proporcionan la base física que permite el funcionamiento cerebral.
Hay varios tipos de amnesia, la amnesia retrógrada es la más rara aunque la más cinematográfica, en ella el afectado no recuerda su vida antes de la lesión. En cambio, en la amnesia anterógrada, la más común y grave, el enfermo recuerda su pasado pero no logra aprender nada nuevo.
Existen muchas otras anomalías de la memoria, como la prosopagnosia o incapacidad para recordar rostros; el déjà vu, sensación de haber vivido ya algo; o la hipermnesia, la cual permite recordar con todo detalle diferentes cosas. Un caso clásico de esta última, referido por el psiquiatra Taine, es el de la empleada doméstica iletrada que recitaba (aún sin comprenderlos) párrafos enteros en latín, griego y hebreo oídos a un tío suyo de pequeña. Otro caso de capacidad memorística extraordinaria es el del reportero ruso Solomón Veniamin, que podía aprender en segundos y repetir sin ningún error, de arriba abajo y en diagonal, listas enormes de cifras y palabras. Y lo más increíble, semanas, meses, incluso años después, las reproducía con toda exactitud.
El cerebro de los humanos es el que posee más pliegues de todos los seres vivos, por eso si lo desplegáramos mediría aproximadamente 2 metros, mientras que el de un gorila, todo y pesar casi lo mismo, al desplegarlo sólo mide una cuarta parte que el del hombre.
La voz femenina provoca agotamiento en el cerebro masculino. Según el profesor Michael Hunter, de la Universidad de Sheffield (Gran Bretaña), el tono de la voz femenina posee sonidos más complejos que la masculina, por eso toma toda el área auditiva del cerebro masculino, mientras que la voz del hombre sólo ocupa el área subtalámica. De aquí que en muchas ocasiones las mujeres se quejen de que los hambres no las escuchan, ya que lo que hacen es "desconectar" por una razón puramente fisiológica.
¿Por qué resulta mas fácil boicotear a un orador con silbidos que con gritos? Esto se debe a que el oído humano es mucho mas sensible a los sonidos de frecuencias elevadas (agudos) que a los de baja frecuencia (graves). Por la misma razón cuando hablan muchas personas a la vez, se entienden más fácilmente las voces mas agudas.
Los estímulos nerviosos dentro del cerebro se transmiten, gracias a las neuronas, a una velocidad que supera los 400 kilómetros por hora.
Cada neurona es la responsable de establecer comunicación con varios cientos o incluso miles de neuronas de su entorno. Si se pusieran en línea recta todas las neuronas de nuestro sistema nervioso, tendrían una extensión de varios centenares de kilómetros.
Félix Velasco - Blog

El juramento romano


Los antiguos romanos poseían variados dioses a los que rendían culto, pero para jurar  cuando debían declarar diciendo obligatoriamente la verdad no los ponían a ellos por testigo. La forma que tenían de atestiguar que decían verdad, era apretándose los testículos con la mano derecha (el derecho romano sólo reconocía capacidad de declarar como testigo en juicio a los varones), y de esta costumbre derivó la palabra “testificar”. Ésta proviene del latín testificare, que está compuesto por testis (testigo) y facere (hacer); podemos decir pues que testificar significa literalmente “tocarse los testículos”
De esta antigua costumbre procede la palabra testificar, como demostrando que aceptaban perder lo que fuese por defender la verdad. 
Esta forma de dar testimonio era siempre entre iguales, o superiores, nunca hacia inferiores, porque esto estaba en el marco del honor.
En algunas sociedades patriarcales, es común que los recién estrenados papás enseñen orgullosos a sus amigos los “pequeños testigos” de sus vástagos de sexo masculino, como prueba de virilidad de sus herederos varones.
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La sucesión de Fibonacci


La sucesión de Fibonacci es una sucesión infinita de números naturales: 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144, ...
La sucesión inicia con 0 y 1, y a partir de ahí cada elemento es la suma de los dos anteriores.
A cada elemento de esta sucesión se le llama número de Fibonacci. Esta sucesión fue descrita en Europa por Leonardo de Pisa, matemático italiano del siglo XIII también conocido como Fibonacci. Tiene numerosas aplicaciones en ciencias de la computación, matemáticas y teoría de juegos. También aparece en configuraciones biológicas, como por ejemplo en las ramas de los árboles, en la disposición de las hojas en el tallo, en la flora de la alcachofa y en el arreglo de un cono.
La sucesión fue descrita por Fibonacci como la solución a un problema de la cría de conejos: "Cierto hombre tenía una pareja de conejos juntos en un lugar cerrado y queremos saber cuántos nacen a partir de este par en un año cuando su naturaleza es parir otro par cada mes, y en el segundo mes los nacidos también paren". Dicho de otra forma, sirve para conocer el número de conejos (parejas de conejos) que habrá en 12 meses, si estos se reproducen continuamente y cada pareja de conejos produce una nueva pareja de conejos (un macho y una hembra). Cada conejo se puede cruzar a la edad de un mes, siendo su periodo de gestación un mes.
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miércoles, 24 de agosto de 2011

Chiringuito

Un chiringuito o changarro es un pequeño establecimiento, de edificación más o menos provisional, cuyo fin es establecer un negocio, generalmente dedicado al sector servicios, y particularmente a la venta de alimentos y bebidas. Existen dos variantes principales:
  1. Los localizados en playas y demás zonas turísticas, que suelen tener actividad estacional de veraneo, pero pueden ser construcciones fijas.
  2. Los tradicionales de las ferias andaluzas, más conocidos como casetas, son callejeros y casi siempre están constituidos por edificaciones provisionales, que se desmontan al finalizar las ferias.
La acepción de puesto de bebidas procede de Cuba y Puerto Rico. En estos países hay una gran explotación agrícola de caña de azúcar. Los trabajadores de estos campos solían meter café en una media, y lo presionaban para conseguir una pequeña cantidad de café llamada chiringo. Luego apareció su diminutivo, chiringuito.
En cuanto al primer local que acoge el nombre de chiringuito, se encuentra ubicado en España en el pueblo costero de Sitges (Barcelona). Fue fundado en 1913 por el capitán Calafell, un quiosco pintado de blanco y azul en el Paseo Marítimo, y Cesar González Ruano periodista de la Vanguardia con un premio nacional en periodismo fue quien bautizó al local con la palabra chiringuito dando origen a todos los locales playeros o quioscos ya que fue él, quien en uno de sus viajes a Cuba, mostró interés y gracia por la palabra chiringo, trayendo la palabra a España y bautizando el primer puesto de bebidas frente al mar.
Su segunda acepción la encontramos en las Islas Canarias, proviene de chiringo, chorro, por lo que su diminutivo, tiene el significado de chorro fino. 
En Latinoamérica esta palabra tiene como acepción el de trago pequeño de bebida alcohólica.
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martes, 23 de agosto de 2011

lunes, 22 de agosto de 2011

Edelweiss


Edelweiss Edelweiss
Cada mañana que me saludas
Pequeña y blanca, Limpia y brillante.
Pareces feliz de encontrarme.
Flor de la nieve que floreces y creces
Florece y crece por siempre
Edelweiss Edelweiss
Acompáñame por siempre.

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Star Wars - The Main Theme Song


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Star Wars "Imperial March" Vader Theme


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Jurassic Park theme song.


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viernes, 19 de agosto de 2011

Materialismo e indignación

El derrumbe de la idolatría materialista está provocando en las sociedades occidentales un malestar e indignación crecientes que se desaguan de las formas más variopintas: desde la resignada acedía (así llamaban los antiguos a la mezcla de flojera y pesadumbre de vivir) hasta el vandalismo más feroz y criminal. En la raíz de todas estas expresiones de malestar descubrimos una misma causa mediata o inmediata, que no es otra sino la amputación o estrangulamiento del sentido de la trascendencia, connatural al concepto de persona. El capitalismo, a la vez que se aseguraba para sí el acceso y posesión incontrolada de la riqueza material, se sacó del magín una auténtica olimpiada de derechos que sus vasallos debían esforzarse por conquistar o ganar. Y en el esfuerzo por conquistarlos o ganarlos, los vasallos olvidaron que tales `derechos´ no eran sino prerrogativas humanas, el bagaje que Dios ha concedido al hombre para cumplir con su deber máximo -físico y metafísico-, que no es otro sino vivir. Vivir con una particular ´metodología del amor` que solo puede conceder el sentido trascendente, y que el capitalismo desbarató por completo: amor de Dios al hombre, del hombre a Dios y del hombre al hombre. 
Esta `metodología del amor´ es la única que posee una virtud unitivacapaz de lograr una sociedad justa. El capitalismo llevó al hombre no a la unidad por el amor, sino a la atomización por el odio; porque, a la postre, sus engolosinadores ´derechos´ se convirtieron en parapetos y empalizadas que rompieron los vínculos naturales entre los hombres, cuando no en catapultas y armas arrojadizas que se dirigieron contra los demás hombres. En un alarde de astucia, el capitalismo logró, incluso, que la noción natural de patria (que no es sino la plasmación más evidente, en el orden político, de esa `metodología del amor´ que se había empeñado en destruir) se identificase con una serie de instituciones políticas, sociales y económicas que había creado para su beneficio. Esta propensión `materialista´ del capitalismo fue, paradójicamente, adoptada por su enemigo aparente, el marxismo, que no solo asimiló el vicio de origen del capitalismo, sino que lo convirtió en afirmación ideológica, y hasta en filosofía: si para el capitalismo el materialismo era un demonio tentador, para el marxismo se convirtió en divinidad que ordena el mundo y explica sus contradicciones. Y así, para el marxismo, el materialismo se encumbró como falsa mística que excluye taxativamente el sentido de trascendencia como motor de las acciones humanas y convierte al hombre en mero `individuo´ en lucha dialéctica; así, por ironía diabólica, capitalismo y marxismo, en apariencia rivales, coinciden en lo que verdaderamente importa: en el menoscabo de la persona humana. 
Inevitablemente, dos rivales aparentes que en su naturaleza más intima eran aliados tenían que acabar firmando una alianza, que empezó siendo un pacto de convivencia y acabó siendo lo que en la actualidad padecemos: una coyunda o amalgama que Hilaire Belloc denominó, en un opúsculo clarividente, el «Estado servil», convertido en un sucedáneo religioso (idolatría) de obligado cumplimiento, fundado en un credo materialista que es la vez antropología y método económico falaces. Pero la amputación o estrangulamiento de una vida plena, regida por la `metodología del amor´ y el sentido de trascendencia, no se logra impunemente; y quienes la sufren, aunque confundan su sufrimiento con un `disfrute´ en el supermercado u olimpiada de los `derechos´, acaban padeciendo malformaciones. Enrique Jardiel Poncela (que, como todos los grandes humoristas, dejó escritas reflexiones de extraordinaria seriedad) lo explica con palabras dignas de ser esculpidas en mármol en el prólogo de su novela La tournée de Dios: «La Humanidad, descentrada, puesta de espaldas a todas las cualidades espirituales, desdeñosa de lo estimulante y de lo consolador, y enfrentada con todos los materialismos perturbadores y entristecedores, ha perdido la perspicacia de ver dentro de sí, no sabe a qué achacar su mal sabor de boca y se revuelve contra esto y contra aquello, sedienta de venganza y convencida de que debe de haber alguien o algo culpable de que ella no se encuentre a gusto. Esta indignación es para la Humanidad un goce, porque para un miserable siempre es un placer el poder injuriar. Y la Humanidad recurre a esa indignación para hacerse la vida soportable».
Juan Manuel de Prada
Félix Velasco - Blog

Sobre imbéciles y malvados

No quiero, señor presidente, que se quite de en medio sin dedicarle un recuerdo con marca de la casa. En esta España desmemoriada e infeliz estamos acostumbrados a que la gente se vaya de rositas después del estropicio. No es su caso, pues llevan tiempo diciéndole de todo menos guapo. Hasta sus más conspicuos sicarios a sueldo o por la cara, esos golfos oportunistas -gentuza vomitada por la política que ejerce ahora de tertuliana o periodista sin haberse duchado- que babeaban haciéndole succiones entusiastas, dicen si te he visto no me acuerdo mientras acuden, como suelen, en auxilio del vencedor, sea quien sea. Esto de hoy también toca esa tecla, aunque ningún lector habitual lo tomará por lanzada a moro muerto. Si me permite cierta chulería retrospectiva, señor presidente, lo mío es de mucho antes. Ya le llamé imbécil en esta misma página el 23 de diciembre de 2007, en un artículo que terminaba: «Más miedo me da un imbécil que un malvado». Pero tampoco hacía falta ser profeta, oiga. Bastaba con observarle la sonrisa, sabiendo que, con dedicación y ejercicio, un imbécil puede convertirse en el peor de los malvados. Precisamente por imbécil. 
Agradezco muchos de sus esfuerzos. Casi todas las intenciones y algunos logros me hicieron creer que algo sacaríamos en limpio. Pienso en la ampliación de los derechos sociales, el freno a la mafia conservadora y trincona en materia de educación escolar, los esfuerzos por dignificar el papel social de la mujer y su defensa frente a la violencia machista, la reivindicación de los derechos de los homosexuales o el reconocimiento de la memoria debida a las víctimas de la Guerra Civil. Incluso su campaña para acabar con el terrorismo vasco, señor presidente, merece más elogios de los que dejan oír las protestas de la derecha radical. El problema es que buena parte del trabajo a realizar, que por lo delicado habría correspondido a personas de talla intelectual y solvencia política, lo puso usted, con la ligereza formal que caracterizó sus siete años de gobierno, en manos de una pandilla de irresponsables de ambos sexos: demagogos cantamañanas y frívolas tontas del culo que, como usted mismo, no leyeron un libro jamás. Eso, cuando no en sinvergüenzas que, pese a que su competencia los hacía conscientes de lo real y lo justo, secundaron, sumisos, auténticos disparates. Y así, rodeado de esa corte de esbirros, cobardes y analfabetos, vivió usted su Disneylandia durante dos legislaturas en las que corrompió muchas causas nobles, hizo imposibles otras, y con la soberbia del rey desnudo llegó a creer que la mayor parte de los españoles -y españolas, que añadirían sus Bibianas y sus Leires- somos tan gilipollas como usted. Lo que no le recrimino del todo; pues en las últimas elecciones, con toda España sabiendo lo que ocurría y lo que iba a ocurrir, usted fue reelegido presidente. Por la mitad, supongo, de cada diez de los que hoy hacen cola en las oficinas del paro. Pero no sólo eso, señor presidente. El paso de imbécil a malvado lo dio usted en otros aspectos que en su partido conocen de sobra, aunque hasta hace poco silbaran mirando a otro lado. Sin el menor respeto por la verdad ni la lealtad, usted mintió y traicionó a todos. Empecinado en sus errores, terco en ignorar la realidad, trituró a los críticos y a los sensatos, destrozando un partido imprescindible para España. Y ahora, cuando se va usted a hacer puñetas, deja un Estado desmantelado, indigente, y tal vez en manos de la derecha conservadora para un par de legislaturas. Con monseñor Rouco y la España negra de mantilla, peineta y agua bendita, que tanto nos había costado meter a empujones en el convento, retirando las bolitas de naftalina, radiante, mientras se frota las manos. Ojalá la peña se lo recuerde durante el resto de su vida, si tiene lossantos huevos de entrar en un bar a tomar ese café que, estoy seguro, sigue sin tener ni puta idea de lo que vale. Usted, señor presidente, ha convertido la mentira en deber patriótico, comprado a los sindicatos, sobornado con claudicaciones infames al nacionalismo más desvergonzado, envilecido la Justicia, penalizado como delito el uso correcto de la lengua española, envenenado la convivencia al utilizar, a falta de ideología propia, viejos rencores históricos como factor de coherencia interna y propaganda pública. Ha sido un gobernante patético, de asombrosa indigencia cultural, incompetente, traidor y embustero hasta el último minuto; pues hasta en lo de irse o no irse mintió también, como en todo. Ha sido el payaso de Europa y la vergüenza del telediario, haciéndonos sonrojar cada vez que aparecía junto a Sarkozy, Merkel y hasta Berlusconi, que ya es el colmo. Con intérprete de por medio, naturalmente. Ni inglés ha sido capaz de aprender, maldita sea su estampa, en estos siete años.
Arturo Pérez-Reverte
Félix Velasco - Blog

Ataraxia

Se denomina ataraxia, "ausencia de turbación", a la disposición del ánimo propuesta por los epicúreos, estoicos y escépticos, gracias a la cual un sujeto, mediante la disminución de la intensidad de sus pasiones y deseos y la fortaleza frente a la adversidad, alcanza el equilibrio y la felicidad. La ataraxia es, por tanto, tranquilidad, serenidad e imperturbabilidad en relación con el alma, la razón y los sentimientos.
  1. Según los epicúreos, existen dos clases de deseos: los naturales y necesarios, relacionados con la supervivencia, y los naturales no necesarios, que provienen de la cultura, política y vida social. La satisfacción de los deseos es lo que produciría placer, el cual a su vez, es lo que conduce a la felicidad, sin embargo, existen placeres que son completamente vanos y que conducen a un dolor mayor que el placer inicial, estos placeres producen intranquilidad y deben ser evitados por la razón, ya que alejan de la "ataraxia". La filosofía es una vía hacia la ataraxia, ya que esta es considerada también: «la tranquilidad espiritual propia del sabio que distingue los deseos naturales de los que no lo son y es capaz de alejarse de aquello que es vano». 
  2. Para los estoicos, la vía para llegar a la ataraxia es la virtud, que consiste en adecuar los deseos propios a la racionalidad de la naturaleza (logos), aprendiendo a diferenciar las cosas que dependen del propio sujeto de las que son independientes de este, ya que no tendría ningún sentido preocuparse por las segundas porque al hacerlo el sujeto se alejaría de la tranquilidad del alma. Para esto también es necesario, en pos de encontrar la ataraxia, eliminar los miedos a los dioses y a la muerte, así como no quejarse por las inclemencias del destino.
  3. En el caso de los escépticos, que promulgan la suspensión de todo juicio a priori debido a que, no existe ninguna verdad absoluta, sino que todo depende del hombre y sus sentidos, para alcanzar la felicidad es necesario dudar de todo lo que al parecer se ha conocido hasta el momento, en tanto que no existe conocimiento objetivo, y luego conseguir la ataraxia, como serenidad e imperturbabilidad del ánimo.
En definitiva, es una forma de vivir la vida con la menor frustración inútil posible.
También puede desarrollarse como enfermedad mental, no como un acto consciente y libre, en este caso la persona no puede conectar sus emociones y nada de lo que ocurre a su alrededor le afecta. Es un "pasotismo" inconsciente que impide ser sensible a razones y emociones.
Pero tambien es una condicion de la mente, seria casi como hablar del nirvana, un estado en el que la persona alcanza el equilibrio emocional, en el que ya no hay preocupaciones ni tensiones.
Félix Velasco - Blog

Juan Charrasqueado - Jorge Negrete

https://www.youtube.com/watch?v=iWaw7bKaVk4

Voy a cantarles un corrido muy mentado,
lo que ha pasado allá en la hacienda de la flor,
la triste historia de un ranchero enamorado,
que fué borracho parrandero y jugador.
Juan se llamaba y lo apodaban charrasqueado,
era valiente y arriesgado en el amor,
a las mujeres más bonitas se llevaba,
en esos campos no quedaba ni una flor.
Un dia domingo que se andaba emborrachando,
a la cantina le corrieron a avisar,
"Cuidate juan que ya por ahi te andan buscando,
son muchos hombres no te vayan a matar".
No tuvo tiempo de montar en su caballo,
pistola en mano se le echaron de a montón,
estoy borracho les gritaba y soy buen gallo,
cuando una bala atravesó su corazón.
Crecio la milpa con la lluvia en el potrero,
y las palomas van volando al pedregal,
bonitos toros llevan hoy al coliadero,
que buen caballo va montando el caporal.
Ya las campanas del santuario están doblando,
todos los fieles se dirigen a rezar,
y por el cerro los rancheros van bajando,
a un hombre muerto que lo llevan a enterrar.
En una choza muy humilde llora un niño,
y las mujeres se aconsejan y se van,
pero su madre lo consuela con cariño,
mirando al cielo llora y reza por su Juan.
Aquí termino de cantar este corrido,
de juan ranchero charrasqueado y burlador,
que se creyo de las mujeres consentido,
que fue borracho parrandero y jugador.
Jorge Negrete
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jueves, 18 de agosto de 2011

El Niño y el Canario - Jorge Cafrune y Marito



Era el canario un primor
y era su dueño un pequeño
que velaba con empeño
los cuidados del cantor.
Era un precioso ejemplar
de color adamascado
era un preso resignado
a la misión de cantar.
Era sensible escuchar
de su garganta sonora
la nota grave que llora
en un constante rolar.
Daba entender su trinar
de que una angustia sufría
porque falto de alegría
era su flauta un penar.
Un cierto día su dueño
el candoroso pequeño
que se solía extaciar
al contemplar los fulgores
de tan divinos colores
y tan hermoso cantar.
Llegó hasta el cielo su queja
porque prendido a la reja
de la pequeña prisión
en lenta y triste agonía
su fiel canario moría
sin comprender la razón.
Preso de un hondo quebranto
subió a sus ojos el llanto
y con infante emoción
sacó de la jaula al preso
posó de su boca un beso
sobre su rosado plumón
y en su mano temblorosa
quedó dormida una rosa
que tenía un corazón.
La cajita de madera
la misma que contuviera
la misma que contuviera
lapicitos de color.
Fue la morada postrera
de aquel que en su vida fuera
de aquel que en su vida fuera
su más preciado valor.
Y en el jardín de su casa
a distancia muy escasa
a distancia muy escasa
de un legendario nogal.
Lloró la pobre criatura
Lloró la pobre criatura
al cavar la sepultura
de su cantor sin igual.

Jorge Cafrune y Marito
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Panem et circenses

Es una locución latina peyorativa de uso actual que describe la práctica de un gobierno que, para mantener tranquila a la población u ocultar hechos controvertidos, provee a las masas de alimento, entretenimiento y criterios asistencialistas.
Esta frase se origina en Roma en la Satira X del poeta Romano Juvenal (circa 100 d.C.). En su contexto, la frase en Latin panis et circenses («pan y juegos del circo») es dada como la última atención del pueblo Romano, quien había olvidado su derecho de nacimiento a involucrarse en la política. Juvenal muestra su desprecio por la decadencia de sus contemporáneos Romanos: 
"… iam pridem, ex quo suffragia nulli uendimus, effudit curas; nam qui dabat olim imperium, fasces, legiones, omnia, nunc se continet atque duas tantum res anxius optat, panem et circenses". "… Hace ya mucho tiempo, de cuando no vendiamos nuestro voto a ningún hombre, hemos abandonado nuestros deberes; la gente que alguna vez llevó a cabo comando militar, alta oficina civil, legiones— todo, ahora se limita a sí misma y ansiosamente espera por sólo dos cosas: pan y circo". (Juvenal, Satire 10.77–81)
Juvenal hace referencia a la práctica de proveer trigo gratis a los ciudadanos romanos así como costosas representaciones circenses (gladiadores, carreras de cuadrigas, fieras,...) y otras formas de entretenimiento como medio para ganar poder político a través del populismo.
Los políticos visualizaron un plan en el 140 a.C. para ganar los votos de los pobres; al regalar comida barata y entretenimiento, los políticos decidieron que esta política de "pan y circo" sería la forma más efectiva de alcanza el poder. 
En su origen describía la costumbre de los emperadores romanos de regalar trigo y entradas para los juegos circenses como forma de mantener al pueblo distraído de la política.
Julio César mandaba distribuir el trigo gratuitamente, o venderlo muy barato, a los más pobres, unos 200.000 beneficiarios. Tres siglos más tarde, Aureliano continuaría la costumbre repartiendo a 300.000 personas dos panes gratuitos por día.
Equivale en la actualidad a «pan y toros», «pan y fútbol», «pan y diversión», etc. Intelectuales españoles de los siglos XIX y XX se han quejado, de forma reiterada, a lo largo de la Historia, de esta misma actitud de los gobernantes en nuestra nación.
El filósofo alemán Arthur Schopenhauser dice que la maniobra de los emperadores romanos de dar ‘Pan y Circo’ a los ciudadanos para mantenerlos satisfechos y a su favor, resultaba exitosa porque daba respuesta a los dos componentes básicos de la existencia humana: al dolor y a la necesidad se satisfacía con pan, con alimentos obtenidos sin esfuerzo; al hastío, el desánimo y el desgano se respondía con las fuertes emociones del espectáculo en la arena del circo.
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domingo, 14 de agosto de 2011

El tío Gilito y sus secuaces

Decía Unamuno que, cuando en España se habla de honra, un hombre honrado debe ponerse a temblar. Más de uno debió de temblar el otro día, escuchando decir a un poderoso banquero que ahora los bancos serán más compasivos con sus clientes. Es hecho probado que a ningún banquero, de aquí o de afuera, le da acidez de estómago la ruina ajena. Un banquero es un depredador social con esposa en el Hola, un Danglars que traiciona a cuanto Edmundo Dantés cruza su camino, un Scrooge al que se la traen floja los espectros de las navidades pasadas, presentes y venideras, un tío Gilito que hasta con su sobrino el pato Donald -los que leíamos tebeos lo calamos desde niños-, ignora la piedad. Y ni falta que le hace. 
De economía no tengo ni idea; pero lo que no soy es completamentegilipollas. Por eso me toca la flor, corneta, que los banqueros maltraten mi sentido común a semejantes alturas de la feria, en esta España donde no hay monumento al sinvergüenza desconocido porque aquí nos conocemos todos. Un infeliz país donde la gente puede verse obligada a cerrar tienda o negocio por equivocarse en su gestión; pero donde ningún banco ni banquero, que llevan años equivocándose en la gestión irresponsable de un dinero que ni siquiera es suyo, pagan el precio de sus errores. Nunca. 
Durante mucho tiempo, al socaire ladrillero que el Pepé del amigo Aznar nos legó por sucia herencia, esa panda de golfos, que igual engorda con unos que con otros, concedió préstamos a todo cristo, sin importar la capacidad de devolución de la clientela. A mi hija, por ejemplo, cuando cumplió dieciocho años, le mandaron seductoras cartas ofreciendo créditos para coches, videoconsolas y ordenadores, los hijos de la gran puta. En vez de centrarse en su trabajo de captar dinero y prestarlo bien, los bancos inundaron España de créditos que rozaban lo fraudulento. Lo usual era hipotecar la casa, en un ambiente de euforia que llevó hasta conceder el precio total de la vivienda, tasada por encima de su valor real, a veces con una cantidad suplementaria, también a sugerencia del propio banco. Y esto fue Disneylandia. Alentada, naturalmente, por la estúpida condición humana; por nuestra criminal simpleza, capaz de tragarse que alguien vendiera duros a cuatro pesetas, y que un empleado que ganaba mil quinientos euros al mes pudiera permitirse -«yo también tengo derecho» fue la frase de moda, como si tener derecho equivaliese a tener posibilidades- hipotecarse en una casa de medio millón, coche para el niño y vacaciones en el Caribe. 
Al fin, como era de esperar -aunque nadie parecía esperarlo-, todo se fue al carajo, y los bancos quedaron saturados de garantías que no garantizaban nada. De casas que no valían lo que los tasadores de esos mismos bancos dijeron que iban a valer. El resto lo conocemos: los bancos no quisieron asumir las pérdidas. En cuanto al Gobierno, en vez de decirles oye, cabrón, te has equivocado, así que ahora paga por ello, lo que hizo fue darles dinero. Pero, en vez de destinar esa viruta a proteger a sus clientes, lo que hicieron los bancos fue trincarla para mantener su beneficio. Ni un duro menos, dijeron. Y lo que ocurrió, y ocurre, es que el Estado mira y consiente. Un Gobierno tan aficionado a gobernar por decreto como éste podría limitar las comisiones que cobran los bancos en tarjetas, transferencias, cuentas y cosas así. O los sueldos y beneficios de los banqueros. Pero eso, dicen, conculca los principios del Estado liberal. Obviando, claro, que más liberales son Gran Bretaña y Estados Unidos, donde sí han limitado los ingresos de los banqueros. Allí, cuando el Estado da dinero, vigila qué se hace con él. Por eso se ha metido en los consejos de administración de los bancos y ahora vigila desde dentro. Si piden mi apoyo, exijo. Y cuidado conmigo. 
Pero esto es España, y los políticos evitan meter mano. Lo hicieron con las cajas de ahorro cuando todo era ya tan disparatado que no quedaba más remedio. Es el lobby bancario quien decide y el Estado el que babea. Nada raro, si consideramos que los principales deudores de los bancos son los sindicatos y los partidos políticos; y que, tanto a esos dos payasos que salen en la tele con pancartas llenas de siglas como a los de corbata y coche oficial, los bancos los tienen agarrados por las pelotas, o -seamos paritarios- por el folifofó. Y mientras el tendero, el del bar, yo mismo si no vendo libros, asumimos nuestras pérdidas y nos vamos a tomar por saco, nuestro banco se las endosa a otros, sin despeinarse. Y tan amigos. Ahora, para más recochineo, están saliendo a bolsa entre sus mismos depositarios. 
A sacar más dinero de aquellos a quienes ya se lo sacaron. Haciendo la bola más grande todavía. Y lo que dure, pues oigan. Dura. 
Arturo Pérez-Reverte
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La crisis del periodismo

A nadie se le escapa que el periodismo se halla inmerso en una crisis sin precedentes: crisis de identidad, en un momento en que la creciente atomización de las audiencias, el impacto de Internet, la sobreabundancia informativa y la publicidad menguante ponen en peligro la existencia misma de los periódicos; y también crisis del propio oficio de periodista, cada vez peor considerado socialmente, sometido a presiones que hacen casi imposible su independencia, sometido también a dramáticos ajustes de plantilla y sueldos de miseria que a pique están de convertirlo en prototipo del nuevo paria. 
Escribía T. S. Eliot, en su poema La roca: «¿Dónde está la sabiduría, /que se nos ha perdido en conocimiento? / ¿Dónde está el conocimiento, / que se nos ha perdido en información?». Quizá estos versos expresen, mejor que cualquier tratado, el pecado mayor del periodismo de nuestra época. El negocio de la noticia, la comunicación de masas, se convirtió en el objetivo primordial de esta nueva forma degradada de periodismo, que dejó de preocuparse por explicar el mundo, para convertirse en una nueva e incesante modalidad de espectáculo que mantiene prendida la atención del público a costa de privarlo de su capacidad para enjuiciar los hechos. Se impuso la creencia de que bastaba manejar un flujo incesante de información para comprender el mundo; y ese flujo de información, lejos de ayudarnos a comprender el mundo, se ha revelado la mejor levadura para fomentar el caos, para mantenernos en un estado constante de aturdimiento que anestesia nuestra capacidad de juicio. 
Y cuando el aturdimiento se convierte en nota predominante, es inevitable que sucumbamos fácilmente a la contaminación ideológica más simplista. La información es horizontal, el conocimiento es estructurado y jerárquico; pero cuanto más nos desenvolvemos en el plano estrictamente horizontal de la información, más inevitable resulta que rehuyamos los razonamientos complejos, para dejarnos acunar por las consignas más pedestres. Incapaces de interpretar ese flujo incesante de información que recibimos, ascendiendo jerárquicamente desde el plano de las meras noticias hasta el plano de las primeras causas que las explican, nos quedamos nadando en un caos informativo que solo nos resulta inteligible si lo acomodamos a la plantilla de una consigna ideológica. E, inevitablemente, en las personas críticas cunde el sentimiento generalizado de que no es posible conocer nada en profundidad a partir de la prensa. 
Inmerso en el laberinto de una tecnología descontrolada, abandonados los fundamentos éticos y el anhelo de verdad que eran su razón de ser, el periodismo corre el riesgo de convertirse en un mero acarreo de noticias y consignas ideológicas. Y al periodista, entonces, no le quedará otro remedio que resignarse a su condición de mero obrero en una cadena de montaje. La información, convertida en una mercancía de consumo rápido, sometida a las leyes de oferta y demanda, irá degenerando paulatinamente en espectáculo, o se preocupará tan solo de enardecer los bajos instintos del público receptor, fomentando el sectarismo más ramplón e irracional. Así se alcanzará una situación paradójica: la saturación informativa no traerá consigo mayor libertad, sino, por el contrario, una obturación creciente de nuestra capacidad para enjuiciar las cosas y, por lo tanto, una reducción de nuestra libertad. Así, la prensa dejará de ser un `cuarto poder´ que vigila y denuncia a los otros tres, para convertirse en una faceta más de un poder omnímodo, que ya no lo será tanto de naturaleza política como económica; un poder omnímodo del que ya forman parte sindicatos, partidos políticos y demás instancias de supuesta representación popular. Y a la prensa, que ha sustituido su misión primordial de contribuir al esclarecimiento de la verdad por un criterio mercantilista, no le restará otra función sino contribuir a la consolidación de esas estructuras oligárquicas de poder. Así se completará la perversión completa del periodismo que, convertido en instrumento de las fuerzas económicas y de los intereses oligárquicos, dejará de servir a la verdad. Y cuando hablamos de `verdad´ no nos referimos tan solo a la veracidad de los hechos que el periodismo describe o analiza, sino sobre todo a la `verdad humana´, a la dignidad de la persona en todas sus dimensiones. Que eso, al fin y a la postre, es lo que convierte el periodismo en luz de las gentes.
Juan Manuel de Prada
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sábado, 13 de agosto de 2011

miércoles, 10 de agosto de 2011

La mona - Fabula

Subió una mona a un nogal.
Y cogiendo una nuez verde,
en la cáscara la muerde;
con que la supo muy mal.
Arrojola el animal,
y se quedó sin comer.

Así suele suceder
A quien su empresa abandona.
Porque halla, como la mona,
Al principio qué vencer.
Félix María Samaniego
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lunes, 8 de agosto de 2011

San Francisco - Jeanette MacDonald


Este clip es el premio de la Academia 1936 película ganadora del "San Francisco". Canción memorable por Gus Kahn y una memorable interpretación de la misma.

Muere el "Ratón blanco", heroína australiana de la Segunda Guerra Mundial

Archivo:Nancy Wake (1945).jpg

La australiana Nancy Wake, la mujer más condecorada por los aliados durante la Segunda Guerra Mundial, murió en Londres a los 98 años, (30 de agosto de 1912,Wellington, Nueva Zelanda – 7 de agosto de 2011, Londres, Reino Unido) sirvió como agente británico durante el final de laSegunda Guerra Mundial. Se convirtió en una figura destacada en los grupos maquis de la resistencia francesa.
Wake, de origen neozelandés, fue condecorada por Francia con el mayor reconocimiento militar, la "Legión de Honor", por su actividad en la Resistencia francesa, además de recibir tres medallas de la "Cruz de Guerra" y la "Medalla de la Resistencia".
También recibió la "Medalla George" del Reino Unido, la "Medalla de la Libertad" de Estados Unidos y, en 2006, la "Insignia RSA" de Nueva Zelanda.
En 2004 fue galardonada con la "Compañía de la Orden de Australia" a pesar de las reticencias en el Ejército que señalaron que Wake no había servido nunca en las fuerzas armadas australianas y de que años antes dijera a los mandos militares de Australia que se metieran las medallas "donde los monos se guardan las nueces".
Nacida en 1912 en Wellington (Nueva Zelanda) y criada en Sídney (Australia), se mudó a Francia en 1932 y poco después, tras la invasión de Francia en 1940, se unió a la Resistencia para ayudar a los aliados y a centenares de judíos a escapar del régimen nazi.
Wake huyó al Reino Unido después que fuera incluida en la lista de personas más buscadas por la Gestapo,que la llamaba "ratón blanco" por su habilidad en eludir las capturas.
Allí recibió entrenamiento como espía en las fuerzas especiales británicas antes de regresar a Francia para trabajar con la Resistencia en los preparativos del Día D, el desembarco aliado en Normandía en junio de 1944.
Al terminar la guerra descubrió que su marido, el empresario francés Henri Fiocca, fue torturado y ejecutado en 1943. Contrajo segundas nupcias años después de la guerra con el piloto australiano John Forward con el que se mudó a Australia hasta que, en 2001, decidió regresar al Reino Unido.
La primera ministra australiana, Julia Gillard, dijo que "Nancy Wake fue una mujer de valor excepcional", mientras que la ministra neozelandesa de Asuntos de los Veteranos, Judith Collins, señaló que "el mundo ha perdido a una mujer valiente".Fue una "saboteadora y una espía magníficamente eficaz", declaró el lunes la primer ministra australiana, Julia Gillard, Nancy Wake "era una mujer dotada de un coraje y de recursos excepcionales, cuyas proezas audaces salvaron la vida de cientos de personas de las fuerzas aliadas y ayudaron a poner fin a la ocupación nazi en Francia".
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viernes, 5 de agosto de 2011

La Pizza

Siglo VI a.C. - En la cumbre del imperio Persa se dice que los soldados de Dario el Grande, acostumbrados a largas marchas cocían al horno un tipo de pan fino sobre sus escudos y lo cubrían con queso. 
Siglo III a.C. - Marcus Porcius Cato escribe la primera historia de Roma. Escribe sobre una “masa redonda aderezada con aceite de oliva, hierbas y miel horneada sobre piedras”. 
Siglo I a.C. - En la Eneida de Virgilio se describe el legendario origen del pueblo romano, y se habla de unos bizcochos o círculos de pan: “Eneas y sus jefes primeros y el apuesto Julo dan con sus cuerpos bajo las ramas de un árbol alto, y ordenan un banquete y disponen por la hierba bajo los alimentos tortas de harina (así el propio Júpiter se lo inspiraba) y colman de frutas silvestres el suelo cereal”. 
Siglo I a.C. - Nuestro conocimiento del arte culinario romano deriva de las excavaciones de Pompeya y del libro de Marcus Gavius Apicius “De Re Coquinaria”. Este libro contiene entre otras, recetas que nos cuentan la colocación de una variedad de ingredientes sobre una base de pan (carne de pollo, ajo, pimienta, aceite...) todos ellos ingredientes de la pizza actual. 
Año 79 a.C. - En las cenizas que barrieron Pompeya después de que el Volcán Vesubio entrara en erupción se encuentran evidencias de un bizcocho de harina que era cocinado y ampliamente comido en esa época en Pompeya y en Neopolis, actual Nápoles. También fueron encontradas tiendas con bloques de mármol y otras equipaciones para el comercio que nos recuerdan a las pizzerías actuales. El Museo Nacional de Nápoles exhibe una estatua de Pompeyo que por su particular postura es denominada “Il pizzaiolo”. Pizza hallada en las ruinas de Pompeya:
Archivo:Pompei pane.jpg
Año 1522 - Gracias al descubrimiento del nuevo mundo por Cristóbal Colón, llegaron a Europa, los primeros tomates (Perú y México). Las semillas de tomate fueron llevadas al Reino de Nápoles que pertenecía a la Corona de España desde 1422, (cuando no era Italia) y dependía directamente del Reino de Aragón. Los tomates son añadidos a su masa hecha con levadura creando una primera pizza simple. Usaban normalmente harina, aceite de oliva, queso, hierbas. 
La pizza Marinara es la más antigua y tiene un recubrimiento de salsa de tomate, orégano, ajo, aceite de oliva y algo de albahaca. El nombre “Marinara” no es debido a que antaño esta pizza llevara pescado (como cree mucha gente) sino por ser la comida de los pescadores cuando estos retornaban de sus actividades en la bahía de Nápoles.
Siglo XVIII a.C. - La reina María Carolina de Habsburgo, esposa del rey de Nápoles, Fernando IV, mandan construir un horno especial en su palacio de verano de Capodimonte, cerca de su bosque de manera que su chef pueda serviles pizzas a ellos y sus invitados. Se introduciría, procedente de la India, el queso Mozzarella, que se elabora con leche de búfala.
Año 1889 - Los reyes de Italia, Humberto y Margarita de Saboya, de vacaciones en Nápoles, hacen llamar al más famoso “pizzaioli”, Raffaele Esposito, para probar sus especialidades. Este prepara, junto con Rosa, su mujer, 3 pizzas diferentes: una con carne de cerdo, queso y albahaca; otra con ajo, aceite y tomates; y otra con mozarella (blanco), tomates (rojo) y albahaca (verde),... esta última representaba los colores de la bandera italiana. A la reina le gustó tanto este último tipo de pizza que envió una carta a Raffaele de agradecimiento y Raffaele bautizó esta última pizza como “Pizza Margherita” en su honor.. 
Esposito trabajo en la pizzería "Pietro... e basta così" (literalmente "Pedro... y esto es todo" que fue fundada en 1780 y que hoy en día sigue operando bajo el nombre Pizzería "Brandi".
Año 1905 - Gennaro Lombardi, italiano, abre la primera pizzería en Nueva York. 
Año 1943 - Chicago da más profundidad al estilo de la pizza (hacen que la masa sea más esponjosa que crece y rodea a los ingredientes. Fue creada por Ike Sewell en su bar llamado “Pizzeria Uno”. 
Año 1957 - Las pizzas congeladas ya pueden encontrarse en las tiendas de ultramarinos. La primera fue comercializada por los hermanos Celentano. 
Año 1985 - Se abre el primer restaurante Pizza Hut en Wichita, Kansas por los hermanos Franck y Dan Carney. Con el paso de los años Pizza Hut se convertiría en la mayor cadena de pizzerías a nivel mundial con más de 12.000 establecimientos repartidos en 87 países diferentes. 
Año 1988 - Se funda Telepizza, la primera cadena de comida rápida a domicilio creada en España. Su primera tienda se estableció en el madrileño barrio del Pilar. 
Félix Velasco - Blog

El Gobierno del desgobierno

Una columna es un estado de ánimo. Ahí va el mío. No tiene ninguna originalidad ni la pretende, recoge simplemente lo que está en la calle. O sea, también yo estoy hasta las trancas de aguantar imbecilidades. Por supuesto, detrás de cada majadería hay un crimen de guante blanco: todos los majaderos quieren ganar el tiempo que les roban a los ciudadanos. A quien nos quita el tiempo ciudadano, la vida, hay que llamarle asesino de guante blanco. Contra estos peculiares asesinos, es menester reivindicar el derecho de mandarlos a todos al infierno. Yo los mando a todos al infierno, porque no me dejan hacer lo que más me gusta: pasearme por la Puerta del Sol y sus alrededores. No me dejan pasear por mi barrio.
De entrada, por lo tanto, deseo con toda mi alma que la basura del 15-M fenezca en el infierno, porque nos han robado a todos los vecinos la posibilidad de pasear por nuestras calles como ciudadanos normales. Si no puedo caminar tranquilamente por mi barrio ni comprar la prensa en mi kiosko de toda la vida y, además, no puedo visitar el Corte Inglés, entonces ya me dirán cómo aplaco mi cabreo. Esto no es vida. Esto es un suplicio cuyos principales responsables de esta tropelía están cobrando de lo yo les pago con mis impuestos. Aquí no se salva nadie. Mando al infierno al Rey, al presidente del Gobierno, a la oposición y a todos los políticos que no protegen mi derecho a caminar libremente por mi barrio. En fin, porque me resulta ya insoportable salir a la calle y encontrarme con unos hijos de puta voceando imbecilidades sobre el fin del sistema, pero que no pide la dimisión de Zapatero y toda su casta, los mando al infierno.
En verdad, la gentuza del 15-M, que me roba mi espacio público, no me preocupa lo más mínimo, sino quien es incapaz de protegerme de ellos. O peor, me preocupa quién es el criminal que los mueve y les paga. Estos estertores del 15-M no serían nada sin la colaboración interesadísima de Zapatero y su tropa socialista. Por otro lado, también denuncio la ocultación sistemática y perversa que llevan los medios de comunicación de lo que está pasando. Empieza a ser insoportable la prensa lacaya que baila o bien al son que le marca un Gobierno deslegitimado o, por el contrario, el que les dicta una oposición que, cada día que pasa, le cuesta más legitimarse ante los grandes problemas del país. Todos están arruinados, pero simulan que se salvarán con el gobierno que venga. Mentira.
La gente ya no aguanta más a Zapatero ni a la madre que parió a toda la casta política. Este personal, como en las peores épocas de nuestra historia, ha convertido la política es un esperpento del esperpento. ¿O acaso no es esperpéntica la exigencia de un "readelantamiento" del adelanto de las elecciones? Esperpéntica es la demanda pero, y esto es lo grave, absolutamente necesaria para traer un poco de sosiego a los de abajo. El desgobierno es absoluto. Basta pasearse por el entorno de la Puerta del Sol para saber que esto no tiene solución. La casta política española, empezando por el Gobierno y terminando por la Oposición, ha convertido este país en un inmenso basurero. Los políticos están escondidos, el Rey metiéndose donde no le llaman, los empresarios y sindicalistas acojonaditos, y la chusma del 15-M asaltando los espacios públicos y meándose en los pies de la policía.
Y, lo peor de todo, es que yo, sencillo ciudadano de Madrid, no me puedo pasear por mi barrio.
Agapito Maestre
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El huevón

Huevón: perezoso, imbécil, alelado, tardo, lento o pesado en el movimiento. Negligente, descuidado, o flojo en hacer lo que debe o en lo que necesita ejecutar. Que por demasiada afición a dormir se levanta de la cama tarde o con repugnancia. Mis queridos niños: tal y como prometimos hoy vamos a hablar del huevón y, más concretamente, del huevón español. El huevón puede nacer y criarse también en otros países, no vayáis a pensar que es especie endémica ni mucho menos. Recordemos que son famosos los estereotipos del huevón caribeño, del que se han hecho incluso anuncios y al que también se conoce gracias al exquisito banano que producen las zonas en las que se encuentra ese espécimen como «el aplatanao». Tampoco queremos desde aquí olvidar a los huevones europeos, que también los hay, y que suelen llevar bermudas, calcetines y unas gafas grandísimas con las que, aun así, parecen ver menos que Pepe Leches. El huevón español, sin embargo, se diferencia del resto de huevones en que, a su flojera habitual, se une la mala leche propia de una mona; es decir, que es consciente del nivel de fastidio que provoca en el resto y, lejos de reaccionar con celeridad, abusa de su turno. Vamos a poner algunos ejemplos, queridos niños, para que podáis localizar concretamente a los mendas de los que hablamos. Seguro que vuestros papás se han topado con ellos en la cola de un banco, cola que el huevón hace por las razones más peregrinas que uno pueda imaginar. Llegado su momento e ignorando por completo que hay sólo una ventanilla abierta y que esperan trece cagaprisas (del cagaprisas hablaremos otro día), el huevón saca, mete, cambia dinero de una cuenta a otra, paga los recibos uno a uno después de gastar unos minutos preciosos y larguísimos buscando las copias, pide que le pongan la cartilla al día, pregunta por varios reintegros antiguos, por los puntos de la Visa, se pide una plancha, firma el recibo de la plancha, cuenta los puntos que le sobran, repasa el catálogo, interroga a la señorita sobre la calidad de un peso de baño y cuando ya parece que se le han acabado las gestiones, mira al tendido y suelta la fatídica frase: «Ah, mira, otra cosita que necesitaba, guapa». Estas escenas suelen reproducirse también en los cajeros automáticos, llegando a colapsar las aceras por las filas que forman tras de sí. Son los típicos huevones que, en plan turista, llegan a un paraje extraordinario donde se encuentra un árbol santo, sólo uno, y le hacen setenta fotos a toda la familia mientras le tocan el lomo al árbol santo y tratan de quitarle el musgo al tronco con una uñita. «Alejandra, ponte otra vez que esta última ha salido movida».
María José Navarro
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jueves, 4 de agosto de 2011

A la deriva

¿Quién toma decisiones en este país si uno no se ha ido, el otro no ha llegado y los partidos no dedican sus esfuerzos a otra cosa que no sea contar posibles votos? La sensación de que vamos a la deriva es absolutamente alarmante. Desde el Gobierno la única señal que llega a los ciudadanos es que Zapatero, ahora sí, le informa todo el que quiera oírle de que la cosa va francamente mal. A buenas horas señor presidente. La cantidad de tiempo perdido en España por su empeño en negar la evidencia no se recupera porque haya decidido adelantar las elecciones en cuatro meses. La herencia que deja es, sencillamente, escalofriante. Usted deja un país a la deriva mientras se marcha al Coto de Doñana a meditar sobre su futuro después de dejar en suspenso el de muchos millones de sus conciudadanos. Claro que usted no es el único culpable. Todos los integrantes de sus gobiernos desde que la crisis asomó la cabeza y usted, con la ayuda del desaparecido señor Solbes y el hoy flamante candidato y autoproclamado líder del PSOE, Pérez Rubalcaba, se dedicaron a lanzar cortinas de humo para que los ciudadanos no vieran la realidad y revalidaran su mayoría en marzo del 2008. Aún ahora, cuando estamos colgando de un hilo sobre el abismo, portavoces de su partido, en el que usted por lo visto pinta lo mismo que la Tomasa en los títeres, siguen tildando de antipatriotas a los que dicen la verdad y descalificando al PP que, si bien no es precisamente especialista en crear ilusión y esperanza en la gente, al menos ha demostrado cuando tiene el poder que no se deja llevar por la insensatez, una de las características más acusadas de sus casi ocho años de mandato. La última, con ribetes esperpénticos, elegir el 20 de noviembre para ir a las urnas para reafirmarse en uno de sus grandes logros como ha sido la ley de Memoria Histórica que, como todo el mundo sabe, ha servido para crear un gran ambiente social y, sobre todo, muchos, muchísimos puestos de trabajo. Yo no sé donde estaba usted el 20-N del 75. Yo en mi puesto de trabajo en una radio que había sido tomada y obligada a conectar con la radio pública durante tres días. Pero desde antes de la muerte del dictador ya estábamos trabajando por la democracia a cara descubierta en programas que hoy son marcas y entonces eran emblemas. Ninguno de nosotros sabíamos quiénes eran los que hoy lideran la izquierda. En la Universidad sólo el PCE y CCOO habían tenido el valor de aparecer. En noviembre del 75 Franco se murió en una cama de hospital sin que los antifranquistas supiéramos nada de la presunta lucha en la clandestinidad de su partido. Esto también es memoria histórica, señor presidente. Claro que ya se sabe que la memoria es traicionera y la Historia la escriben los vencedores. También los vencedores en procesos electorales, aunque ninguno de ellos hubiese tomado parte activamente en la lucha por conquistar libertades. Tengo la impresión de que esta última cortina de humo al elegir la fecha para votar no le va a servir de nada a su delfín. Bueno al delfín que le han colocado.
Javier G. Ferrari
Félix Velasco - Blog

miércoles, 3 de agosto de 2011

Anacrónico

En el año undécimo del siglo XXI, el comunismo es anacrónico. Un fracaso que no sirve para nada. El recuerdo de la tiranía, del muro, del silencio y del infinito aburrimiento. En la Alemania comunista tenían prohibidos los plátanos porque se consideraban inductores del lujo. Las izquierdas han sido inteligentes y han conseguido convencer a muchos de que el comunismo es democrático. Lo es, efectivamente, cuando no gobierna. El comunismo en el poder sigue siendo dictatorial y totalitario, porque de no ser así, no podría mantenerse. Cuando el muro fue derribado –lo hicieron los propios comunistas pragmáticos empujados por Juan Pablo II y Ronald Reagan, los más odiados entre los derrumbados–, el comunismo se camufló en otros proyectos, sin perder su férrea voluntad autoritaria. El ecologismo coñazo, el feminismo radical y el anticristianismo obsesivo. Se trataba de acoplarse a algo que tuviera futuro para paliar la desventura de una ideología que representaba el fracaso rotundo del pasado. Un fracaso sangriento y criminal, por otra parte. Todavía sobreviven, y es un decir, tiranías comunistas. Son dinásticas. Corea del Norte y Cuba. Y el experimento chino, que poco a poco se abre a los mercados libres con su inmenso poder económico. En España hay un millón de personas que votan a los comunistas. Me intriga, pero así es. Se mantienen gracias a la sangría decepcionada que proviene del socialismo. Y como tienen poco que hacer se divierten en tonterías oportunistas. Ahora protestan por la visita del Papa Benedicto a Madrid con motivo de las Jornadas Mundiales de la Juventud. Una visita que no le va a costar ni un euro a los madrileños y al resto de los españoles. Días atrás, una actriz de la Ceja enchufada en Extremadura dimitió de su cargo –es decir, se adelantó al despido–, porque había sido obligada a retirar de una exposición la fotografía de un maniquí vasco desnudo que pretendía representar a Jesucristo con un crucifijo sobre sus blanduras del entrepernil. A nadie de la izquierda se le ocurre sacar en pelotas a Alá y su profeta Mahoma porque la grosería y falta de respeto conllevan un riesgo inmimente. Los cristianos ponen la otra mejilla y rezan por quienes los ofenden y los musulmanes matan. Esa es la diferencia, que no considero inapreciable.La Delegada del Gobierno en Madrid, que es la típica «progre» desnortada, parece que ha autorizado una manifestación contra la visita del Papa coincidiendo con su estancia en Madrid. Y el llamado Coordinador General de Izquierda Unida –muy poco coordina en los últimos tiempos–, ha montado una campañita para denunciar el coste de la visita de Benedicto XVI, que es denuncia vana por cuanto el coste es de cero euros. Pero se justifican y se divierten, y es bueno para una nación libre y democrática que los comunistas estén divertidos y entretenidos con sus fantasmas y sus obsesiones. La visita del Papa a Madrid es un acontecimiento universal.La juventud del mundo a Madrid viene a encontrarse con él. Millones de jóvenes visitarán España, y Madrid se convertirá por unos días en la Capital del futuro de la Cristiandad. Una chica de Izquierda Unida, también coordinadora de algo –el comunismo se ha convertido en una reunión de coordinadores, segun parece–, ha sido la encargada de presentar la campañita «Madrid sin Papa». El mensaje no tiene sentido, porque el Papa va a estar en Madrid, y no sólo Madrid, sino toda España y la juventud del mundo le acompañarán. Pero en fin, si así se divierten los anacrónicos y creen que hacen algo, pues que lo pasen chupi.
Alfonso Ussía
Félix Velasco - Blog

martes, 2 de agosto de 2011

Cantando bajo la lluvia



La escena de Gene Kelly bailando bajo la lluvia no estaba en el guión original, fue agregada más tarde para darle sentido al título. Se cuenta acerca de esta escena que el actor, Gene Kelly, la rodó estando con 40º de fiebre. Durante el rodaje de la escena no podía bailar con la fuerza suficiente para que sus pasos sonasen bien en cámara así que al mismo tiempo que el bailaba lo hacían al lado de la cámara dos bailarinas simultáneamente y también sobre un charco para que diera el pego. Para rodarla, el equipo trabajó durante dos semanas y la productora invirtió algo más de 600.000 de dólares, una quinta parte del presupuesto total.

Doo-dloo-doo-doo-doo
Doo-dloo-doo-doo-doo-doo 
Doo-dloo-doo-doo-doo-doo 
Doo-dloo-doo-doo-doo-doo...
I'm singing in the rain
Just singing in the rain
What a glorious feelin'
I'm happy again
I'm laughing at clouds
So dark up above
The sun's in my heart
And I'm ready for love
Let the stormy clouds chase
Everyone from the place
Come on with the rain
I've a smile on my face
I walk down the lane
With a happy refrain
Just singin',
Singin' in the rain
Dancin' in the rain
Dee-ah dee-ah dee-ah
Dee-ah dee-ah dee-ah
I'm happy again!
I'm singin' and dancin' in the rain!
I'm dancin' and singin' in the rain...
Why am I smiling
And why do I sing?
Why does September 
Seem sunny as spring?
Why do I get up
Each morning and start?
Happy and head up 
With joy in my heart
Why is each new task
A trifle to do?
Because I am living
A life full of you.
Traducción aproximada:
Estoy cantando en la lluvia
Tan solo cantando en la lluvia
Que sentimiento más glorioso
Estoy feliz de nuevo
Riéndome de las nubes
Tan oscuro sobre mí
El sol está en mi corazón
Estoy preparado para amar
Deja que las tormentosas nubes persigan
A cada uno del lugar
Vamos con la lluvia
Tengo una sonrisa en la cara
Caminaré por el carril
Con un feliz refrán
Cantando, cantando en la lluvia
Bailando en la lluvia
Cantando en la lluvia
Estoy cantando en la lluvia
Tan solo cantando en la lluvia
Que sentimiento más glorioso
Estoy feliz de nuevo
Camino por el carril
Con un feliz refrán
Estoy cantando, cantando en la lluvia
Cantando en la lluvia…
Félix Velasco Blog

lunes, 1 de agosto de 2011

El exorcista

Casi tuve un accidente por la risa cuando en la ruta escuché el adelanto electoral. Por supuesto que el 20 de noviembre es una fecha como otra cualquiera, pero también podría haber sido el 19 o el 21, pero tenía que ser el aniversario de la muerte de Franco, que no era un demócrata, y del fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera, que estimaba que el mejor destino de las urnas era el de ser rotas. Supongo que no llegará a tanto, pero no sorprendería que instalara la Junta Electoral Central en la Abadía de Cuelgamuros, en el Valle de los Caídos. Genio y figura hasta la sepultura. No es preciso enviar a un psicoanalista a La Moncloa para analizar al inquilino, ni temer el juicio de intenciones: ha fechado la elección para seguir matando a Franco, esta vez a votos. El exorcismo, una lírica venganza blanca contra los que fusilaron al abuelo. El Síndrome de la Memoria Histórica no podía faltar en este trance. Si la decisión la tenía tomada hace tiempo bien podría haberla ejecutado sin esperar a que llegue el invierno. Pero no es verdad. Hasta el último momento ha intentado completar su segunda legislatura porque cree que el adelanto disminuiría su estatura de gran timonel. Ha terminado torciendo el brazo por las presiones económicas, nacionales e internacionales y las de su propio partido, al que no le llega la camisa al cuerpo. Marcharse, como Adolfo Suárez, o anticipar las elecciones sabiendo que se van a perder, como Leopoldo Calvo Sotelo, no es un baldón, es profundizar la democracia por encima de los plazos legales y el reglamentismo, pero sólo está al alcance de espíritus un poco más dúctiles que el de Zapatero. Aduce que su Gobierno culminará las reformas económicas. Afortunadamente el fantasmal Consejo de Ministros no hará nada porque ni sabe ni quiere ni se atreve a hacerlo. Y afirma el perillán que éste es el momento porque se atempera la crisis, cuando estamos en vilo sin saber si EE UU va a declararse en suspensión de pagos, suceso que despertaría la expectación planetaria de Leire Pajín. No quedan unos meses sino algunos años de duelos y quebrantos. Zapatero se gastó la primera legislatura en juegos florales de ingeniería social para convertir un minero de León en escandinavo. El segundo mandato lo invirtió en ignorar el crash financiero mundial, y no creo que nos mintiera como en las últimas elecciones, sino que las tres tardes de economía de Jordi Sevilla no le sirvieron para diferenciar el Debe del Haber. Como le escupió al bueno de Ramón Tamames, que está a su izquierda, los economistas son unos charlatanes. Lo más desagradable de la ignorancia es que potencia la soberbia, la autoestima y la egolatría. Si cumple con su retirada de la política ocupará un lugar principal en el santoral de la progresía más insustancial, que no es poco. No se le recordará con gran enemistad como suponen sus jenízaros, porque el olvido será clemente con él. Que tenga la humildad de estudiar y que le vaya bien en León. Nunca tantos le debemos menos a un solo hombre. Truman, el camisero de Missouri, atomizó al Japón pero la prensa estadounidense coincidió en que con su magistratura quedaba demostrado que cualquiera podía ser presidente de EE UU. 
Martín Prieto
Félix Velasco - Blog

El mito de la muerte de Lorca

Que Lorca ha sido durante décadas uno de los personajes más chuleados de la Historia española no admite discusión. Hace no tantos años, un conocido comunicador pidió el voto para el PSOE para evitar votar a «los asesinos de Lorca» y sabido es cómo hay gente, incluso venida de allende el mar, que se ha dedicado a vivir de Lorca y especialmente de su fusilamiento como el que se dedica a la fabricación de automóviles o a la extracción de materias primas procedentes de las entrañas de la tierra. Llama por eso la atención que la última obra dedicada –y extraordinariamente bien documentada– a la muerte del poeta llegue a la conclusión de que Lorca no fue pasado por las armas por razones políticas sino por odios familiares. Las rencillas venían de lejos y el propio Lorca arrojó leña al fuego al escribir «La casa de Bernarda Alba» pintando un cuadro negro y cruel de la otra familia que, desde luego, no era como la reflejada en el extraordinario drama rural. De no haber estallado una guerra civil, de haber pasado años desde la redacción de la obra, de haber estado en otro lugar, incluso de haber transcurrido ya unos meses desde el inicio del conflicto fratricida, Lorca seguramente habría salvado la vida. Sin embargo, las circunstancias en su contra se acumularon. El odio, que venía de atrás, se había exacerbado recientemente; la revolución y la contrarrevolución habían abierto las puertas a cualquier ajuste de cuentas y la flor negra de la ambición más vil germina en ese tipo de situaciones. El resultado final fue el fusilamiento de Federico García Lorca. Semejante dato priva a los partidarios del mito político de una bandera, pero nos permite ahondar provechosamente en la realidad de una guerra civil. Tras la capa de la represión perpetrada en nombre de la revolución de los pobres o de la defensa del catolicismo, se ocultó no pocas veces el deseo de no pagar una deuda, de vengarse de una afrenta, de saldar la amargura de un desaire amoroso, de calmar la sed provocada por el resentimiento. Se fusilaba al sacerdote o al falangista, pero, en realidad, el motivo era la envidia y el rencor. Se acribillaba al socialista o al anarquista, pero, en verdad, la causa era el miedo y el odio. Es cierto que en las guerras civiles hay héroes e idealistas. Es cierto que no faltan las gentes nobles e incluso los que perdonan al prójimo. Es cierto que no escasean los que se juegan la vida y creen en su causa de todo corazón. Pero, al mismo tiempo, agazapados en los lugares más siniestros, reptan los que ansían, como dijo aquel socialista, fusilar a todo el que sepa más que la regla de tres o, como señaló alguno de los encantados con la muerte de Lorca, «meterle un tiro por el culo a ese maricón». La manera en que la guerra –y, en especial, las civiles– nos enfrenta con lo más abyecto de la naturaleza humana debería estar presente en nuestros corazones y en nuestras mentes más allá de las falacias de la Memoria histórica y de cualquier otro adefesio nacido del sectarismo. Ciertamente, de esa manera, muchos se quedarán sin sus mitos más queridos, pero conocerán una verdad que no puede ser pasada por alto.
César Vidal
Félix Velasco - Blog